Eibar - Málaga CF: La muralla de Ipurua (14:00)

El Eibar, el único equipo invicto de la categoría en casa, aguarda a un Málaga que llega con los refuerzos (Delmás, Appiah y Lago Junior) pero también con bajas importantes

N'Diaye, titular y a examen

La visión de Pepe Mel

Entrenamiento de los jugadores del Málaga CF. / Javier Albiñana

La proverbial igualdad que define a LaLiga Smartbank permite pensar que no se va al matadero cuando se visita al líder (antes de empezar la jornada, segundo tras la victoria del Las Palmas ayer) El Málaga juega a la hora del almuerzo dominical (14:00) en Ipurua, un campo clásico del fútbol profesional español en las últimas décadas, que alberga al primer clasificado de Segunda. Un club ejemplar en el que se dan las condiciones para jugar sin presión pero con una identidad. Una ciudad de menos de 30.000 habitantes, en la frontera entre Guipuzcoa y Vizcaya, que se ha acostumbrado a ver al mejor fútbol español cada temporada. Tras el descenso y el duro palo de perder un billete a Primera en la mano la campaña pasada, ahí están de nuevo, en la cabeza de la tabla pasado el ecuador de la competición.

Hasta allí se desplazaron Pepe Mel y sus jugadores, buscando esos puntos necesarios para seguir a distancia prudencial de la salvación. El técnico fijó finales de enero el momento de salir de los puestos de descenso, para ello es necesario sumar ganando en Eibar y Burgos, los dos próximos partidos de la competición liguera que están en el calendario. No será sencillo, no obstante. El armero es el único equipo que aún no cedió una derrota en casa. Ha sumado ocho victorias y tres empates, con 27 puntos de los 33 posibles. 15 goles a favor y sólo cuatro en contra completan las cifras incontestables de lo que supone jugar allí. 13 puntos de los últimos 15 posibles en total (con eliminación copera por medio) es la secuencia que denota que el Eibar está en buena onda y por ello se ha encaramado al liderato.

El Málaga, mientras, no pierde pero no gana lo que necesita. Ha puntuado en siete de los ocho últimos partidos, pero necesita victorias para crecer en la tabla y en confianza. El equipo está siendo competitivo, en esa racha sólo perdió en el campo del Levante y pudo empatar perfectamente, pero no es bastante por todo lo malo acumulado que lleva. Son menos puntos que las jornadas que se han disputado y eso es insostenible, hay que encadenar buenos resultados de manera inmediata.

Mel tiene refuerzos, jugadores de banda como Appiah y Lago Junior que deben dar esa verticalidad, velocidad y rupturas al espacio que se han echado en falta debido a una deficiente configuración de plantilla que se ha pagado con creces. Los dos jugadores de raíces africanos ya se entrenaron en los últimos días y se desplazaron. Parece complicado que sean titularer, sin descartarse, aunque lo normal sería que pudieran entrar durante el encuentro al césped. El buscado salto de calidad debería llegar por ahí. En el ecuador del mercado de invierno se ha firmado ya a tres jugadores, pero puede haber más movimientos, también en forma de salida que permitan seguir reconstruyendo la plantilla.

Hablando de reconstrucción, Mel tendrá que recomponer el once inicial con las ausencias de los sancionados, también lesionados, Genaro y Escassi. Son parte el sevillano y el malagueño de la espina dorsal que había construido el técnico madrileño para hacer algo más sólido al equipo. Son bajas importantes, pero también es cierto que había más disponibilidad de jugadores en el centro del campo y de la zaga. Hay ojos en Ndiaye, jugador que fue la guinda para la plantilla, pero que no ha dado el rendimiento esperado y, además, para los que gustan de la cábala, no trae buena suerte. El equipo sólo ganó cuando él no jugó.

En Ipurua, a la hora del almuerzo en familia semanal, el Málaga se mide al líder de la categoría. Es hora de una gran alegría para el malaguismo, huérfano de ellas demasiado tiempo. Para ello haría falta una gran versión.

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