"Pondría una cámara en el vestuario para que la gente viera lo que somos"
Entrevista a Javi Jiménez, jugador del Málaga CF
El futbolista jiennense es una especie de hijo pródigo que llegó al primer equipo del Málaga por la vía externa, ahora, más hace un repaso en Málaga Hoy a este 2021 en clave blanquiazul
Javier Jiménez Moreno (1996) es uno de esos casos de futbolistas que desean jugar en el Málaga pero que tienen que trazar su propio camino a Ítaca antes de alcanzarlo. De Quesada, Jaén, recuerda con cariño unas botas blancas (icónicas ahora) que le regalaron siendo un niño, un tacto que echa de menos en este balompié más moderno y artificial. El fútbol entre ceja y ceja y las lecciones de su padre como guía, ingredientes fundamentales para ser quien es a día de hoy. Un tipo divertido y sincero, pero serio en el trabajo y el mensaje. Generoso para compartir sus tardes con los Supercapacitad@s y hábil para disfrutar de los pequeños placeres de la ciudad. Alguien diferente en este ecosistema.
–¿Recuerda sus primeros pasos?
–Se me viene un momento de cuando empezaba a jugar en Úbeda. En casa nunca me ha faltado de nada, pero sí recuerdo una de las primera botas que tuve que me las regaló por mi cumpleaños una señora que trabajaba en casa y a la que tengo un cariño especial. Eran una Nike blancas y negras, con la lengüeta enorme. Las botas han ido evolucionando y cada vez son más incómodas y peores, con hormas más estrechas y tacos más lesivos. Las de antes eran de piel, cómodas. Tengo ese recuerdo especial.
–¿Cómo lleva la lista de sueños cumplidos?
–Lo que mi padre me ha inculcado es que vaya paso a paso y que no mire a un futuro lejano. Es verdad que se me están cumpliendo muchos sueños, pero como cualquier persona también he tenido mis baches y malos momentos, pero trato de seguir esa filosofía de darlo todo siempre, no sólo en el fútbol. Y si alguna cosa no llega, tener la conciencia tranquila y la paz de haberlo intentado todo.
–¿Qué meta tiene en el fútbol que no quiere retirarse sin cumplir?
–Sinceramente no lo digo porque sea algo cercano, lo digo en cualquier momento independientemente de que esté yo o no en el club, espero que el Málaga llegue a donde se merece. A mí es un club que me ha tratado siempre de manera muy especial, estoy como en casa. Luego que me respeten las lesiones y poder disfrutar muchos años del fútbol, que es una profesión muy bonita.
–Del Málaga al que llegó primero y del que se encontró este verano, ¿qué diferencias nota?
–Internamente ha cambiado poco con respecto al club al que yo llegué, muy familiar pese a ser una entidad muy grande. Lo primero que te encuentras es el respeto que hay entre jugadores, técnicos, trabajadores. Ahora me lo he encontrado en una categoría en la que no le corresponde estar, pero tenemos que tener los pies en el suelo, saber dónde estamos. Los jugadores lo tenemos claro y damos todo lo que tenemos; la afición, igual. Su apoyo es fundamental.
–De su filial no han llegado todos los que se esperaba al mundo profesional para el talento que parecía haber.
–Totalmente de acuerdo. En ese equipo había muchísimo talento. Si hay que mencionar a un jugador mediocre me pongo yo el primero. Creo que todo el mundo estaba por encima. Luego pongo siempre el mismo ejemplo, allí estaba Luismi, que es de lo mejor que he visto y voy a ver. Las lesiones no le respetaron pero era de los mejores peloteros a pesar de que teníamos gente como En-Nesyri, Ontiveros, Mula, Luis Muñoz, Iván Rodríguez…
–Y luego llega quien menos te lo esperas.
–Es una profesión preciosa, el mejor y más sencillo trabajo del mundo, pero para llegar a la élite no depende sólo de tu propio rendimiento hay muchos factores que tú no controlas. Sobre todo la más importante que son las lesiones. No es nada fácil.
–Usted además tiene ese aire a futbolista de club, de años.
–Siempre intento darlo todo por la entidad y por el club en el que estoy, por respeto a mí mismo y mis compañeros. Siempre tuve el deseo de volver. Cuando te tratan bien, eso siempre se queda. Pero no era algo que me obsesionara, traté de ver las cosas desde la distancia, con calma, crecer. He pasado por Segunda B, por todas las categoría, he intentado dar pasitos, he escuchado a mis entrenadores, he intentado corregir cositas en el día a día, ir madurando poco a poco.
–Salió al Nàstic, pero el Málaga se guardó opciones de repesca por varios años.
–Sí, pero la realidad es que en ese momento yo no tenía hueco en el primer equipo. Soy sincero. O ese es mi punto de vista. Había dos jugadores muy buenos como Ricca y Juankar, esa posición estaba totalmente cubierta. En ese momento el Málaga estaba en Primera y posiblemente yo no estaba hecho para jugar en esa categoría. El Málaga tomó la decisión correcta dejándome ir. No había hueco.
–Poca gente se expresa con tanta sinceridad.
