Dani Lorenzo: "Las ganas por dejarte la vida por el escudo del Málaga se han contagiado"
El marbellí desvela en Málaga Hoy parte de los secretos de un vestuario que ha logrado una mezcla única
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Así le ve Dani Sánchez
Daniel Lorenzo Guerrero (2003) está hecho de otra pasta. Guarda en esencia lo que está siendo este Málaga, un conjunto que sabe conjugar las virtudes de la juventud con las cicatrices de la experiencia. Tiene la energía y la ambición de un veinteañero que sabe que tiene el talento pero también que necesita determinación, pausa y trabajo para alcanzar sus metas colectivas y personales. A un par de semanas de los 21 años, todas las decisiones que ha tomado en su vida deportiva han sido acertadas. Escuchándole hablar se entiende todo.
-¿Cómo va esa mano?
-El dedo se me rompió en la jugada con Dioni, creo que no me va a impedir jugar ningún partido. Dentro de lo que cabe bien, no me causó un gran dolor, un poco de molestia. Que todo lo malo sea esto. Me tienen que poner una aguja o un tornillo, creo para que a largo plazo el dedo tenga buena movilidad porque la fractura fue completa. Pero es una operación rápida y sencilla, que entre esta semana y la que viene ya podremos hacerla.
-De banda no va a poder sacar.
-No, eso se lo dejamos a otro.
-¿Qué pasó exactamente?
-La vi repetida el martes. Fue un centro de Larru que fuimos a rematar Dioni y yo pero también había un jugador de ellos. Fuimos a por el mismo balón los tres. Creo que choco con el del otro equipo y Dioni impacta justo con él, yo me caigo y me parece que en la caída puse la mano un poco adelantada y Dioni cae sobre mí. Creo que en la caída se me termina de partir. Yo salí mejor parado dentro de lo que fue, Dioni se comió el impacto directo.
-¿Cómo lo vivió?
-Me pilló algo desubicado. Estaba en el suelo y con el dolor de la mano. Cuando me giré vi que estaba todo el mundo con Dioni y fue cuando me di cuenta de que había pasado algo. Al mismo tiempo estaba mirándome la mano, que tenía el dedo roto. Por un lado estaba con eso, había mucha gente y no podía ver bien y además me decían que fuera para la banda a que me hicieran algo, que me vendaran y poder seguir jugando. Una vez vi todo lo que está ocurriendo, estábamos todos pendientes de Dioni.
-No sé si ha vivido algo similar en un campo de fútbol.
-En el primer partido de esta liga, que creo que Alfonso y un jugador del Castellón tuvieron un choque parecido. Pero no es lo mismo que le pase a un compañero tuyo. Fue un momento duro, porque no sabes qué es lo que va a pasar, si va a recuperar el conocimiento, entonces… es rezar y que sea lo mínimo posible. Por suerte intervinieron lo más rápido posible y está bien, que es lo más importante.
-¿Se asustaron?
-Un poquillo. Porque hasta el mismo estadio se quedó en silencio, con el ruido que suele haber siempre. Momentos en los que no sabes lo que puede pasar.
-Volver a conectarse al partido debe ser complicado.
-Es un poco extraño porque vienes con una dinámica y justo pasa eso. Se crea un momento de tensión en el ambiente. Pero íbamos 0-0 y creo que lo tomamos como energía para decirnos que ahora por Dioni vamos a dar ese plus. Creo que lo asumimos bien.
-Sobre todo usted, que le salió una jugada escandalosa.
-Tuve una jugada buena, una de esas que te salen sin pensar, automáticamente. Y más que la jugada es que era un partido importante y encima pasó lo de Dioni, que haya podido ayudar a dar los tres puntos y seguir con esta dinámica.
-Le fastidiaría que se la parase el portero…
-Un poquillo, claro, claro… Ya que te sale la jugada y te plantas delante, lo ves dentro. Te vas con esa cosa, habría sido bonito meter gol. Pero una vez que estaba dentro, automáticamente me olvido y a celebrar con los compañeros. La he visto repetida.
-Muy de Isco.
-Sí, un poco. Como me he fijado mucho en él, algunas veces me sale, pero bueno, es que es un referente que tengo y siempre he sentido que tengo algunas similitudes con él, espero hacerlas más. Espero ser más constante en ese tipo de jugadas que puedan romper un partido.
-Y no sólo en esa acción, también en el cuerpeo.
