Vox no quiere prohibir los pisos turísticos, pero sí limitarlos: "Málaga tiene que ser de los malagueños, no un parque temático"

Manuel Gavira pide que haya un número máximo de licencias por barrios, que tengan tope temporal y que se circunscriban a un máximo de dos por propietario

El portavoz de la formación en el Parlamento afirma también que hay que proteger a los hoteles "que crean más trabajo y de más calidad"

Málaga bonificará hasta el 70% de la urbanización de suelos para construir VPO

Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, en Málaga.
Manuel Gavira, portavoz de Vox en el Parlamento andaluz, en Málaga. / Carlos Guerrero

En Málaga la vivienda turística no sale del foco. Vox sale ahora a la palestra y marca su posición: no quiere prohibirlas, pero sí limitarlas. Al menos en tres frentes: una zonificación por barrios con un número clausus, que las licencias tengan un límite de años y no se concedan indefinidamente y que se circuncriban a un máximo de dos –"podemos entender tres"– por propietario.

El portavoz del partido en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira, destaca a Málaga Hoy que es necesario poner pie en pared y regular el fenómeno. "Yo viajo por toda Andalucía y veo barrios que ya no reconoces. Málaga tiene que ser de los malagueños, que es su esencia, no un parque temático", resume Gavira que certifica que la saturación de este modelo turístico "genera problemas de inseguridad y convivencia, sube el precio de la vivienda e, incluso, comercios que conocemos de toda la vida dejan de existir".

Asegura que desde su partido están trabajando para pedir al gobierno de la Junta que vire desde su posición actual para dar solución a la problemática actual. Aunque lo ideal para la formación es que la regulación fuese nacional –ahora mismo las competencias en este ámbito son autonómicas– "con regulación estatal se evita que las comunidades den la patada al problema hacia abajo y que cada ayuntamiento haga lo que le dé la gana, también evita el exceso de normativa y de regulación, la maraña administrativa", asegura, a la vez que recuerda que el Supremo ya se pronunció a favor de que se pudiera limitar mediante los planes urbanísiticos de las ciudades el número de viviendas turísticas.

"Nosotros no queremos decirle a nadie que tenga un piso después de haber trabajado toda la vida qué hacer con su residencia, pero tenemos un problema que hay que resolver", afirma a la vez que defiende la necesidad de mantener "la esencia de las ciudades, ahora vas a cualquier capital de Europa y son todas iguales".

De ahí que una de sus propuestas sea la limitación a máximo dos viviendas por propietario, un número que ya estaba en el anterior decreto de la Junta que regía las viviendas de uso turístico y que con el nuevo documento desaparece, "no estamos cerrados a que puedan ser tres –afirma, tendiendo una mano negociadora–, pero entendemos que es el número ideal, para que desincentive que venga un fondo y compre muchos pisos, si deja de ser atractivo porque se limita en número y tiempo, dejarán de venir".

El del tiempo es otro de los requisitos que proponen para las licencias de vivienda turística. Una suerte de vida preestablecida, un margen de –por ejemplo– 20 años, tras los que se revoca la posibilidad de alquilar en corta estancia. Pese a ello, se niega en rotundo a la supresión absoluta: "Si prohibes castigas y limitas a los españoles y eso no lo vamos a permitir".

En Málaga, el Ayuntamiento está a la espera de un estudio mediante el que conocer el porcentaje de saturación por barrios de las viviendas turísticas respecto a las de uso puramente residencial. Una vez lo tengan, anunció el alcalde, Francisco de la Torre, pondrán un tope por el que "habrá zonas en los que no se permitirá una sola vivienda turística más". Si se toma el ejemplo de Sevilla, este límite será de un 10% respecto a la oferta total.

Sin embargo, en muchas zonas de Málaga ya se excede este porcentaje. Según datos del INE, en La Merced siete de cada 10 viviendas se dedican ya a la renta vacacional, mientras que un informe preliminar del Instituto de Estudios Urbanos y Sociales (IEUS) señala que si tomamos todo el distrito centro como muestra una de cada cinco tienen este destino. Según el mismo informe, lejos del centro, en Huelin o El Palo el número de pisos turísticos se ha cuadruplicado y triplicado, respectivamente, en los último lustro.

"La actual situación social de Málaga no deja de ser un proceso de gentrificación con grandes niveles de turistificación", valora Marín Cots, autor del informe. La proliferación de viviendas turísticas en Málaga sigue en el centro del foco. Sobre todo por la escasa oferta residencial y la alta demanda de vivienda en la ciudad y la provincia. Un desequilibrio que ha hecho que los precios de la vivienda se disparen y que en ocasiones se señala al alquiler de corta estancia como el culpable.  De hecho, el mismo estudio avanza que el 78% del total de las viviendas turísticas que existen hoy en Málaga eran previamente residenciales.

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