Brahim: ¿Por qué cambia España por Marruecos?
De niño, Brahim Abdelkader Díaz (Málaga, 1999) soñaba con debutar en La Rosaleda, vestir la camiseta del Barça como su ídolo Messi y representar a la selección española, a la que creció viendo ensartar el glorioso ciclo Eurocopa-Mundial-Eurocopa. Se marchó a Manchester siendo infantil, cuando asombraba por los campos de España, para jugar en el City, acabó recalando en el Real Madrid, donde ha brillado en los últimos meses, y jugará con la selección de Marruecos, donde la familia de su padre tiene las raíces y la que ha optado por representar. Son curiosos los vericuetos de la vida y el fútbol. “Muchos sueños con esa camiseta durante toda mi infancia. ¡Qué orgullo y alegría poder estar con la selección! ¡A por todas!”, escribía en Instagram, acompañado por una foto suya y de una hermana con la camiseta de la selección española de muy niños, el 5 de noviembre de 2021, cuando era convocado por primera vez para un partido oficial de la absoluta por Luis Enrique. Fue para los duelos ante Grecia y Suecia que cerraban la clasificación para el Mundial de Catar. No llegó a salir al césped. Había jugado antes, por accidente, un partido amistoso con la absoluta, con gol, ante Lituania, en la preparación para la Eurocopa 2021 por un brote de covid en el equipo que preparaba la cita. Se recurrió a la selección sub 21 que venía de jugar el Europeo, el último torneo que jugó con España. ¿Qué ha pasado para que en marzo de 2024 haya optado por representar a Marruecos?
No es cuestión de buscar mártires o culpables, sí razones por las que ha ocurrido. Habrá quien observe dejadez o falta de tacto por la Federación y quien vea exceso de celo en el lado del malagueño. Brahim es un talento especial desde muy niño. Saltaba ya en el radar de la Federación Española cuando, siendo él aún infantil, ganó con el Málaga la Copa Coca Cola en Vallecas, el equivalente al título nacional cadete jugando con dos años menos con aquella generación malaguista de Luis Muñoz, Ontiveros o Kuki Zalazar que después ganara también la Copa de Campeones juvenil. Entró en dinámica de selección en la sub 17, antes acudió a entrenamientos con la sub 16. Descolló en un Europeo sub 17 en el que llevó a España a la final en Azerbaiyán ante Portugal, no pudo jugar un Europeo sub 19 en los dos intentos, ya con Luis de la Fuente a los mandos. Jugó algún partido con la sub 21 en el ciclo anterior a su edad (nacidos desde 1996) pero una lesión en el último partido de Liga con el Madrid, cuando estaba teniendo algo de continuidad con Zidane, le dejó fuera del Europeo de 2019 que ganó España. Sí jugó, con De la Fuente también, la siguiente fase del Europeo sub 21, el de su edad, en el que España quedaría en semifinales, ya como futbolista del Milan. En todo este periodo Marruecos ya había tentado a Brahim y su entorno para jugar con la selección norteafricana, algo posible por sus ancestros paternos. Ya para el Mundial de 2018 en Rusia se habló de esa posibilidad, que persistió para ir a Catar’22, donde Marruecos se convirtió en la primera selección africana en llegar a semifinales de un Mundial tras eliminar a España y Portugal, curiosamente los países que organizarán el Mundial 2030, otro vector clave en esta decisión. Hasta entonces no había ninguna duda en el futbolista malagueño, quería jugar para España. Incluso eligió usar su apellido materno, Díaz, profesionalmente.
Tras ese debut con asterisco con la selección absoluta llegó un primer palo duro pocas semanas después. Brahim no estuvo en la selección para los Juegos Olímpicos de Tokio. Originalmente el COI permitía (igual sucederá en París’24) 18 fichas para el fútbol, pero se extendió ex profeso a 22 por la pandemia, para que los equipos no se quedaran en cuadro si había positivos. Pese a la ampliación, Luis de la Fuente decidió dejarle fuera. Bryan Gil, Marco Asensio, Dani Olmo, Oyarzabal, Rafa Mir y Javi Puado fue el frente de ataque que llevó el riojano hasta Japón.
