Cima y sima del jeque Al-Thani en Málaga
La destitución judicial del dirigente catarí cierra, momentáneamente, el paréntesis histórico de su etapa en el Málaga
Cotas deportivas no vistas antes en la ciudad se mezclan con acciones presuntamente delictivas
Poco más de una decena de aficionados del Málaga respondieron a la llamada de la plataforma “Bandera Malaguista” cuando, el 31 de julio, se convocó una protesta contra el jeque Al-Thani en la Plaza de la Constitución. Estaba allí Antonio Aguilera, presidente de la Asociación de Pequeños Accionistas (APA). Fue el embrión de una protesta que fue en aumento en sucesivas convocatorias. Ya en agosto, se pasó del millar de aficionados en los exteriores de La Rosaleda. Las noticias eran intranquilizadoras, los hechos eran que no se podía inscribir jugadores en LaLiga y la asfixia económica apretaba.
Medio año después del inicio de aquella revuelta, una querella de la APA, con el respaldo del Ayuntamiento, ha tumbado de manera provisional a Al-Thani. La justicia le ha despojado, transitoriamente y a la espera de un juicio que vendrá a tenor de los serios indicios de conductas delictivas del catarí y su familia que se recogen en el auto de la jueza Ruiz González, de la presidencia del Málaga. Esa que, con pompa y boato, tomó simbólicamente en el césped de La Rosaleda, con unas jaimas para atenuar la canícula, un día de junio de 2010, un par de horas antes de que España jugara el decisivo duelo ante Chile en el Mundial que un par de semanas después se ganaría en Sudáfrica.
El trasvase de la propiedad del Málaga de los Sanz a los Al-Thani, después de una agónica permanencia firmada en el último partido de la temporada 2009/10 con un empate en La Rosaleda ante el Real Madrid de Manuel Pellegrini, posteriormente icono de la mejor era jamás vista en Martiricos, desbordó la ilusión con la idea de un club moderno y ambicioso, acorde al estatus de la ciudad. Es algo a lo que se refiere recurrentemente el alcalde De la Torre ahora que se le pregunta constantemente por la situación del club. Esa idea de un Málaga grande subyacía en el apoyo masivo que recibió Al-Thani, desde el malaguista de a pie hasta las propias instituciones, que le abrieron las puertas de par en par. El punto exótico de un jeque, entonces las inversiones con capital extranjero no estaban tan generalizadas en el fútbol español, entroncado con la familia real catarí aumentaba el aura del sheikh Abdullah ben Nasser Al Thani y disparaba la expectación.
La licitación que se hizo en 2011 para que el jeque ampliara y gestionara el muelle de La Bajadilla, en Marbella, se anuló por el Supremo a finales de 2018 tras un largo litigio. El jeque prometía una inversión de unos 70 millones de euros. Fue uno de los proyectos en los que embarrancó Al-Thani fuera del fútbol, donde no llegó a concretar nada. Se quejó repetidamente de la burocracia local, pese a que tuvo una llegada a las instituciones con poco parangón. Pocas semanas después de tomar cargo, fue recibido por José Antonio Griñán en la Casa Rosa, por entonces sede la presidencia de la Junta. José Rodríguez de la Borbolla, presidente de la comunidad desde 1984 a 1990, comparecía como su asesor. "Tiene la intención de asentarse en Andalucía y desarrollar proyectos importantes en la región. Tiene afán de invertir en Andalucía; es una opción económica que él maneja", decía en declaraciones a este periódico De la Borbolla. Da idea del alcance político que tuvo entonces la llegada de Al-Thani, que sobrepasó los límites de Málaga.
Coches de lujo, viviendas caras, supuestamente con financiación del club a través de la empresa pantalla NAS, según se investiga a posteriori. Al-Thani vino para hacer negocio con el fútbol como pretexto pero acabó usando, presuntamente y según las pesquisas, al Málaga como fuente de ingresos para un tren de vida alto para él y para sus hijos. Con casi 1.5 millones de retribución anual para todos, había margen para el dispendio. Para, por ejemplo, gastar 12.000 euros en la revisión de sus coches. El amor por los caballos también envolvía al inicio. "El caballo es actualmente más caro que cualquier jugador del mundo", decía el jeque sobre un equino, con sangre egipcia y conocido como "El Rey del Galope", de su propiedad.
