Camacho: "Mi casa estará en Málaga, la familia quiere vivir allí"
El ex malaguista se quedará en el Wolfsburgo formándose para decidir hacia dónde orientará su futuro
"Sigo al Málaga, pero no me gusta ver las malas noticias", asegura
Ignacio Camacho dijo basta tras pelear contra las lesiones durante demasiado tiempo. Una leyenda del malaguismo, siete años de gran fútbol en los mejores momentos de la historia del club, que dijo adiós en el Wolfsburgo, el club al que se marchó desde Málaga, dejando una buena cantidad de dinero que necesitaba la entidad. 30 años es una edad prematura para decir adiós, pero el maño se había mentalizado durante el calvario de lesiones.
Camacho estuvo en el programa Área Malaguista de 101 TV para hablar de su decisión de dejar el fútbol por los problemas de tobillo que le han atormentado. "Es una decisión que viene de lejos, es muy meditada por mí y los doctores. Es un paso a otro lado, punto y aparte y toca disfrutar de lo que viene ahora. Me quedo en el Wolfsburgo, el club me ofreció formarme aquí, la posibilidad de trabajar, hacer prácticas como entrenador, scouting o director deportivo. Es una oportunidad para mis hijos, lo hablé con mi mujer, para que puedan aprender estos idiomas y para mí seguir vinculado al fútbol. Me llama la atención ver todas las facetas dentro del Wolfsburgo. El jefe de la Academia es un gran amigo. La Academia tiene 250 trabajadores, más toda la primera plantilla. Y eso me va a preparar hacia dónde quiero ir. Es un aprendizaje rápido, tocar todos los departamentos, ver lo que me gusta. No lo tengo claro si quiero ser entrenador, ir a ver partidos, la dirección deportiva...", decía Ignacio Camacho.
"Estuve siete años en Málaga, pero que la gente te quiera mucho te hace mucha ilusión", decía el que fuera mediocentro después de la reacción del malaguismo a través de las redes para reconocer su trabajo durante tanto tiempo en La Rosaleda. "Sabéis que mi casa estará en Málaga, que la familia quiere vivir allí, no sé qué tendrá. El futuro, Dios dirá", decía sobre si trabajar en el club de Martiricos es una opción.
"No estoy ni para cinco minutos", ahondaba sobre los motivos de su adiós: "La gente que me conoce sabe que si he tomado esta decisión es porque lo he intentado todo. No tenía ni el 30% para dar. Volví hace dos años y de lunes a viernes entrenaba al 20%. Le decía a mi mujer que estaba haciendo el ridículo. Y el sábado tomaba un antiinflamatorio y volaba, pero tras dos meses se acabó. No era feliz. Vinieron las operaciones, la recuperación...".
"Me ha gustado en esta retirada que la gente me guarda cariño como persona, en Madrid, Zaragoza, Málaga o Alemania, donde no pude demostrar lo que sí hice en Málaga. Los futbolistas van y vienen, dentro de dos-tres años nadie se acordará. Pero las personas quedan y es lo que más me ha sorprendido y me ha gustado", proseguía en su adiós Camacho: "Es una sensación que no se la deseo a nadie. Retirarte después de dos años lesionado es algo más frío, sin tus compañeros, mucho trabajo en solitario, he estado siete meses en Zaragoza. Es algo frío. Mi entorno familiar sabía esta decisión desde hace algún tiempo. Me quedaría con la gente que en esta transición de la lesión se acordó de mí".
Sobre el Málaga actual, Camacho dice que "le sigo, pero no me gusta ver las noticias malas, ni me meto cuando las veo. Quedan pocos, estuve viendo un rato el partido de Tenerife, dejé de verlo cuando metió el segundo. Con el entrenador, Sergio Pellicer, he hablado más de una vez con él. Se merece todo lo que le está saliendo. Hizo un buen trabajo el año pasado, merecía esto. Hizo un buen grupo en una situación difícil. De mi época queda Luis, Juanpi, Juankar se fue... En fin, los que dicen que tienen que salir".
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