-Yo confío en mi físico. No soy alto pero tengo un tren inferior potente, tengo un centro de gravedad bajo y confío mucho en el cuerpo a cuerpo. Ya no sólo en el recorte, cuerpeo un poquito para hacerme mi espacio. Confío en mi físico. También lo trabajo para que esté todavía mejor.
-A veces da la sensación de que su velocidad en conducción es mayor que sin balón.
-Siempre me lo han dicho, desde chico. Siempre he llevado la pelota pegadita al pie, entonces, muchas veces con el balón acelero y ya voy con velocidad de crucero. Me siento cómodo con balón y desde que juego en esa posición en tres cuartos, mentalmente cuando recibo también trato de acelerar más la jugada porque sé que esos balones en los que recibes y conduces son muy peligrosos porque desordenas al equipo contrario.
-Ya nos contaba que Pellicer también quería convertirle en alguien de ida y vuelta, mejorar algunos conceptos defensivos, pero ha sido arrimarle al área y aflorar un mejor versión.
-A pesar de que ahora estoy jugando en una posición un poco más adelantada, el entrenador además del gol también insiste en cómo presionar bien, que no reciba sólo en tres cuartos sino en echar una mano al equipo en salida de balón, moverme con un poquito de libertad. Pero yo creo que estoy alcanzando mi mejor versión y voy a más todavía, que estoy cogiendo esa confianza. Estoy fluyendo muy bien y a cada partido que juego, voy dando pasitos hacia delante y creciendo poco a poco.
-¿Coincide en que es el mejor momento de su corta carrera?
-Yo le diría que sí. Estoy bien tanto en lo físico como en lo personal. Es mi mejor momento.
-Le hizo caso a Fernando Rodríguez (exjugador del CD Málaga), que le dijo que disparase todo lo que pudiera.
-Sí, sí, además me acordé de él con el primer tanto que metí, que fue esa semana y enchufé. Así que sí, es una faceta que comenté que estaba intentando trabajar porque sigo teniendo ocasiones y, aunque cada partido es un mundo y a veces entran más y otras menos, tengo que seguir afinando un poquito. Intentar aprovechar mejor las que tenga y ser más determinante en cuanto a efectividad. Pero noto que voy generando más, que voy teniendo más disparo, más ocasiones. Al final, teniendo ocasiones estás más cerca de goles y asistencias, porque además es como se ganan los partidos.
-Pero el míster seguro que le va sacando faltas.
-Sí, siempre. Tengo una relación muy bonita con él porque a cada partido que tengo, aunque sea un buen partido mío en lo personal, siempre lo primero que me dice: ‘Dani, esto tal, no sé qué’. Y yo le digo: ‘Lo sé míster, ahí tengo que trabajar’. Me felicita cuando lo hago bien pero está encima mía siempre, buscándome los puntos para mejorar. Yo lo asumo con humildad porque sé que tengo mucho margen de mejora. Está haciéndome sacar mi mejor versión.
-¿Está teniendo la temporada que imaginaba o está superando sus expectativas?
-En la primera vuelta me quedé un poco por debajo de lo que esperaba. No me terminé de encontrar a mí mismo. Pero ahora en la segunda sí que estoy un poco por encima de lo que esperaba. Pero es cierto que yo todavía aspiro a más. Soy una persona ambiciosa, confío en mí mismo y creo que todavía queda mucho Dani.
-Hablaba antes de lo personal, ¿qué ha cambiado?
-En mi familia están todos bien, luego también me considero una persona que tiene bastante claro lo que quiere, pero a raíz de Navidad di un pequeño cambio de chip de cómo afrontar las cosas y prepararme mentalmente, de tomármelo todo dejándome llevar un poco más e intentar buscar mi mejor versión. Y luego personalmente me encuentro muy bien.
-También se está animando a participar en más bromas…
-Sí, es que se está creando un ambiente muy guay. Cuando entras al vestuario te sientes cómodo. No soy de los que empieza las bromas pero me gusta el buen rollo y el cachondeíto. Alguna sí que he hecho.
-Le han rebautizado como Súper Boke.
-Exacto (Risas). Ya ha salido en todos lados, así que lo asumo y a tirar para adelante. Creo que fue Manu, seguramente, no lo recuerdo bien. Pero en cuanto salió hizo gracia y ya tenía la foto en la taquilla. Esta gente no desaprovecha una. Y cada semana van saliendo más y más memes, esto es un no parar.
-Pero Kevin y usted se vengaron de Manu.