Hay que admitirlo, aunque el club esté ahora en una situación muy peligrosa económicamente y el equipo deportivamente lejos de su sitio natural, los mejores años de la historia del fútbol en Málaga fueron con el jeque al mando, al menos como figurante principal. En sus dos primeros años, cuando la inversión fue alta, todo fluyó. Con gusto especial por el nombre, por el prestigio ya conseguido, en cierta forma buscando el capricho, pero fluyó. Esos supuestos 150 millones de euros de los que se jacta siempre, ahora también el prestigioso bufete de abogados, Baker McKenzie que ha asumido su defensa, valieron para conformar un equipo fabuloso. Era impensable ver en Málaga a Van Nistelrooy, Baptista, Demichelis, Toulalan, Joaquín o Cazorla vestidos de blanquiazul con Manuel Pellegrini al mando. La admiración por Al-Thani crecía y hasta se le impuso su nombre a una rotonda cerca de La Rosaleda que no ha dejado de vivir desde poco después episodios chuscos.
Algo se rompe en el verano de 2012. Después de que el equipo acceda a la Champions antes de lo previsto, en el segundo año de su proyecto, hay problemas económicos, impagos. Nunca se esclareció qué cambió ahí, por qué vira de manera drástica la política del jeque cuando había conseguido lo más complicado, se cierra el grifo. Se habló entonces de que cae en desgracia en Catar. El control económico de LaLiga, hoy vara de medir, comenzaba entonces a implantarse, a tomar forma. Con la supervisión del Consejo Superior de Deportes, se producen los traspasos de Cazorla y Rondón a la baja porque hay necesidad de liquidez acuciante. En total se vende por valor de 40 millones de euros (Cazorla, Monreal, Rondón, Buonanotte y Apoño) y sólo llegan jugadores libres y cedidos. El equipo se mueve en el alambre y decide tirar para adelante en el césped, consiguiendo dinero con sus victorias en la Champions. En La Rosaleda juegan el Milán, el Oporto, el Zenit, el Anderlecht y el Borussia Dortmund, todos con algún título europeo en su palmarés, en la misma temporada. Nadie gana allí y se viven noches irrepetibles. Aunque su popularidad ha bajado por los desvaríos económicos, el jeque se pasea ufano por La Rosaleda. Los propios jugadores de aquella época no entienden aún a día de hoy qué pasó para que se quebrara algo tan potente y bien encaminado.
Paralelamente, incluso en la época en la que el fútbol fluía, el baile de cargos y asesores es constante. Yasmine Al Saoud, la hija del intermediario que hizo posible la compraventa del club, fue la elegida por el Sheikh para hacer de directora general. Duró un mes por choque con Abdullah Ghubn, primer hombre fuerte de Al-Thani en Málaga. Le releva José María Fernández Mochón, que había ostentado el cargo con Fernando Sanz, que a su vez marcha rápidamente una vez vio que su puesto en el organigrama no tenía contenido. José Carlos Pérez, histórico dirigente, asumió poderes hasta que falleció. La lista posterior coge velocidad. Fernando Hierro, Vicente Casado, Moayad Shatat, Pedro González Segura, Coki Pérez, Beli Álvarez, Ahmed Al-Rajehi, Joaquín Jofre, ahora Richard Shaheen... De guillotina fácil, Al-Thani, con un sentido de la realidad difuso, a decir de quienes le han tratado con cierta regularidad, no dio tiempo a la consolidación. Ahora, tras esta intervención judicial, quizá cobren más sentido los motivos.
La sanción de la UEFA en 2012 por incumplir el fair play financiero desnuda el castillo de naipes económico que era el Málaga. Seguramente, al calor de lo que se veía, mucha gente se había aprovechado también de la situación. Es algo que ahora también puede investigar la administración judicial del club. El Málaga de Pellegrini se mete en Europa League en esa Liga 2012/13. Después de la noche maldita de Dortmund se mantiene la dignidad competitividad y se regresa a Europa deportivamente aunque la UEFA lo niega por esa sanción. El sueño del gran Málaga se aparca, pero se vive entonces de un gran trabajo en la cantera que permite disfrutar de una generación de canteranos que son sustento económico de la entidad. El trabajo de Manel Casanova, que contó con los respetos de Al-Thani, en la base surte efecto. Tras una campaña de transición con Schuster, los dos años de Javi Gracia son excelentes. Se sueña con Europa y se gana (0-1) en el Camp Nou al Barça del triplete de Luis Enrique con seis canteranos (Recio, Juanmi, Juanpi, Samu Castillejo, Samu García y Darder) sobre el césped. Fue e último partido que perdió esa temporada, en febrero fue, el equipo de Messi, Neymar y Luis Suárez. Y se revalorizan mucho varios jugadores que son oxígeno para la entidad.
