Alfonso Herrero: "El Málaga es un señor club; a los jóvenes les digo que fuera hace mucho frío"
Entrevista Málaga Hoy
El cancerbero del Málaga CF fue una apuesta fuerte de la entidad en este proyecto en Primera RFEF y está respondiendo en este arranque: "No hablar de ascenso es algo simbólico, decir que tenemos los pies en el suelo"
Las fotos de la entrevista
La alineación de un Málaga CF que sueña con hacer algo grande comienza con Alfonso Herrero Peinador (Toledo, 1994). El portero elegido como cancerbero del proyecto de Primera RFEF está mostrando seguridad y madurez. Habla en profundidad en Málaga Hoy desde sus orígenes haciendo 150 kilómetros al día para ir y volver de Toledo a Madrid tras entrar con nueve años en la cantera del Real a lo que está viviendo en el Málaga.
-¿Qué feeling hay en el equipo después de estas cuatro victorias?
-Los resultados son muy importantes, pero yo creo que también las sensaciones a nivel de equipo en el campo respecto a lo que se vio en pretemporada. Se va notando un progreso, vamos encontrando poquito a poco una buena versión y estamos trabajando muy bien para mantenernos con los pies en el suelo y trabajando.
-Se le ve muy seguro bajo palos.
-Sí, estoy contento de mi papel dentro del equipo, de cómo se están dando las cosas, pero el año es muy largo y hay que mantener la cabeza fría y mirar a largo plazo. Estoy muy contento, me encuentro en un buen momento de mi carrera y tengo que ayudar al equipo.
-Se suele decir que el portero, por trayectoria, tiene una madurez más tardía. ¿Siente que llega ese momento?
-Nuestra posición es bastante particular. Siendo joven hay aspectos que cuestan más.
-¿Mentales o físicos?
-Mentales, mentales. La portería, le preguntes a quien le preguntes en el mundo del fútbol, te dicen que es particular.
-¿Una raza especial?
-Tenemos nuestro entrenador de porteros, nuestro mundillo en el que vivimos... En este momento me encuentro bien a nivel de madurez mental y personal y eso lo pongo a disposición del equipo, en todo lo que pueda ayudar y mejorar.
-¿Quién era su referente cuando empezó?
-Siempre ha sido Iker Casillas. También a Buffon siempre lo seguí. Pero estar toda la vida en la cantera del Madrid era el referente que tenía y es un grande. Iker paraba siempre en momentos importantes y las paradas que hacía eran muy buenas, desde luego. Para mí siempre fue un referente, he tenido la suerte de conocerle y me ha tratado siempre muy bien. Alguna vez que entrené con el primer equipo y también Manolo Amieiro, que fue digamos el mentor de Iker, fue mi primer entrenador en el Madrid y sigo manteniendo la relación a día de hoy con él. No tengo relación ahora con Iker, pero sigue siendo un ejemplo.
-Es de Toledo y con nueve años le ficha el Real Madrid. ¿Cómo vive eso un niño?
-Ha sido una época para mis padres muy dura. Había más gente de Toledo, quedábamos con más gente, con otros a mitad de camino para desahogar el número de viajes. Mis padres han estado ahí siempre y ya no sólo me han inculcado unos valores, han hecho unos esfuerzos enormes por mí, por que yo esté hoy donde estoy. Lo hubieran hecho con mis hermanos también. Tengo dos hermanos y una hermana, los dos pequeños jugaron también, uno hasta este año en el Toledo y ella jugó en el Atleti también. Somos familia futbolera.
-¿Y entrar en el Madrid con esa edad?
-Cómo explicarlo. Cuando entras tan joven es una responsabilidad pero no deja de ser tu pasión. Juegas al fútbol por diversión y van pasando los años y la competencia se va notando. Se hace dura, tiene cosas muy buenas: maduras muy rápidamente, yo estuve desde los nueve a los 18 yendo y viniendo de Madrid a Toledo y ya entonces me quedé allí a vivir. Ganas mucho mentalmente, pero conforme pasan los años cuesta más disfrutarlo por esa competencia que hay. Es muy difícil.
-¿Por los compañeros?
-No, los compañeros siempre genial. Pero el nivel de exigencia es muy alto. Yo no lo llevaba especialmente mal, pero hay jugadores que no aceptan ser el mejor en tu casa y llegar a un sitio donde eres uno más. Mantenerse a muy alto nivel muchos años es muy difícil.
-También le recordamos con la selección española, un Europeo sub 17 con Deulofeu, Jesé, Darder, Jonas Ramalho...
