El Anxo Carro, paraje conocido

Las exigencias son las que son. El Málaga visitará este martes el Anxo Carro en un mar de dudas y con el abismo del descenso cada vez más cerca. El Lugo delimita la zona de descenso con 37 puntos, tres menos que los blanquiazules tras 34 jornadas ligueras –aunque a expensar de qué haga el Oviedo este lunes ante el Sporting de Gijón, pudiendo dejar al Numancia como decimoctavo con 38 puntos–. La dinámica y la cercanía con los puestos de peligro recubren de una importancia mayúscula este encuentro en un paraje como el Anxo Carro que, para algunos del plantel blanquiazul, es más que conocido.

Algo más de un mes estuvo entrenando en las instalaciones del Anxo Carro Aarón Ñíguez, el último fichaje blanquiazul que aún no ha podido debutar –ni si quiera ser convocado– desde que firmara hasta final de temporada a principios de marzo, poco antes de que se instaurara el estado de alarma en España y se paralizara todo. Desde finales de enero estuvo el ilicitano a prueba con el Lugo. El mediocentro cuajó y gusto al cuerpo técnico pero las trabas con el limite salarial de los gallegos evitó su fichaje. El Málaga se movió rápido y el resto es ya consabido.

Será un partido especial, raro de vivir para Aarón, que posiblemente no llegue a tiempo para entrar en su primera convocatoria a las órdenes de Sergio Pellicer. No llegó a vestir los colores rojiblancos del Lugo pero sí compartió entrenamientos con su plantilla durante un periodo en el que forjó lazos. Como el ilicitano, Tete Morente conoce muy bien lo que puede dar de sí la plantilla lucense. La media temporada final de la 18/19 y la inicial de la presente las hizo en el Anxo Carro, donde disputó 29 partidos.

Ha sido un fijo para Pellicer desde su llegada a principios de febrero. Pese a llegar libre, y tal y como informó el club, el gaditano causará baja para visitar a su ex equipo por una condición que pactaron Lugo y Málaga cuando se negoció la operación. Tete rescindió su contrato y fue entonces cuando firmó con los blanquiazules. Pese a ello, el jugador no podrá vestirse de corto.

Es curioso que, por diversos motivos, los tres jugadores con relación con este Lugo no podrán estar en este envite. La de Luis Muñoz, que estuvo cedido allí medio año durante la 17/18, es otra baja casi segura para visitar el Anxo Carro. El canterano malacitano acabó el partido ante el Extremadura antes de tiempo a consecuencia de una sobrecarga en la parte posterior de la pierna izquierda. Pellicer duda tras el partido de la posibilidad de poder contar con él, una pieza importante para él desde que tomó el control del equipo por su capacidad de mando en la medular –su salida del campo coincidió con el bajón del equipo ante los extremeños–.

Más que tres puntos

En el Anxo Carro se juegan más que tres puntos para el Málaga. La escasa diferencia en la tabla y lo que puede ocasionar el resultado para uno u otro bando son claves. El Lugo regresó del parón con una victoria ante el Racing (1-2) pero después ha encadenado dos derrotas ante Zaragoza (1-3) y Las Palmas (1-0) generando las mismas dudas que arrastran ahora los blanquiazules. Más allá de los tres puntos que podrían suponer un impulso, una brecha con el descenso y un golpetazo a los lucense, será importante el marcador.

En La Rosaleda, en el último encuentro de 2019, el Málaga empató a uno ante el Lugo (1-1). El golaveraje, dadas las situaciones de ambos equipos y lo comprimida que está la tabla por los puestos de abajo, puede ser clave una vez consumidas las 42 jornadas de Segunda División. De momento las tiene ganadas ya con rivales como el Oviedo, el Numancia y el Tenerife, aún están por decidir con el Albacete (perdió 1-0 en el Carlos Belmonte), Deportivo de La Coruña (ganó 2-0 en La Rosaleda). Atarla ante el cuadro lucense facilitaría las cosas.

Cabe destacar también la importancia de una victoria tras el reinicio, sobre todo para romper con la dinámica y la racha, y no caer en círculos negativos que puedan ser peligrosos en un tramo de la temporada tan importante, con tanto en juego en estos momentos. En términos de salvación, la permanencia en la categoría en los últimos años ha estado en unos 47 o 48 puntos de media. El año pasado fue el propio Lugo el que acabó en la 18ª posición que asegura otro curso más en la categoría. Se salvó con 47 puntos. Hace dos temporadas, el Almería permaneció con 48. En la 16/17, fue el Alcorcón con 50; en la 15/16 el Almería de nuevo con otros 48 puntos; y por último en la 14/15 fue el Osasuna con 45.

Así, en estos términos, el equipo de Sergio Pellicer necesitaría sumar siete u ocho puntos en las próximas ocho jornadas para acercarse al que es el objetivo en estos momentos, que no es otra cosa que la salvación. La primera estación para comenzar ese camino hasta alcanzarlo es el Anxo Carro, un paraje ya conocido más que conocido.