Antoñín se despide: "Nunca dudéis de mi amor al Málaga CF"
Cada final de temporada se produce un carrusel de mensajes y despedidas a través de las redes sociales por parte de los futbolistas. Pero en este caso el protagonista es casi más importante que el contenido. Se marcha Antoñín Cortés, uno de los grandes señalados de la temporada en el Málaga CF, donde regresó el verano pasado cedido por el Granada y donde ha terminado siendo apartado por Pablo Guede tras el enésimo capítulo de indisciplinaPablo Guede.
"Malaguistas, muchas gracias por todo el apoyo que me habéis dado durante todo el año. Sé que ha sido un año complicado, pero os pido que nunca dudéis de mi amor a este club, a esta ciudad, a los aficionados... sin vosotros no sería futbolista y os lo tengo agradecido, así que se despide ¡un malaguista! Pronto se volverá donde se debe. ¡Un abrazo a todos!", rezaba un texto que compartió en su cuenta de Instagram.
En realidad, era dos mensajes. Acompañó de una creatividad con imágenes suyas de esta temporada y otro texto algo más formal: "Gracias a la afición, ha sido un año complicado y en lo personal ha habido muchos contratiempos, pero que nunca se dude de que soy malagueño y malaguista desde pequeño, que esta es mi casa y mi vida. Desgraciadamente somos los responsables de la situación que hemos vivido. El Málaga CF y su afición es de Primera y más pronto que tarde estaremos ahí".
Antoñín llegó el verano pasado como uno de los refuerzos estelares del Málaga. No tenía sitio en Primera con el Granada y volver a casa era una de las mejores opciones. Sin embargo, en el campo ha rendido más bien poco pese a que ha participado en 30 partidos. Su insatisfacción se dejó notar pronto y arrastró a algún compañero por el camino.
Uno de los episodios más desagradables de la temporada llegó antes del mercado invernal por no estar conforme con su rol en el equipo y tampoco con su relación con José Alberto López, así que decidió marcharse porque creía tener alguna opción en Segunda División que terminó difuminándose y dejándole en una situación incómoda en la entidad, a la que llegó a pedir que le buscaran una salida.
Fueron tiempos oscuros, previos al despido de José Alberto (que ayer habló de Antoñín y otros asuntos delicados), que no dudó en decir públicamente que el delantero se quería marchar. La destitución del asturiano y la falta de ofertas cambió la situación del canterano blanquiazul. Se negó lo sucedido, se tiró para adelante y se dejó todo en manos de Natxo.
Pero la cosa continuó por mal camino. El equipo seguía desorientándose y cada vez con menos colchón con respecto a los de abajo. Salió Natxo, llegó Guede. El argentino le dio confianza al principio y Antoñín respondió. Unos días más tarde salió el vídeo viral de su pachanga, otro borrón en su expediente. Le toca volver al Granada este verano, pero allí también está bajo lupa.
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