-Sí, cierto, ya pasó tiempo, hace 12-13 años, yo era aún sub 16, tenía un año menos y fuimos subcampeones. Fui también con sub 17 y sub 19 y ya no fui más. Representar a tu país es lo máximo siendo tan joven. Ahora lo veo con perspectiva y me siento un afortunado de haber pasado todo eso.
-¿Le entrenó Zidane?
-Sí, el primer año en el Castilla, ya después subió al primer equipo. No fueron muy buenos resultados, yo tampoco jugaba mucho, a nivel personal no fue tan buena. Pero estar allí en el Madrid y todo lo que hay alrededor, lo que se ponen a disposición del jugador, es algo muy bonito. Después de haber pasado por todos los sitios que he pasado te das cuenta de la burbuja en la que estás.
-¿Salir del Madrid es salir al mundo real?
-Mi primer partido tras salir del Madrid fue un partido de pretemporada en el campo del Ceares con el Oviedo B. Fue un choque de realidad tremendo. Tengo bastante los pies en el suelo, hay otros jugadores que un cambio tan radical le puede suponer un choque demasiado fuerte. Gracias a Dios hice un año de Tercera con el Oviedo B y tres años en el primer equipo. Cuando se sale del Madrid se pasa frío, pero se lo digo también a los jóvenes de aquí, que fuera del Málaga se pasa frío. Que el Málaga es un señor club, es increíble estar aquí. A pesar del momento en que está, que los ha tenido mucho mejores, el estar aquí, tener 20.000 personas cada fin de semana, las facilidades para el jugador... Eso no está en todos los sitios. Yo aquí me siento muy cuidado.
-¿Qué pasó en Marbella? Un equipo que se hizo para subir y nada salió bien.
-Fue todo. Los responsables máximos de cualquier éxito o fracaso somos los jugadores. Partiendo de esa base todo el mundo debe remar en la misma dirección. Me faltó eso, que todos fuéramos en la misma, sin señalar a nadie. Fue un año que prometía ser ilusionante y acabó siendo muy difícil a nivel personal y futbolístico. Fue duro. Nació mi hija ese año, me veía ya yéndome a otro sitio para mantenerte a un cierto nivel saliendo de España... Pero tuve la oportunidad de ir a Burgos.
-¿Le curtió?
-Mucho. A pesar de que lo recuerdo muy amargo por cómo fue, a nivel individual fue un año en el que hice buenos números. De 20 o veintipocos partidos fueron 10-11 porterías a cero. Jugaba y me encontraba bien, lo que pasa es que las cosas no salían, el entorno no era muy bueno y el equipo no fue para adelante. Me sentí bien y ese paso atrás me fue bien para los años que vinieron después. Afronto este año en Málaga como un paso atrás en categoría pero un paso adelante en muchos aspectos.
-Es significativo que el Marbella bajara y usted subiera de categoría.
-Sin quitarme culpa de lo mal que se dio ese año, al final hice buenos números, tenía cierto bagaje en Segunda, más de 40 partidos con el Oviedo. Iba por ahí el poder volver. Me llamó Michu, que había sido compañero mío y estaba de director deportivo; Julián Calero, que me había entrenado en el Oviedo... Se alinearon los astros. Este deporte es muchas veces esos momentos. Que se den varias cosas a la vez.
-¿Qué le queda de esos dos años en Burgos y Miranda?
-Yo llegué a Burgos y entendía que iban a traer a otro primer portero, entendía que mi papel era el que era, sabía el sitio del que venía. Vino Churripi, estuvo disponible a partir de la jornada 4, yo jugué las primeras jornadas y me encontré dando un buen nivel, arropado por la gente y poco a poco fui cogiendo confianza y llegando a una buena versión. Fue un gran año, con un gran entrenador, un gran cuerpo técnico.
-Calero se hizo viral por varias ruedas de prensa. ¿Cómo es en el día a día?
-Es lo que ves en la rueda de prensa, es eso. Es pasión total por el fútbol. Transmite al jugador, sabe lo que él quiere. Le puede gustar más o menos a la gente, yo lo entiendo porque el fútbol es para gustos. Se le tilda mucho de defensivo, pero es un entrenador que llegas y sabes desde el primer día exactamente lo que él quiere. Y eso para mí tiene mucho valor. No puedo decir nada absolutamente nada malo de él, al contrario. Me ayudó en todo lo que pudo y ahora firmó por el Cartagena y estuve hablando con él.
-El Mirandés revaloriza a muchos jóvenes, como Raúl, que del Betis firmó por Osasuna, o Juanlu, ahora en el Sevilla.
