Mejora insuficiente (1-0)
El Málaga CF vuelve a irse de vació otro jornada más ante un Huesca que no fue mejor
Tras el gol local y los cambios, el equipo se desdibujó
El Málaga CFMálagaCF sacó una versión de sí mismo mucho más positiva que jornadas atrás pero el resultado acabó siendo el mismo. El equipo vuelve a irse de vacío una jornada más y ya van cuatro en cinco partidos. Tres de 15 puntos reflejan una estadística tan cruda como inesperada. El Huesca, que enlaza su segunda victoria, no fue mejor que el equipo de Pablo Guede, que dominó durante un gran tramo y tuvo ocasiones, pero el gol de Juan Carlos fue diferencial en una acción donde la zaga pudo hacer más. Mejora sí, pero insuficiente.
Guede iba con todo en el Alcoraz. Dejaba muestras de qué quiere desde el minuto 1, colocando a todos los jugones en la medular, con Febas, Gallar y Villalba juntos a la sombra de un Alfred N'Diaye que salía como ancla del equipo aunque del dibujo era un claro 4-4-2, siendo el Febas el que hacía pareja con el senegales. Era la primera titularidad tanto de N'Diaye como del ex del Sporting.
El Málaga saltó al Alcoraz algo agarrotado, con nervios y dudas de ver qué partido iba a plantear también su rival. Los cambios y el esquema tenían que asentarse, ver cómo confluían esa nueva medular y esos falsos extremos. El Huesca tenía más claro qué hacer y tuvo mayor control desde el inicio, teniendo la pelota y buscando las cosquillas desde los costados, aunque sin demasiado peligro.
El primer susto llegaba pasado el ecuador del primer tiempo. La pelota parada de Marc Mateu iba a ese lugar en la que la defensa y el portero dudan y lo aprovechó el rival blanquiazul. Escriche tocaba lo justo y la pelota se colocaba de no ser por los guantes de Manolo Reina, que sacó una manopla providencial para evitar el primero.
Fue ahí cuando el Málaga comenzó a carburar con más facilidad. Febas sacó la moto en un contragolpe que arrancó en campo propio y llegó hasta el área, soltó la pelota para la entrada de varios compañeros pero ninguno logró aparecer en la dirección de la pelota, yéndose al limbo la oportunidad. El equipo se animó y Álex Gallar probó poco después la frontal forzando un córner. De él, de la jugada que le precedió, tuvo Juande la oportunidad de abrir la lata tras una pared entre Febas y Villalba, siendo éste último el que puso la pelota templada para el cordobés pero estuvo más rápido su par.
El Málaga había crecido y el Huesca lo notaba y puso freno. Crecieron las interrupciones e intentó llevar peligro con alguna pelota en largo por los costados. Titubeó Juande en una de ellas y Soko pudo penetrar en el área y poner una pelota a los pies de Carlos Kevin que Escassi remendó. Ya al borde del descanso, un pase de Rubén Castro al área para Febas casi se traduce en un mano a mano del catalán pero la pelota se le iba larga y atrapaba Andrés Fernández.
El segundo tiempo no cambió esa sensación de superioridad con la que había acabado el primer tiempo el Málaga. Ya habían cuajado las fichas y el equipo estaba cómodo con la pelota, dominando y circulando por el área, dejando pocas opciones al Huesca aunque seguía faltando ese último pase claro para que las ocasiones llegaran.
Fran Sol, que estaba pasando desapercibido, peleaba una pelota y lograba abrir para Gallar, que se la devolvía cuando se desmarcaba el delantero y éste ponía la pelota fuerte para Castro pero la zaga repelía. Poco antes el Cuco Ziganda tiró de cambios para levantar a su equipo y qué forma. Fue Juan Carlos, uno de los recién entrados, el que agarraba la pelota en la frontal para poner la pelota lejos de los guantes de Manolo Reina para batirle. Escassi llegó tarde y Juande sólo miró cómo la pelota se colaba.
El gol sentó como un jarro de agua bien helada al equipo, que se desdibujó y perdió un poco todo lo que estaba mostrando de mejora. El sentido con la pelota se difuminaba y Guede probaba con los cambios para agitar al equipo. Saltaban al campo Jozabed y Haitam por Gallar y Villalba desplazando a Febas al extremo. Se diluyó el catalán ahí, apareciendo menos, pero principalmente porque el Huesca se sentía más vivo también con la pelota.
Entraron también Hervías, Chavarría y Víctor Olmo de manera escalonada pero el bajón que pegó el equipo en el tramo final fue irreversible, se perdió el foco y los de Guede fueron incapaces de encontrar cómo llegar al área. La última jugada, con el equipo, en el área, se acabó por el silbato del árbitro sin colgar la pelota. Noqueados. Cuarta derrota del equipo en cinco partidos en lo que va de Liga.
También te puede interesar