Primero (2013/14) se vendió a Isco, Toulalan, Joaquín, Fabrice Olinga y Pedro Morales por casi 38 millones, al año siguiente (2014/15) se van Willy Caballero, Vitorino Antunes, Jesús Gámez, Roque Santa Cruz y Eliseu por 20 millones. En la 2015/16, Darder, Amrabat, Samu García, Samu Castillejo, Juanmi, Pablo Pérez y Portillo se marchan por más de 45 millones. En ese momento sale a la palestra que se habían vendido derechos de jugadores a fondo de inversiones en un momento de tensión financiera. Y también que se habían vendido acciones a BlueBay, compañía hotelera que entró en el accionariado y cuyo litigio aún colea. Es Vicente Casado el señalado por esas gestiones. "Yo no me voy, me venden", dice Samu García en la sala de prensa de La Rosaleda. Hay un cambio de paradigma el año siguiente, con el fichaje estrella de Juande Ramos se invierte con los fichajes de Keko, Michael Santos, Luis Hernández, Koné y Villanueva y no se vende a nadie. Inversión de 12 millones de euros. Se logra salvar la temporada, pero a la siguiente, después de vender por más de 30 millones a Camacho, Fornals y Sandro, viene el abismo a Segunda. La entidad no se reestructura como debe para amortiguar el golpe, se hacen apuestas importantes por Muñiz y Caminero con jugadores de caché como N'Diaye. El ascenso no llega y hay que vender más. Ontiveros, Ricca, Michael Santos... Más carbón a la caldera. De ahí, a la situación actual, sin poder inscribir jugadores más allá del mínimo salarial (80.000 euros al año, 40.000 por media temporada).
En los ocho primeros años de la era Al-Thani, el peor puesto había sido el undécimo en la Liga y era ya la mejor racha de permanencia ininterrumpida en Primera del Málaga en cualquier denominación. En este periodo, Al-Thani tiene presencia discontinua en la provincia. El club parece en varias ocasiones a la deriva, pero lo que sucedía en el césped iba salvando los dislates económicos. En el debe mayor de Al-Thani, más allá de sus supuestos delitos, no haber edificado el mayor legado que podía dejar, la Academia. Años después, arreglado todo el proceso burocrático, el sueño para mimar a una cantera ya de por sí prolífica es un amasijo de cemento en un lugar privilegiado como Arraijanal, algo que generó no pocas controversias y críticas hacia el Ayuntamiento. Es una de las tareas que tiene la administración judicial, ver si es posible desbloquear el inicio de las obras, que se intentaba regatear con la empresa concesionaria. Hay una cantidad procedente de la permuta de terrenos con El Viso que sólo puede ser empleada en la construcción de la teórica joya de la corona. Un terreno que no sólo serviría para unificar a una cantera diseminada por los campos de la capital (a veces de la provincia), sino para adquirir patrimonio propio.
Los caprichos, como colocar un león en una camiseta oficial ignorando la historia del club, o la retirada de un mensaje de los canales oficiales del club por el día del orgullo gay son episodios que ayudan a comprender la mentalidad y la forma de proceder de Al-Thani, que se fue despegando, si cabe, más de la tierra cada vez. Como cuando pidió a su dirección deportiva cuánto costaba recuperar a Isco después de que el malagueño se consagrara en el Real Madrid. O pidiera hace poco que se hiciera una oferta por Balotelli, entonces libre, cuando ya pendía la espada de LaLiga sobre su cabeza.
El descenso a Segunda y el no ascenso posterior complicó sobremanera la situación económica. La corbata de LaLiga cada vez apretaba más, el descontento de los aficionados aumenta. Y de aquella pequeña manifestación el último día de julio de 2019 brota algo que se va canalizando hasta mudar a los juzgados. El 20 de febrero se cierra el largo paréntesis de Al-Thani al mando del Málaga, que no su era, eso sucederá cuando haya un juicio, una sentencia firme y/o una venta. Pero la investigación y la judicialización es ya imparable, se han advertido síntomas de delitos muy serios. Al-Thani hizo soñar, alentó a que se llegara a cima de la historia del balompié en Málaga, pero también puso en riesgo muy importante la pervivencia del club, lo arrojó a una sima de una manera presuntamente fraudulenta. En la caída al abismo, de él y del Málaga, la justicia ha puesto un colchón.
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