-Qué delantero Raúl. Es un club que se ha convertido en ese al que muchos grandes quieren dejar jugadores para darle ese papel protagonista en el Mirandés y que den ese paso para volver. Juanlu, Raúl, del año pasado había un nivel muy alto. Jofre está jugando en el Espanyol, Álex, Salinas, que es buenísimo, en el Elche... Era un equipazo. Tienes esa parte joven que a veces te cuesta ciertos disgustos porque la experiencia en este deporte es un grado. Pero fue un buen año. No era especialmente mayor, tenía 28 años y al final era de los veteranos sin serlo tanto. Asumir ese papel también te da un poquito de perspectiva y experiencia. Ahora sé tratar de otra manera ciertas cosas. Fue un buen año, había un gran cuerpo técnico, he tenido mucha suerte con eso. Otro paso más para estar donde estoy.
-¿Cómo es este verano? Había bajado ese escalón con el Marbella, otra vez hacerlo. ¿Le costó decidir?
-Fue rápido. Estaba fuera de vacaciones y me lo dijo mi agente, que podía estar la opción de venir aquí. Cuando todo se concretó me llamaron Loren y el mister. Hablé con ellos y muchas veces es el feeling.
-¿Le dijeron lo que quería escuchar?
-Sí, pero sobre todo, más que digan lo que quería escuchar, era decirme dónde iba a venir y se adaptaba perfectamente a lo que yo quería para mí a nivel personal y para mi carrera. La oportunidad de hacer algo grande en un club grande siempre me llamó la atención. La plaza donde poder hacerlo era Málaga, se me valoró, todo lo que hablé fue muy sincero y directo. Claro que me lo pensé, no fue de un día para otro, pero fue cuestión de tres días. Ahí se cerró. Di mi palabra, se mandó el contrato y le dije a mi repre que no me dijera nada más. Estaba totalmente convencido de venir.
-¿Lo que se ha encontrado responde a las expectativas?
-Sí, de hecho más todavía. Mira, yo vine hace dos años con el Burgos a falta de tres jornadas, que si el Málaga ganaba se salvaba. Y vencimos 0-1 pero se acabó salvando porque perdieron otros. Y el año pasado con el Mirandés aquí, que lo que se vivió aquí cuando vinimos fue fuerte.
-¿Y no le desanimó?
-Al contrario. El fútbol es un deporte de muchas emociones y si consigues cambiar la dinámica de ese ambiente negativo sabía que iba a ser muy bonito. Lo cogí como un reto. La opción de venir a un club donde hacer cosas bonitas, hacer cosas importantes y que una entidad tan grande, aunque esté en un mal momento, pueda regresar a su sitio contigo, ser parte de eso, me dio esa seguridad de venir.
-¿Ahora sienten ese viento soplando a favor de la afición?
-La afición es increíble, lo de Linares ha sido una locura, una pasada. Y meter cada fin de semana 20.000 personas es algo que no se respira en muchos campos de fútbol profesional en España. Como club, el Málaga y todo lo que le rodea es grande. Entonces ahora, como a nivel deportivo van bien las cosas, todo sopla en la dirección a favor. Tengo los pies en el suelo porque el fútbol es como es. Hay momentos buenos y malos y llegará algún bache en el que tendremos que dar ese paso adelante jugadores y todos los que estamos dentro del club para reconducir esas cosas. El año es muy largo y esta categoría es muy difícil.
-¿Ve al equipo con esa madurez para aguantar tres malos resultados?
-Sí, sí. Creo que sí porque, aparte de que hay gente que tiene experiencia y puede haber vivido ciertas situaciones así en sus clubes, la gente que es más joven tiene un sentimiento hacia el Málaga que es una pasada y eso, ufff... Me parece que es totalmente diferencial. La gente joven no es de otros clubes, sino de la casa. Y va a muerte por esto. Muchas veces, aunque la cabeza no esté, estará el corazón. Y de ahí hay donde sacar para ese tipo de momentos.
-¿Qué le ve de especial a la plantilla?
-Hay muy buen grupo. Hay gente que es un poco experimentada y que está ayudando al joven. Y ese joven que tiene un sentimiento de pertenencia. Independientemente de quién juega, que ahí decide el mister, veo un equipo con calidad, que sabe llevar la iniciativa de los partidos y creo que empezamos a mostrar una buena solidez defensiva. No cambiaría a ninguno de los compañeros. El día a día de los entrenamientos está siendo una pasada y eso es muy importante. Si te mantienes entrenando bien durante el año, cuando hay buena dinámica y la gente está rodada... Eso se nota el fin de semana.