Brahim siguió su progresión, de ahí esa llamada de Luis Enrique. Pero fue su último contacto físico con la selección española, noviembre de 2021. La selección se estrelló en Catar y triunfó, ya con De la Fuente, en la Nations League el pasado verano, en la que tampoco estuvo el malagueño pese a una notable temporada con el Milan. En el año anterior había ganado el Scudetto (tercer jugador de la historia en juntarlo con Premier League y Liga tras Cristiano y Danilo) y en ese llevó al equipo rossonero a semifinales de Champions con varios partidos estelares. Se apostó por otras opciones, como un Ansu Fati renqueante. En agosto de 2023, lo que se entendió como otro agravio en el entorno de Brahim. Imágenes de Tito Blanco, coordinador del fútbol base de la RFEF, y Francis Hernández, director técnico y coordinador de selecciones nacionales, saliendo de una reunión en Barcelona a la que habían ido a terminar de convencer a Lamine Yamal, de padre marroquí y madre ecuatoguineana, para que siguiera con la absoluta de España ante su eclosión y la intención de reclutarle de Marruecos con sólo 16 años.
Y la puntilla, precisamente, con la convocatoria en octubre tras las lesiones de Lamine Yamal y Yéremi Pino, del malagueño Bryan Zaragoza tras un partidazo con el Granada ante el Barcelona con apenas una decena de partidos en Primera División. Se entendió desde el lado de Brahim que no se preferían otras opciones y que había que volar. Se aceleraron los trámites para la obtención de la nacionalidad marroquí, que no le obliga a renunciar a la española. Conversaciones con el seleccionador Regragui para convertirle en icono de los Leones del Atlas, en un proceso de seducción que duraba más de un lustro, con viajes a Marruecos incluidos. El 80% de la selección marroquí que llegó a semifinales del Mundial es nacida y formada fuera del país, pero los lazos familiares son fuertes. Y el Mundial 2030 es cuestión de estado. La continuidad con el Madrid, con partidos tremendos como el de Leipzig, que decidió con un gol de Messi, azuzaron el debate. De fondo, otra cuestión. Tras ese gol mágico en Alemania, ni un minuto en el partido de vuelta. Marruecos le daba garantías de continuidad para ser referente hasta ese Mundial de 2030, aunque no fuera titular en el Real Madrid, un escenario en el que también influyen los próximos movimientos (llegadas de Endrick y Mbappé). La Federación, con el ex malaguista Albert Luque como líder deportivo, no tuvo acercamientos con Brahim, se le consideraba uno más y por su rendimiento ahora se le iba a llamar por su gran nivel. No se querían hacer distinciones, aunque antes las hubo. Y es verdad que de la mano de Sufi, padre y representante del malagueño, las conversaciones con Marruecos estaban muy avanzadas. La Federación y el país no escatiman esfuerzos. Desde el club blanco también hay quejas de agravio con el Barcelona. Recientemente hubo el caso de Nico Paz, hijo de un internacional argentino que ya debutó con el primer equipo y que quería ir con la selección española pero no fue convocado por ninguna categoría hasta la sub 19, lo que llevó a la albiceleste a citarle. De fondo también se desliza en el mundillo, no es algo nuevo y siempre hay maledicencias, que es más fácil ir a la selección (especialmente en inferiores) siendo representado por un agente que por otro. Hay mucha intoxicación, no obstante, en estos días. Desde las dos partes.
En este mundo globalizado hay viajes de ida y vuelta. Por ejemplo, se espera la citación con España sub 21 este viernes de Dean Huijsen, chico nacido en Países Bajos pero criado en Marbella y hasta los 16 años en el Málaga. Tras jugar con su país natal hasta sub 19, ha decidido ahora representar a España después de recibir la carta de naturaleza. La presencia en las grandes citas propulsa carreras. Tras su consolidación en el Madrid, tras 25 partidos desde sub 17 a la absoluta, y cuando iba a ser citado por De la Fuente con España, Brahim opta por Marruecos. Prefirió no acelerar para no jugar la Copa de África en enero, implicaba perderse más de un mes de competición oficial con el Madrid. Pero ya hay vía libre y la competición continental (Marruecos es sede en 2025) no volverá a jugarse en invierno. El sueño de Brahim no se cumplirá pero sí podrá ser internacional y jugar grandes citas. El domingo ya felicitaba por las redes el inicio del Ramadán.
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