El balón parado, Aquiles del Málaga

15 de los 39 goles que recibió el Málaga llegaron por esa vía

El Zaragoza marca a balón parado en La Rosaleda.
El Zaragoza marca a balón parado en La Rosaleda. / Marilú Báez

Dentro de la excelente temporada del Málaga, el balón parado está emergiendo como uno de los agujeros negros por los que se han marchado un buen número de puntos. Suele referir Pellicer que, en la Liga Smartbank, un alto porcentaje de los goles viene por esa vía y por las transiciones. El equipo malaguista ha recibido 39 goles esta temporada y en 15 ha sido el balón parado el protagonista, varias veces con polémica de por medio.

El tanto del empate de Araujo en Las Palmas, remantando solo en el punto de penalti un córner con los pies en el suelo, recuerda ese déficit que ha tenido el equipo malagueño a lo largo de la temporada. Tres de esos goles han sido de penalti recibidos, a través de Isi (Rayo, el que abrió la cuenta del 4-0 en Vallecas tras unas discutidísimas manos de Ramón), Ortuño (Albacete, en el 1-1 del Belmonte tras un forcejeo del delantero con Escassi) y Sabin Merino (Leganés, en el 1-2 de aquel inverosímil penalti de Juande sobre Arnáiz). Después, cuatro más han sido en segundas jugadas tras un balón parado en las que no se pudo resolver en primera instancia y el rechace se elaboró para acabar en gol. Así llegó, tras un centro lateral, el primer gol adverso de la temporada de Suso Santana (Isma Casas rompe un fuera de juego) en Tenerife. También el primer tanto del Leganés en Málaga (1-2 final), con un gran pase de Rubén Pardo que al final acaba Juande metiéndose en la portería propia. El golazo de Óscar Sielva de volea tras centro de Erik Morán en el 0-2 de la Ponferradina en Málaga y discutidísimo 2-1 (3-1 al final) de cabeza de Maras en Almería en el que se obvió un claro fuera de juego de Sadiq, que interviene en la jugada de manera obvia.

Las faltas laterales han sido un gran caballo de batalla. Cinco goles han venido desde esos lances, en situaciones más o menos similares. Faltas a unos 30-35 metros de la portería, bien botadas y en la que ha habido indecisiones en zaga o portería. Y también mucha polémica, cierto es. El Lugo marcó el 0-2 (posteriormente se igualó 2-2 con dos tantos de Juande) con un remate de Venancio tras una falta desde el sector derecho del ataque. El 1-1 del Cartagena en Málaga (1-2 al final) fue conseguido por Alex Gallar con una falta lejana desde esa misma zona. Hubo protestas malaguistas porque cuatro jugadores del Efesé estaban en posición de fuera de juego y su intención es ir al remate, lo que confunde a Juan Soriano para atacar el balón. También en una falta lateral llega el 2-0 del Mallorca (3-1 al final) en la primera vuelta, a través de Raíllo. El 0-2 del Zaragoza (1-2 al final) que marcó Vigaray. Y el 1-0 en Miranda a través de Vivian, que debió ser validado por el VAR tras ser anulado en primera instancia y en el que también había otro compañero en situación incorrecta aunque no llega a impactar la bola.

Y, por último, los córners. El 1-0 de Mallorca lo consigue Ndiaye por esa vía. También así llegó el pólemica empate de Ramón Folch en el 1-1 ante el Tenerife, cuando se reclamó un juego peligroso sobre Juan Soriano que en directo pareció evidente. Y este último gol de Araujo en el empate del Las Palmas en el minuto 85 que frustró porque el partido estaba en momento en el que el 0-2 parecía más cercano. Otras vías por las que se recibieron goles fueron pérdidas por pases arriesgados en zona de peligro (Ramón, Alexander y Benkhemassa en los dos partidos ante el Almería), las citadas transiciones o más centros laterales que la defensa no resolvió de manera contundente.

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