-Sí, le llenamos de botellitas el coche. Ya le tocaba. Luego dice que no hace nada, pero se merecía una para vengarme (Risas).
-Hay quien puede pensar que el vestuario es frívolo, pero el entrenador está muy contento con la intensidad y el trabajo en los entrenamientos.
-Claro. Nosotros lo hablamos mucho y el entrenador nos lo recalca. Dentro del vestuario nos encanta el cachondeo y las bromas, pero cuando entramos al campo, esa unión la transformamos en competir, en dar la cara por el otro y cambia el chip totalmente. El míster está muy contento porque hemos creado un vínculo muy bonito entre nosotros, pero luego en el campo no falta seriedad. Lo damos todo, somos profesionales. Ese ambiente sirve para que demos la cara los unos por los otros, aquí no hay egos, vamos todos a una y se está reflejando.
-También se dan rasca…
-Claro y eso es bueno. En los entrenamientos hay mucha competitividad, pero siempre de forma sana. Este año pocos piques graves ha habido. Siempre hay alguno, que si uno le da más fuerte al otro… pero eso queda en el campo, una vez termina el entreno, a seguir, todo sano.
-Tras verse tan lejos del Castellón e Ibiza, ¿dónde ha estado la clave de la reacción? ¿Fue la derrota ante el Melilla?
-Yo creo que fue un punto de inflexión. No volvimos bien de Navidad, sobre todo a nivel defensivo no estábamos teniendo nuestro mejor nivel. Pero el partido de Melilla, que nos pilló en una buena dinámica, fue un punto de inflexión en el que nos dijimos que si queremos estar en la pelea, esa versión no se puede repetir. Cuando tenemos dificultades siempre se nos viene ese partido a la cabeza para decir: Nos nos puede volver a pasar. Se va notando que el equipo está cuajando más, esa solidez y también la recuperación de efectivos, que viene de lujo. Ahora siento que estamos compactos y en nuestro mejor momento.
-Vuelve Roberto y moja. Marca las diferencias.
-Claro, es el máximo goleador del equipo y uno de los máximos de la categoría. Encima está con la flechita para arriba, esa confianza. Parece que no pero cuando un futbolista está en esa dinámica, da la sensación de que todos los balones pasan por él, que cuando está en el campo suceden cosas y aunque todos somos importantes, él está siendo muy determinante y el equipo lo sabe.
-¿Le aprietan mucho para que renueve?
-Hombre, una bromilla siempre le cae. Pero él está tranquilo, está contento y el tiempo dirá lo que pasa con él. Pero mientras esté aquí y lo podamos disfrutar, al máximo con él.
-Y a Larrubia el otro día le salió un gran partido, imagino que para usted será más especial aún.
-Sí, me alegro mucho por él. Igual que yo en la primera vuelta pasé por momentos complicados, ahora le ha tocado a él pasar una rachilla peor y le hacía falta un partido así porque a su nivel tiene unas condiciones espectaculares. Estoy súper orgulloso y contento, siempre estamos ahí los dos tirándonos de la oreja, pero cuando le sale un partido así soy el primero que se alegra, como si fuera mío.
-¿Y qué tal con Manu Molina? Está siendo un futbolista fundamental.
-Sí, me siento muy cómodo con él en el campo, es una persona que me da mucha seguridad. Tiene esa sangre fría para controlar el tiempo. También para mí, que juego en la mediapunta, y dependo mucho de que me encuentren, él busca siempre ese pase filtrado y también defensivamente te da siempre una solución. Un futbolista con el que me entiendo, que está cogiendo esa confianza y está siendo importante en el equipo.
-Era uno de los que insistía, cuando más lejos estaba el Castellón, en que les daría tiempo a recortar, que habría pinchazos.
-Siempre se ha hablado un poco en el vestuario. Nunca hemos estado muy pendientes de los de arriba, hemos seguido a lo nuestro. Pero tiene esa experiencia, ha vivido de todo. Cuando estás todo el año arriba y los demás equipos empiezan a apretar, es muy común que empiecen a pinchar los de arriba. Suele pasar. Por eso, pese a tener momentos mejores y peores, no nos volvimos locos. Nosotros, nuestro camino y si los de arriba hacen una temporada de 100 puntos, pues a aplaudirles. Pero no es lo normal. Siempre nos lo comentaba y los otros veteranos también, que no nos volviésemos locos, que íbamos por buen camino y a seguir nuestro proceso.
