La Copa deja una buena resaca económica y deportiva en el Málaga CF

Ha permitido hacer caja, dar la alternativa a varios jóvenes y rodaje a otros y deja un buen regusto contrariamente a la tradición malaguista de eliminaciones tempranas

Tres menores de edad en el Málaga CF

Audiencias del partido

Los jugadores del Málaga CF aplauden a la afición.
Los jugadores del Málaga CF aplauden a la afición. / Carlos Guerrero

La Copa del Rey acabó en enero para el Málaga, pero esta vez el regusto es dulce al contrario de lo habitual en una competición que no ha dado grandes alegrías. Incluso en los años mejores del Club de Fútbol los cuartos de final fueron el tope. Esta vez se partía de un contexto que era diferente. En la tercera categoría del balompié nacional, la prioridad absoluta es regresar al fútbol profesional, pero el mensaje transmitido por el club y el entrenador es que había que honrar el escudo y competirla. El corolario ha sido bueno, con la asistencia a La Rosaleda de un equipo de moda y de calibre Champions League, ante el que se compitió de manera excelente para caer por 0-1 y acabar con el rival metido en el área. Y con un buen botín económico. 22.111 espectadores acudieron a La Rosaleda para ver el duelo. Pagaban los abonados también, a precio menor, pero la recaudación rondó el medio millón de euros, un pingüe beneficio en la realidad actual del club.

Había cierto debate en el malaguismo sobre si convenía haber pasado de rondas o no. La plantilla es más corta, aunque está ampliada con la presencia de canteranos, cuatro jugadores con dorsal del filial (Murillo, Cordero, Ochoa y Merino) son de facto jugadores de la primera plantilla. Había plagas de lesiones, algunas en partidos coperos, pero a cambio la competición ha permitido florecer a jugadores y coger ritmo a otros. Se ganó con una tanda de penaltis al Barakaldo en noviembre. Aquel día Carlos López paró dos penaltis para dar el pase y coger confianza para demostrar que Alfonso Herrero tiene un buen suplente. También tuvo minutos Bilal, Murillo recordó que podía jugar en cualquier puesto de la zaga, debutó Santaella, Cordero ganó peso para coger más minutos, Dani Lorenzo marcó el penalti decisivo... En diciembre se consiguió una victoria ante un equipo de categoría superior, el Eldense. Aquel día también debutó Aarón Ochoa y se ha consolidado desde entonces con protagonismo y minutos en cada partido. Igual que Izan Merino, que tuvo su primer partido de titular aquel día y desde entonces creció para cambiar el estatus que tenía antes de marcharse al Mundial sub 17. Coincidieron por primera vez en la historia del club tres menores de edad sobre el campo, los dos citados más Cordero. También marcó Juanpe, al que le hacen estímulos positivos para ser un jugador determinante, el rol que debía tener.

Algo similar sucedió ante la Real Sociedad. Titulares Ochoa y Cordero de nuevo, con un once menos titular por nombres que el que presentó la Real Sociedad. Se compitió bien, se subió la autoestima de equipo y afición ante un contrario de máximo nivel. Y también para que, además de los juveniles, Sangalli, Manu Molina y Juanpe tuvieran minutos de vuelo necesarios para alcanzar su mejor nivel y no jugar sólo un partido en cuatro semanas, como hubiera sucedido en caso de eliminación previa. También para ver a un gran Moussa Diarra, al fin con exuberancia y midiendo mejor.

En fin, una bonita aventura copera que ha sido fructífera. Ha habido alguna lesión aparejada que mermó, como Juan Hernández, Nelson, ahora Kevin, pero también las ha habido en entrenamientos, donde Pellicer exige un ritmo alto que pueda trasladarse después a los partidos. Ahora, dos días de descanso hasta miércoles para preparar el partido de Ceuta, último de la primera vuelta. Llega lo determinante de la temporada, con el reto del ascenso en el horizonte.

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