Vuelve la tensión entre terrazas y tronos antes de la Semana Santa de Málaga: el alcalde promete flexibilidad "mínima"

Sillas apiladas junto a la entrada del Museo Picasso.
Sillas apiladas junto a la entrada del Museo Picasso. / M. H.

Ya en abril, y a semana y media de que empiece la Semana Santa, en Málaga se vuelve a abrir el melón de la relación entre terrazas y tronos, no exento de cierta tensión. El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, ha dicho este miércoles que la relació entre ambos hay que verla en "términos de seguridad y movilidad", apuntando que "es difícil que haya gente de pie entre las terrazas y el desfile procesional". Además, ha prometido "flexibilidad, pero la mínima".

De la Torre, ante los micrófonos de Canal Málaga, ha apuntado que ya se está trabajando y estarán pendientes los concejales de Vía Pública y Comercio, Elisa Pérez de Siles, y de Seguridad Ciudadana, Avelino Barrionuevo, además de que se extremará la presencia de la Policía Local para evitar que se produzcan posibles altercados y controlar que las salidas procesionales discurran con normalidad.

Si bien la de 2024 fue una Semana Santa tranquila –en parte, quizá porque estuvo más protagonizada por la lluvia que por la normalidad–, la de 2023 supuso un cisma entre hosteleros y cofrades. Con los vecinos azuzando y denunciando el exceso de ocupación de los bares y restaurantes. Entonces, los hosteleros que se defendían argumentando que intentan cumplir con las exigencias y crean empleo. El Consistorio ante esta ola de opinión pública compartió diariamente durante la Semana Santa el número de actas levantadas contra terrazas incumplidoras. Balance que se mantiene, semanalmente, a día de hoy.

El balance final tras ocho días de procesiones en 2023 fue claro: 178 actas levantadas entre el Área de Vía Pública y la Policía Municipal entre exceso de ocupación y la carencia total de autorización –si bien es cierto que no todas ellas fueron de espacios hosteleros–. Es decir, cada uno de los ocho días en los que los tronos han estado saliendo por el Recorrido Oficial de las calles de Málaga se detectaron más de 22 infracciones.

Pero no sólo entre el Domingo de Ramos y el de Resurrección hubieron problemas. Una semana antes de que empezase, el viernes 23 de marzo, durante el traslado de Estudiantes, se produjo el primer encontronazo. l restaurante El Gallo, de calle San Agustín, no retiró su terraza al paso del trono, levantando las criticas de la opinión pública y causando que la Agrupación de Cofradías emitiese un comunicado en el que lamentaba de la "falta de sensibilidad y responsabilidad por parte de algún negocio" y pidiendo que se "respete el paso de las procesiones".

Este mismo negoció fue sancionado por apilar sus sillas y mesas recogidas junto al Museo Picasso, un palacio renacentista del Siglo XVI con protección arquitectónica. Esto sucedió sólo unas horas después de que otro establecimiento, Canela Fina, colocase tres mesas, con su cubitera para el vino, en el umbral de otro museo, el Carmen Thyssen. En este caso "momentáneamente" debido al traslado del Mutilado y por orden de un agente de Policía Local que no consultó con sus superiores. A esto se suma el uso como barra que algunos clientes de los negocios de la Alameda Principal le dieron a la recién estrenada boca del metro.

Al final de la Semana Santa, el entonces presidente de la Agrupación, Pablo Atencia, quiso enfriar el debate: "Los hosteleros son cofrades y son sensibles. Se ha mejorado mucho, salvo algún incidente puntual”. Veremos que depara este 2025.

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