Andorra - Málaga CF: Domingo de fe (18:30)
Los blanquiazules opositarán firmemente a la salvación en caso de asaltar el Principado, otro escenario sería casi renunciar a ella porque el tiempo se agota
Enfrente uno de los equipos más particulares de la categoría
Las palabras de Pellicer
El malaguismo necesitaba el chute de esperanza del pasado lunes, una victoria ante el Lega que ha permitido abrir una rendija al por qué no soñar con una salvación, aún con tintes milagrosos, pero por fin el equipo da argumentos sólidos para que se pueda concebir. A ocho de la permanencia, más el average, y nueve jornadas por delante, aún una osadía. Andorra va a marcar si se oposita de verdad a la machada, o si todo lo vivido frente a los pepineros fue la enésima torta de realidad y frustración. Los blanquiazules deben sumar de tres sí o sí en el Principado (18:30) y que esa corriente de optimismo no deje de aumentar; es una cita crucial en esa carrera, como así la etiquetó Pellicer recientemente. Las cuentas solo saldrían en ese escenario, otro desenlace sería un tremendo chasco, porque por primera vez, y no es poco, se cree.
Andorra, Villarreal B y Cartagena; el siguiente bloque de los blanquiazules, teoría que ha calado, a la espera que pueda surtir efecto de verdad. 5/9 en el primero, bagaje que no serviría en este, quizás se habría firmado por la envergadura de los rivales (Las Palmas, Levante y Leganés). Ahora el calendario, dentro de lo caprichosa que es la categoría, parece que da una mueca. Con solo seis partidos ganados esta temporada, suena a chiste, pero normal que el malaguista se agarre a ese clavo.
También marcado este fin de semana en rojo por los duelos exigentes de rivales directos, el contexto ya te obliga a mirar a demasiados campos. El Sporting, en caída libre, recibe al Granada en El Molinón (18:30); rival que se observa con lupa, al igual que un Racing que sucumbió en El Plantío (2-1), primer paso halagüeño. La derrota del Legánes ante el Catagena (1-3) también ayuda, o el 1-1 del Oviedo frente al Éibar. Es una jornada propicia, servida en bandeja, para reducir esa desventaja, y meter el miedo en el cuerpo de verdad. Desde un punto de vista constructivo, el Málaga es experto de la materia en jugar ahí abajo, si los asturianos siguen cayendo o el propio Racing, se podrá oler sangre, sin olvidar una Ponfe, la olvidada, como Teruel, pero la primera de la fila por si hay algún derrumbe; juegan en Lugo los del Bierzo (16:15).
No debería introducir demasiados cambios Pellicer. Lo que funciona, ni tocarlo, ya con su núcleo bien formado, bloque cada día más compacto, solo con la incógnita de quién sustituirá al sancionado Fran Villalba, comprometida porque el valenciano era un fijo. Hay varios que opositan: Chavarría ha llamado a la puerta tras su buena media hora ante el Leganés, también Luis Muñoz, o el descaro de Álex Calvo, de nuevo disponible tras su participación con la sub-19; al igual que Loren y Gallar, ambos entrarán en la convocatoria, así lo confirmó el técnico de Nules. El que no llega es Bustinza.
Enfrente, el conjunto de Eder Sarabia, equipo de sello y autor; temerario por su estilo, difícil de maniatar, de los más especiales de la categoría porque no hay nadie que se le pueda asemejar. Temporada extraordinaria de los andorranos, en tierra de nadie en esa zona media, con 41 puntos envidiables, siete por encima de la salvación, y lejos de play offs. Los deberes están casi hechos. También en un entorno especial, ya que se prevé una temperatura invernal durante el choque, incluso con probabilidad de nieve. Una trampa para los boquerones se mire desde cualquier ángulo, pero de la que hay que salir. El Málaga ha demostrado estar en línea ascendente desde la llegada de Pellicer, hasta ahora sin resultados, el sumar la victoria seguida, cosa que no se logra desde la etapa de José Alberto, avivaría el creer en el milagro. Hoy también es domingo de fe.
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