Entrevista a Dioni: "Cada canterano que sube mejora al anterior, es una pasada"
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Dionisio Emanuel Villalba Rojano (1989) atendió a Málaga Hoy para reflexionar sobre su carrera y cómo le ha llevado a desembocar en el equipo de su tierra. Firmemente convencido de lo que hace y dice, combina la experiencia de los años, las cicatrices de la vida y el fútbol con una pasión y un hambre inigualable. Bastón y referente para los jóvenes, intenta inculcar unos valores que el fútbol le dio y que le apartaron de camino incorrecto.
-Después de casi una vuelta, ¿está siendo todo como esperaba?
-Sí, está claro que me gustaría llevar más goles, pero para mí lo más importante es lo colectivo y está yendo bien. Hay dos equipos que han hecho más puntos que nosotros, pero en otra temporada o en otro grupo iríamos primeros o estaríamos a dos puntos. Está yendo bien, no es fácil bajar a Primera RFEF y menos un club como el Málaga después de 25 años en el fútbol profesional. Pero el club lo ha hecho bien, ha tirado de gente de cantera, gente joven, que muchas veces no es fácil, y está yendo bien.
-¿Y a título personal más allá de los goles?
-Bastante bien, al principio siempre te da un poco de vértigo, conseguir tu sueño, venir al equipo en que siempre has querido jugar… Te preguntas qué va a pasar, si vas a estar bien, si vas a estar preparado. Pero al final vas entrenando, jugando partidos y te vas acostumbrando, sobre todo al ambiente de La Rosaleda. He tenido partidos malos, pero empecé bien la pretemporada y la temporada. Tengo que mejorar cosas, da igual la edad que tengas, siempre hay que mejorar algo y esto en ello.
-Hablando de la edad, ahora que ha logrado llegar al Málaga, querrá estirar su carrera todo lo posible.
-Lo he dicho varias veces, me encantaría retirarme en el Málaga. Depende del club y depende de mí porque en las dos temporadas que tengo firmadas tengo que hacerlo bien para que eso ocurra, de un buen rendimiento. A corto plazo no me veo retirándome, no estoy como con 23 años pero me veo bien. Al final uno cuando es veterano va conociendo mejor su cuerpo, hay carreras que no las haces porque sabes que no son productivas, te limitas un poco más. Físicamente estoy bien. No sé cuántos años serán, pero espero que sean en el Málaga, sería un sueño.
-¿Se ha encontrado La Rosaleda que recordaba?
-El último partido al que había venido a La Rosaleda estaba Jose González de entrenador, hace ya años. He estado fuera muchos años y apenas he podido coincidir para venir a algún partido, pero siempre lo he visto por televisión. Es muy diferente lo que se vive en la grada y en el campo. Sé que fue un palo duro para la gente cuando se bajó, era todo negativo. Pero luego la gente también se pone ese mono de trabajo, de animar, de saber que para nosotros es importante que nos animen y que estén a nuestro lado. Y la sensación que me da es que la gente está disfrutando de la categoría. Es una categoría bonita también porque hay mucho ida y vuelta, ocasiones, no es tan trabada como la Segunda División. Está claro que la gente quiere que estemos lo más arriba posible.
-Cualquiera habría firmado 35 puntos al parón.
-Sí, la categoría es muy complicada. Hay equipos como nosotros, con presupuestos altos, que también pelean por subir. Nosotros tenemos ese hándicap de que somos de los más jóvenes de la categoría, pero estamos súper bien preparados, a mí me ha sorprendido mucho. Encima cada canterano que sube mejora al anterior, es una pasada los canteranos que hay en el Málaga. En el fútbol de hoy, con equipos con tantos problemas económicos, creo que es importante aprovechar la cantera y creo que en Málaga es muy buena.
-Se está viendo con los últimos, tres menores de edad como Izan, Cordero y Ochoa.