-¿Miran mucho la tabla?
-Estas últimas semanas un poco más por el tema de que pincharon, pero lo que nos ha hecho estar en este nivel no es mirar a los demás. Ha sido enfocarnos en fortalecer lo que hacemos bien e ir corrigiendo las cositas que hacemos mal. Y aunque ahora estemos un poquito más cerca del liderato, el equipo lo tiene claro.
-¿Qué esperan de Algeciras?
-Un partido complicado, aunque aquí en casa hicimos un buen encuentro y a alguno le pudo parecer sencillo, no lo fue para nada. Están haciendo un buen año y ese campo es complejo. El año pasado lo viví con el Mérida y es difícil allí. Puede ser parecido al del Sanluqueño, no lo van a poner nada fácil.
-Se va a desplazar mucha gente.
-He visto que se va a llenar. Al final contra el Málaga, este año juegas fuera de casa y para casi todos los rivales es el partido de la temporada por lo que conlleva, por el club, por todo. Tenemos que saber lidiar con eso. Venimos curtidos de otros partidos. Hay que saber asumirlo y afrontarlo como si fuera un partido más en casa.
-Está más cerquita de Marbella, le habrán pedido muchas entradas.
-Justamente venía de comprar un par. Hay familia, algunos primos que viven por allí cerca, es una semana que pueden aprovechar para vernos.
-Cambiando de tema, ¿qué le ha parecido la decisión de Brahim?
-No lo he seguido mucho pero es una decisión suya. Como español me habría gustado que jugase para España porque además Brahim me parece un futbolista escandaloso. Pero bueno, tendrán sus motivos, no sé lo que habrán hablado por detrás con Marruecos y España. Como es un tema que desconozco tanto… Soy de los que prefiere mantenerse al margen en asuntos que no controlo al cien por cien, mejor no opinar porque posiblemente esté metiendo la pata.
-Un sueño sería jugar un Mundial en España y que venga a La Rosaleda…
-Justo lo hablábamos antes, sería un sueño hecho realidad, pero ¿por qué no? Todavía está muy lejos. Estamos hablando de 2030, ahora mismo estoy en Málaga, en Primera RFEF, pero yo siempre he soñado en grande. Confío en mí y por qué no. Ni en mis mejores sueños podría pensar ya no en un Mundial en España sino que fuese en Málaga también. Pero bueno, pasito a pasito, y si eso llega, será fruto del trabajo.
-¿Cómo va Aarón Ochoa?
-Muy bien, es un fenómeno. Tiene una proyección genial. Es un chico humilde, familiar, que todavía tiene 16 años pero se le ven cosas de alguien diferente. Si sigue con su progresión, que yo creo que será así, es un futbolista impresionante para el futuro del Málaga.
-¿De qué hablan en esos trayectos de Málaga a Marbella?
-De todo un poco. Del tema de los estudios, de la familia, de las cosas que nos gustan, sobre todo mucho de fútbol. Comentamos cosas de LaLiga. Hablamos de la vida, de las experiencias cuando yo estaba en Madrid… De todo un poco.
-¿Y qué cuenta de su selección?
-Justo ahora se ha ido. Me comenta que allí es el que no domina bien del todo el idioma en Irlanda, que a veces le cuesta un poco eso, pero está cómodo, disfruta. Y que como su madre es irlandesa, es un orgullo para él defender a la selección. Está contento y que disfrute, que esos momentos son únicos y se quedan para siempre.
-Y es peleón.
-Vaya… con lo chico que es tiene una garra… Impresiona.
-Nota que el Málaga cuando va a un sitio tiene un tratamiento diferente. ¿Vivió eso también cuando iba con los juveniles del Madrid?
-Me recuerda mucho. Se dice que somos como el Madrid de Primera RFEF y en parte es así. Recuerdo cuando estaba allí, que te vieran con el chándal del Madrid provocaba que te miraran diferente. Este año parece que para algunos es el partido de su vida, quieren hacer un partido bueno porque saben que hay muchos ojos encima. Es una cosa a la que estoy acostumbrado porque lo he vivido. Pero es lógico, si estuviera en el otro lado, me pasaría igual.
-Izan, Cordero y el propio Aarón ahora están jugando un poco menos con los refuerzos. ¿Lo han asimilado bien?
