Chavarría regresó tras ocho meses

Fue el 1 de marzo cuando Pablo Chavarría se lesionó en Anduva, ante el Mirandés que dirigía José Alberto López. “Rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda”, fue el diagnóstico del club entonces. Empezó un largo proceso de recuperación que acabó en primera instancia en Oviedo. Se le vio el jueves en un partidillo con los juveniles y ya el viernes el técnico malaguista dejaba caer que igual se le veía en el Tartiere. Pero sorprendió de todas formas verle en el once inicial, síntomas de que las pruebas habían sido positivas. Decía José Alberto que habían sido buenas las vibraciones del cuerpo técnico y las del jugador.

Apenas tuvo protagonismo, eso sí, el argentino, de 33 años, en el encuentro, quedó como un islote en la punta del ataque, sin conexión con el resto del equipo, justo cuando peor lo pasó el cuadro de José Alberto, que en la segunda parte pisó bastante más el área. Tocó nueve veces el balón, con la mitad de pases efectivos (4/8). Ganó un duelo de los dos aéreos y perdió los tres en el suelo, además de cometer las dos faltas.

Pero, más allá de números, se celebra el regreso de un jugador que debe ser determinante, que el año pasado demostró ser un delantero con mordiente y oficio para ser importante en Segunda División. Se abre el abanico para el entrenador y el beneficiado de todo debe ser el colectivo porque Chavarría debe aportar.