-Lo que estoy viendo este año es totalmente diferente a lo que he vivido siempre. Lo típico es que haya 17, 18 veteranos y una media de edad de 27-28, bueno y en el Baleares más porque había gente de 35, 36… Me sorprende el nivel que hay, también no había estado aquí para vivirlo, y son jugadores de 16 o 17 años y yo en esa época estaba jugando en el equipo del barrio. En ese momento yo no me veía jugando ante 20.000 personas. Yo los veo a ellos y digo: ‘¡Coño, hay que estar muy preparado para tú saltar al campo con tanta gente!’.
-¿Se dan cuenta de lo que están viviendo? Porque a veces en activo el fútbol no te da tiempo para verlo con perspectiva.
-Al principio la gente, primeros días, meses, el primer año, eres el canterano y la gente no te exige gran cosa. Te piden que salgas, lo des todo y hagas lo mismo que en el filial y tal. Cuando perteneces al primer equipo y ya no eres canterano, te van a exigir.
-Es lo que se les pide a Kevin o Larrubia por ejemplo, pese a que también son muy jóvenes, la exigencia sube.
-Ahí está el ejemplo. A Kevin, Larru, Dani… Se les pide más, pero es normal, porque son jugadores del primer equipo. Pero yo lo que les digo es que disfruten del momento, de esa juventud. Cuando te vas haciendo mayor tiene más preocupaciones y más cosas. Cuando eres joven eres un inconsciente y no te enteras de nada, solo quieres jugar.
-¿Le salvó el fútbol?
-Bueno, sí. Nunca pensé que fuera a ser futbolista. En Málaga siempre hay muchas distracciones y en mi época de juventud quizás tenía malas amistades. Fue bueno eso que me pasó, irme fuera, madurar y aprender también lo que es la vida. Estoy muy orgulloso de la decisión que tomé y lo que me ha deparado mi futuro. Mejor imposible.
-Se viene debatiendo todo el año sobre su posición, si debe estar más en punta y área. ¿Cuánto hay de estar al servicio del equipo y lo que pide Pellicer y cuánto de su propia manera de jugar?
-Me gusta que me haya hecho esta pregunta, porque aunque yo no suelo ver ni leer nada, al final siempre te llega por algún amigo. Es un debate que está ahí. Que debo estar más en el área, que tengo que aportar goles, que al final siempre he sido un jugador que ha metido goles, pero yo he venido al Málaga para ayudar. Estoy aquí en el Málaga, en otra etapa diferente de mi carrera, acabo de cumplir 34 años. No pienso en lo mío personal, pienso en lo colectivo. Yo quiero que el Málaga suba, disfrutar de esta experiencia que me ha dado la vida, que estoy súper contento. Lo cómodo o lo más sencillo sería ponerme arriba a esperar los balones que me lleguen. Pero si yo veo o intuyo en el partido, porque a lo mejor es más tosco como el del Mérida, que tengo que bajar a recibir y que el equipo necesita eso, yo no voy a pensar en mí y quedarme arriba a esperarla. Yo pienso así, no sé si la gente lo ve distinto. Yo estoy al servicio del equipo, lo tengo clarísimo, no es para vender la moto ni mucho menos. Lo pienso así y lo que quiero es que al Málaga le vaya bien.
-Pero se asoma al área y es capaz también de sacar un penalti como en Mérida…
-Vi que veían tres jugadores a por mí a quitarme la pelota. Es verdad que el defensa no estuvo muy bien, pero noté el contacto y me tiré, fue un penalti clarísimo. Me sé mover muy bien en el área, pero estoy en un momento en el que voy al primer palo y va la pelota al segundo. No me está cayendo. Me gusta estar en contacto con el balón, entrar en juego, que es lo que siempre he hecho.
-Nos contaba Larrubia en una entrevista que se tenía que entender con usted para ver quién y cuándo iba desde la derecha hacia dentro.