-Decía que el nivel de los entrenamiento es muy alto.
-Sí, yo hoy estoy reventado (risas). Estamos trabajando fuerte, es lo que toca, trabajar así para llegar bien al fin de semana. Si hablas con el preparador físico te contará que hay que subir, después bajar para subir a mitad de tal... A nivel físico está siendo duro, pero estás con buen nivel. Estamos trabajando muy bien. A nivel de rendimiento también, es muy importante que la gente que cuenta con menos minutos esté dando el nivel en los entrenamientos porque el día que les llegue la oportunidad habrá momentos para todos y va a ser muy importante que todos nos mantengamos a buen nivel.
-Desde el club hablar de ascenso es un poco tabú. ¿Cuándo se podría decir?
-No sabría decirte. Es algo más simbólico no decir esa palabra. Es una tontería al final, pero el hecho de no decirla es transmitir que tenemos los pies en el suelo. No es más que eso. Se está viendo que, a pesar que estamos teniendo buenos resultados, están siendo partidos muy duros. La categoría es muy difícil, no sólo por ese ambiente condicional por la necesidad de ganar partidos que tenemos, sino porque tenemos rivales delante muy buenos, que trabajan muy bien y el fútbol se va profesionalizando cada vez más. Da igual al equipo que te enfrentes, cualquiera te puede ganar. El adelantarte a nada... Soy partidario de ir a partido a partido, sé que es una filosofía más aburrida si la lees en el periódico pero es la que tenemos dentro del vestuario. No hay pensamientos raros, trabajar y ganar cada fin de semana. Si lo hacemos saldrán cosas buenas.
-¿Qué rivales le llaman la atención?
-A nivel de clasificación tenemos por encima al Ibiza, que tiene un partido menos, Castellón y Ceuta, que están como un tiro. Si te pones a mirar jugadores, el Murcia es una pasada. Hay grandes equipos, con mucha fuerza económica. Al final lo que tenemos que hacer es centrarnos en nosotros. El dinero es importante pero el trabajo del día a día es lo que hace que el fin de semana estés bien o no. Hay grandes equipos, sería una tontería decir lo contrario, pero debemos centrarnos en nosotros.
-¿Qué tal con Carlos López?
-Ahora estamos Carlos, está subiendo Adri [Pereda] y Andrés [Céspedes], con Caco, el entrenador con el que trabajamos muy bien. Carlos es un chico encantador primero, pero es portero futuro del Málaga. Me parece un chico con unas condiciones muy buenas. Cuando llegué le veía que a nivel técnico tiene muchos conceptos que se nota que ha estado trabajado toda su vida desde pequeño. Tiene ciertos detalles que vemos los porteros, que somos más frikis, que dices 'cuidado, que esto lo hace bien'. Irá cogiendo experiencia y será un gran portero. Le diría que es futuro del club.
-¿Cuánto ha cambiado la preparación del portero desde que debuta? ¿Qué se hace diferente?
-Ha cambiado mucho, pero la preparación del portero se va adaptando. No haces lo mismo en formación que ahora. En la formación hay que enseñarle y darle las herramientas. Una vez se va profesionalizando tienes que tener bien a ese portero, no sólo a nivel físico, sino también mental. Ahí está lo diferencial para mí. El trabajo mental me parece muy importante y cada vez se dan más situaciones de estrés en los entrenamientos que simulan más cerca a lo que te encuentras en el fin de semana. Va evolucionando mucho, para el futuro es una parte que me interesa. Es un abanico amplio el que tengo aún, pero me gusta. Se trabaja muy bien, no hay más que ver el nivel de los porteros de España, es altísimo.
-¿Cómo se formó?
-Terminé el Bachillerato y empecé la carrera de Ciencias del Deporte, pero cuando fui a Oviedo empecé a hacerla a distancia y tuve problemas con las convalidaciones. Los últimos años me dediqué a abrir ese abanico en torno al fútbol y el deporte. Voy a empezar el master de gestión deportiva y marketing que hace el club y aparte tengo alguna cosa más en dirección deportiva, organización de eventos, scouting, nivel I de entrenador... En eso me gusta estar al día para el día de mañana estar preparado para seguir en lo que me gusta.
-¿Qué se imagina a final de año?
-En mis mejores sueños, hacer algo grande con el Málaga. Pero a partir de ahí, soy aburrido y partido a partido y ya tendremos tiempo para pensar (risas).
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