Conexión marroquí

Málaga/El Málaga sigue en proceso de activación en el mercado. La dirección deportiva trabaja desde la llegada de José Luis Pérez Caminero en aligerar y confeccionar una plantilla de hoy 25 futbolistas. Juan Ramón Muñiz llegó a la ciudad y se reinstaló en el despacho que dejó en 2010, su última etapa, tras la llegada de Al-Thani a la propiedad. La relación entre técnico y director deportivo es de colaboración y ya se dilucidan las primeras operaciones para reforzar la plantilla. En este sentido, según informaba el portal marroquí HeSport y pudo confirmar este periódico, el club está muy cerca de cerrar el traspaso del centrocampista marroquí Badr Boulahroud, procedente del Fath Union Sport de Rabat.

El citado medio marroquí apuntaba que el futbolista también habría recibido alguna oferta del fútbol francés, pero lo cierto es que ayer mismo llegó a última hora de la tarde a la ciudad y a primera hora de esta mañana pasa el reconocimiento médico en las instalaciones de La Rosaleda. Será cuestión de cerrar los últimos flecos y el fichaje podría ser oficial a principios de la próxima semana. El acuerdo entre los clubes ronda los 600.000 euros y el futbolista firmaría por tres temporadas.

Boulahroud es un mediocentro de 25 años que ha sido internacional con Marruecos. Desconocido en el fútbol europeo, juega en la posición de pivote con capacidad para la salida de balón y ha sido una pieza importante para su equipo, con el que ha disputado 44 partidos en la Botola Pro y otros dos en la Champions League africada. Ha sido también internacional absoluto y, pese a no entrar en la lista de Hervé Renard para el Mundial de Rusia, sí participó en la Copa Africana de Naciones para futbolistas que compiten en el continente, de la que su combinado fue anfitrión y campeón en Casablanca frente a Nigeria (4-0).

El movimiento, calificable de sorprendente, cuenta con un personaje clave: Nabil Baha. El ex malaguista fue jugador del FUS Rabat y es su actual segundo entrenador, acompañando en el banquillo al que fuera futbolista del Racing de Santander Walid Regragui. Boulahroud llega así con el aval del ex delantero bajo el brazo. Hay que recordar que el franco marroquí fue apuesta de Muñiz durante sus dos etapas en el club. Lo trajo de la Ponferradina en el año del ascenso y más tarde, en la 2009/10, le volvió a dar la titularidad en la delantera cuando empezaba a estar más discutido por la grada. La relación entre ambos ha sido siempre buena, existe confianza y la incorporación pasa lógicamente por el filtro de la secretaría técnica y del entrenador. Es, de hecho, un fichaje muy de su estilo. Una apuesta con cierto riesgo.

La cantidad del traspaso es asumible, aunque en la Segunda División se mira cada euro al céntimo. Se recuerdan incursiones en el mercado de Muñiz exitosas durante sus etapas como entrenador y director deportivo en Málaga. De sus informes llegaron los Weligton, Hélder Rosario o Eliseu en una época de vacas muy flacas. También en el Levante, allí teniendo un papel en la confección de la plantilla semejante al actual, con Tito Blanco de director deportivo, dio el campanazo con el fichaje del macedonio Enes Bardhi. Una lista de pros con sus contras: vienen a la memoria los Benachour, Obinna o Mtiliga.

Es el peligro que se afronta con este tipo de apuestas desconocidas desde mercados exóticos. Ya tiene experiencias el Málaga más allá del asturiano: Galatto, Sandro Silva, Bobley Anderson o Roberto Chen son nombres de otras etapas. Los informes son positivos y hay una referencia directa y de confianza como es Nabil Baha. El club está dispuesto a acometer el riesgo.