-Yo juego de delantero pero más caído a la derecha y Larru juega por allí. Y los dos zurdos buscando ese trocito que tampoco es muy grande. El míster nos lo decía, que a veces nos pisamos el espacio. A lo mejor con un defensa se nos cubre a ambos. Tenemos que tener una conexión buena para saber cuándo vengo, cuándo no, romper si él va a ese espacio y viceversa. No somos iguales pero nos gusta lo mismo, el típico zurdito que se va hacia dentro para tirar.
-Lástima ese lunar de la expulsión.
-Yo en la acción, cuando pasó, creía una cosa. Con la tensión del momento, el cansancio y tal… yo fui a robar la pelota, a cortar el pase. El soltó el balón y llegué tarde. Yo pensaba que había patinado un poco, no resbalado, con la pierna de apoyo. Luego vi la acción en vídeo y llego tarde. No debo hacer algo así, fue fallo mío. No estaba ni caliente ni quise darle. El partido estaba 2-0 y controlado. Fue un poco raro. No sé por qué creí que podía llegar a la pelota.
-¿Vio qué pasó en el descanso?
-Hubo acciones que no entendíamos, pero prefiero no entrar en temas arbitrales. En cuanto a la expulsión de Genaro y todo aquello, yo llegué casi de los últimos, cuando estaba todo el barullo. Lo que tengo entendido es que creo que empujaron a Manolo, el segundo entrenador, y ya empezó un rifirrafe. Lo de Genaro no lo vi. Con uno menos cada equipo, el partido perdió un poco de ritmo y se afeó.
-¿Le viene bien al equipo el parón?
-Yo pienso que sí, porque vamos a recuperar a bastante gente. También para desconectar un poco. Es como siempre dice el míster, no es fácil jugar en el Málaga. Hasta que no estás aquí no lo sabes.
-¿Experimenta eso que dice que jugar aquí no cansa lo mismo que en otras partes?
-Eso es una realidad. No es lo mismo jugar, con todos mis respetos, en el Baleares, donde iban a vernos mil y pico. Esto mueve mucho. Y ya no es sólo la gente que viene al estadio, están los que son del Málaga y que no vienen porque no pueden pagar el abono, por trabajo u otras razones. Hay mucho malaguista. No es fácil de llevar cuando las cosas no van bien, tienes que estar mentalmente muy preparado. Si no eres mentalmente muy fuerte, no puedes jugar en el Málaga.
-¿Ve que le pese a alguien más, a los jóvenes? ¿O están bien hechitos ya?
-Yo es que a los jóvenes no les veo… Es que flipo con ellos, no se les nota nada, compiten muy bien. Me habría gustado ser así con la edad de ellos. Cuando debuté en Primera, a mí si me pudo un poco, no estaba preparado. Pero esto aunque sea Primera RFEF, es como Primera División, es lo mismo. No he notado a nadie que le pueda.
-Toda su vida ha aprovechado el parón de Navidad para volver, este año está aquí, ¿se irá a alguna parte?
-No, no creo que me vaya. Al final en Málaga lo tenemos todo. Es muy diferente a cuando vienes en vacaciones que ahora, trabajando. En el día a día es que yo no hago nada. A mis amigos casi no los veo, me dicen que nos veíamos más cuando jugaba fuera. Al final a diario llevas a la niña al colegio, la recoges por la tarde, te vas a un parque, haces cosas con ella y no haces más nada en la semana. Así que ahora aprovecho para salir con mi mujer a comer o visitar algo, estar con la familia y amigos…
-En Área Malaguista contó la experiencia de Copa con el Baleares y sin embargo aquí están pasando ronda tras ronda.
-Pues sí. La Copa mola, está muy guay, juegas contra equipos de nivel de Primera y Segunda. Siempre he dicho que descentra un poco, que la Copa si tú estás peleando por estar arriba y subir… Pero luego llega un partido y no puedes salir a perder. Juegas contra el Barakaldo, compites; luego viene el Eldense, que es un Segunda, y le quieres ganar; ahora te viene la Real Sociedad, que es un equipo de Champions, y también le quieres ganar. El problema es que también hemos tenido tantas lesiones que algunos han tenido que jugar más minutos de los que deberían. Ese es el fastidio. Lo bueno es que cuando volvamos de vacaciones ese partido puede servir para que los que regresan de lesión vayan cogiendo ritmo, que estaría muy bien.