-Sí, yo creo que lo han asimilado bien. Como este año tenemos un grupo muy sano, que hay mucha comunicación, se hablan las cosas, creo que lo entienden. Por supuesto no es fácil, yo he estado ahí, estar en el limbo de un equipo y otro no es fácil de gestionar, pero les veo a un buen nivel. Están tranquilos, lo saben asumir, están esperando su momento. Los veo muy centrados y sin volverse locos. Poquito a poco van a ir entrando. Los que hemos pasado por ahí también intentamos recordarles que no hay que volverse locos. Estoy seguro de que su momento va a llegar porque condiciones tienen.
-Otro al que se está esperando es a Ramón, al que se ve muy cambiado físicamente.
-Se le nota. Es verdad que ha estado mucho tiempo fuera. Para mí siempre ha sido un ejemplo de profesionalidad. Lo veo centrado, ha tenido mucho tiempo para estar consigo mismo, de reflexión, sin prisas, de volver con tranquilidad. A veces cuando uno tiene muchas lesiones puede tener ese miedo a la vuelta, pero ese estar con uno mismo te puede servir para gestionarlo, cambiar ciertas cosas. Lo veo muy tranquilo, preparado, y futbolísticamente no lo voy a descubrir, a su mejor nivel Ramón es un espectáculo. Se está tomando su proceso tranquilo, yo creo que es lo que tiene que hacer. Que vaya entrando poco a poco, cuando vayan considerando, pero que cuando lo haga sea para quedarse de una vez y ver el Ramón que todos queremos ver.
-¿Qué les puede dar en este tramo de temporada?
-Es un futbolista increíble. Tiene una claridad con el balón impresionante, filtra unos pases que sólo ve él. Pocos futbolistas he visto así. Además, aunque tenemos bastantes jugadores ahí, sumar uno más en el medio siempre te puede dar esa clarividencia en partidos atascados, ser ese desatascador, el que quiera la pelota.
-¿Qué han aportado los tres fichajes?
-Cada uno cosas diferentes, pero mucho. Ferreiro técnicamente se nota que posee una calidad increíble, que tiene muchos tiros pegados, que entiende el juego. Acelera cuando tiene que acelerar, frena cuando tiene que frenar, no pierde balones… Nos da mucho con balón. Carlos es un futbolista que ofensivamente sube y no se cansa y para defender es un pesado de estos que están ahí encima, además da esa competitividad con Jokin. Y Avilés es un futbolista que físicamente es un portento. Te da cosas distintas a nivel de profundidad, de tirarte un desmarque. Te da más recursos. Cada uno en su posición nos da más amplitud de plantilla, así que nos están viniendo muy bien.
-Avilés no ha marcado mucho en su carrera pero dicen que en los entrenamientos las enchufa.
-Sí, sí, sí. Tiene mucho gol. Y como tiene esas características que decía, por arriba salta como nadie, por abajo se desmarca que no veas, le pega con las dos piernas… Los goles a veces entran o no, pero se las genera. Es cuestión de que le entren en un partido, abrir un poco la lata. El tío lo tiene.
-¿Recuerda el Málaga de la Champions?
-Sí, viví el fatídico día de Dortmund. El primer partido en el que he llorado en mi vida viéndolo. Ahí es cuando me enganché fuerte al Málaga. Viví la época de Isco en su plenitud y es cuando al poco tiempo me fichó el Málaga. Fue todo a más ese sentimiento malaguista.
-¿Ese sentimiento impregna a los demás?
-Por supuesto, somos muchos que venimos de la casa. Eso no hace falta ni hablarlo, se refleja muchas veces con actos en el campo, cómo se celebra un gol, cómo se vive el día a día. Eso los compañeros lo ven, los que vienen de fuera también lo sienten y al final esto muchas veces va de las energías. Y cuando la energía y esas ganas de querer dejarte la vida por este escudo se va contagiando. Está calando en el grupo. Aunque vayamos perdiendo nunca le perdemos la cara al partido porque sabemos lo que nos rodea, el club en el que estamos, lo hemos vivido desde chicos. Y esa sensación se crea dentro del equipo y lo tenemos todos muy claro.
-¿Sienten de verdad que pueden hacer historia?
-Sí, totalmente. Además lo hablamos. Sin presión, porque meternos presión no sirve para nada, siguiendo nuestro proceso, pero sabemos que estamos ante una oportunidad bonita, que el Málaga lleva un par de años difíciles y nosotros lo tenemos claro. Tenemos ambición, confiamos en el grupo y confiamos en que puede ser un año histórico para el club.
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