-¿Habría preferido otro Primera distinto?
-Mediáticamente siempre es otra cosa Madrid, Barça o Atlético. Yo he jugado contra Madrid y Atleti y es una pasada, porque al final lo televisan cadenas grandes. Pero al final me habría gustado un derbi contra el Sevilla, habría sido muy bonito. Pero la Real Sociedad está bien, es un conjunto de Champions, que tiene su historia y además está haciendo un buen fútbol. Vamos a competir y a ganar contra ellos.
-Se ha salido con la suya Sangalli…
-También Jokin, Loren (Juarros), que han estado muchos años allí. Será especial para ellos. Tienen que estar contentos.
-¿Intenta inculcarle a los jóvenes que esto que están viviendo no es lo normal en el fútbol?
-Es que es un privilegio, yo con esa edad jugaba en el Puerto de la Torre en juveniles. Tienes que saber valorar que estás en el primer equipo del Málaga, pero muchas veces no te paras a pensar eso y te das cuenta cuando no estás aquí. Como le dije a Izan: ‘Aprovecha la oportunidad de debutar con el Málaga y ya después se verá si tienes que ir a otro sitio’. Ya ha debutado con su Málaga, le di la enhorabuena.
-Dioni arropa mucho a los chicos.
-No soy el típico veterano, me gustar estar con la gente, hablando y tal. Me siento uno más. Yo no me veo que tenga 34. Yo bromeo con ellos y demás. Sobre todo al principio me decían que había los típicos veteranos que tenían otros tipos de conversaciones. ‘Mañana me voy a comprar un coche que no sé qué’, típicas cosas así. Al final yo intento ser uno más y tener relación con todo el mundo. Me puede hacer una broma uno de 18 y no pasa nada. Yo se la hago al de 20. Algo normal. Por tener una edad no tenemos que estar unos por un lado y los jóvenes por otro, no lo veo así.
-¿Han cambiado mucho los jóvenes? Es lo que se desprende de lo que cuentan entrenadores y gente más veterana. Quizás el cambio es del mundo, que va muy rápido.
-Son más sinvergüenzas los niños de hoy en día (Risas). Ya no respetan. En el buen sentido, eh, te hacen bromas y demás. Yo cuando subí por primera vez con el primer equipo del Dépor, le tiré un cañito a Lopo y me dijo: ‘Escúchame, en la próxima te arranco la pierna’. A la siguiente jugada me vino con la plancha y si no llego a saltar, me rompe la tibia. Mucho antes te tocaba limpiar las botas de los veteranos. Esas cosas se han perdido.
-Luego te llega un Manu Molina y le mete los calzoncillos a Murillo en la nevera.
-(Risas) Todos los días estamos haciendo alguna trastada, haciendo bromas. Me echaron el otro día café en las zapatillas. Ahora uno todos los días tiene que mirar uno los calzoncillos antes de ponérselos. Es una pasada, una pasada.
-Recuerda mucho al Málaga de Sandrito, Basti, Roteta y compañía. Podían matarse vivos entrenando y luego eran familia. Eso marca la diferencia en un vestuario.
-Claro, también tiene que haber una competitividad. Yo eso lo veo bien. Incluso que haya algún rifirrafe en un entreno o en un partido, eso es que estás viviendo el partido. Si no los tienes, es como que estás en el campo pero no metido. Eso queda en el campo y luego, fuera, te llevas bien y hay buena relación. Lo veo perfecto, es lo que tiene que ser un equipo. Tiene que haber comunión entre todos, jugadores y cuerpo técnico. Es importante que el que falle sienta que es ese fallo es de todos, no sentir que es una cosa suya y que se está en contra de él. Eso es a lo que se refiere el míster cuando habla de que tenemos que ser un búnker. Todos vamos a una, aquí si falla uno, fallamos todos.
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