–Intento ser franco conmigo. Si me autoengaño, no me estoy haciendo ningún favor. Las circunstancias eran las que eran. Tuve que salir y corregir para algún día tener la oportunidad que estoy disfrutando hoy.
–¿Ha dejado escapar en su carrera algún tren del que luego se ha arrepentido?
–No, las cosas te pasan como tienen que ir pasando. Uno de los años a los que más cariño tengo es al que pasé en Cornellà. Nadie daba un duro por nosotros y estuvimos a puntos de ascender a Segunda División. Cada etapa tiene lo suyo y lo importante es saber sacar lo positivo y lo negativo dejarlo como aprendizaje. Los trenes van pasando y no hay tren mayor que tu profesionalidad y ser respetuoso con tu trabajo. Si ese tren lo tienes cogido, luego hay cosas que no puedes controlar y se deciden de manera externa.
–¿Cómo cataloga la experiencia este año?
–Me gustaría que hubiera una cámara en el vestuario para que la gente viera lo que somos. A día de hoy no puedo encontrar ninguna experiencia negativa. Me gustaría ganarlo todo, claro, pero Segunda es dura. A nivel de grupo, de club y de afición, ciudad… en general es 100 por 100 positivo.
–¿Qué mostraría esa cámara?
–Enseñaría una percepción que la gente no tiene y que les tranquilizaría porque sabrían que nos vamos a dejar absolutamente todo. No sólo los jugadores, también el cuerpo técnico. Esa cámara mostraría el respeto que nos tenemos, el respeto al club y a la afición, las ganas de ganar.
–Y un poquito de cachondeo…
–Sí, hay tiempo para todo. No puede ser todo una presión excesiva, también hay que saber disfrutar y en el vestuario hay un buen rollo espectacular. Todos dirán lo mismo, que es una pasada.
–¿Cuándo supo que venía Víctor Gómez?
–Ya conocía a Calero y a Ismael. Creo que tenemos muy buenos laterales. Víctor Gómez me parece un pedazo de jugador y una persona excepcional. Fue especial porque le conozco y sabía que iba a aportar cosas positivas al grupo. Pero también Ismael e Iván.
–¿Cómo está viendo a José Alberto?
–Es exactamente el mismo José Alberto del Mirandés, con el matiz de que son plantillas distintas, con sus virtudes y defectos. Es un hombre intenso, que vive el fútbol a mil, una persona muy real.
–Una persona muy real.
–Una persona auténtica que se muestra en el campo como es él, independientemente de cómo caiga. Tiene eso, se muestra tal cual es.
–¿Cree que se está siendo demasiado crítico con él?
–Desde mi punto de vista, sí. Entiendo a la afición o al menos lo intento. El otro día dijo Piqué algo que es de lo más coherente que he escuchado en mucho tiempo. Cuando termina el partido, entiendo que la afición se manifieste, pero cuando está en marcha creo, que aunque sea difícil, es mejor no apretar. Lo mejor sería apoyar a sus jugadores y técnicos. Sobre todo en partidos importantes. Con esto no digo que nuestra afición no lo haga, sólo que lo escuché y me pareció acertado. Pero sí, yo creo que se le está metiendo más caña de la cuenta.
–¿Está el Málaga donde esperaba?
–Estamos en una posición muy buena, aunque también me hubiera gustado sumar más puntos. Vamos a pelear por estar en mejor situación.
–Hablaba antes del vestuario. ¿Quién manda ahí dentro?
–Hay figuras como Escassi, Lombán, Chavarría que, por experiencia y madurez, cuando dicen algo los demás estamos con las orejas abiertas. Lo bueno del vestuario a pesar de tener esos guías, cada uno tiene capacidad para aportar dentro.
–¿Cómo es la relación humana con alguien con quien te juegas el puesto, por ejemplo Cufré?
–Mi respuesta es muy sencilla. Siendo como es Braian es lo más sencillo del mundo, por su manera de ser como persona y como deportista.
–Iván Calero amplía el debate del lateral zurdo.
–Totalmente. Es lo que tiene este equipo. Va a generar que el equipo crezca y tengamos más responsabilidad.
–¿Qué le parecen los canteranos que están emergiendo?
–Me parecen espectaculares desde el primero hasta el último. Primero por el compromiso que muestran desde el primer día que vienen a entrenar y luego por lo que dan cuando salen. Si algo tiene el canterano malagueño es desparpajo, son unos sinvergüenzas en el campo. Tienen hambre, quieren el balón. Da gusto.
–¿Tenía alguno en el radar de antes?
–A Larrubia ya lo conocía. A Rober y Dani Lorenzo no los tenía controlados, tampoco a Moussa. A Santos, sí. También a Benítez, que me parece un pedazo de lateral. Cristo, que por circunstancias no está aquí pero es un pedazo de lateral. Sí que los tenía controlados a algunos de cuando yo estuve aquí.
–Dani Lorenzo les ha dejado boquiabiertos a todos.
–Es un chaval con un gran desparpajo, no le quema el balón en los pies, creo que las decisiones que toma en el campo casi siempre son las mejores, pero bueno, tiene que tener calma. Aportar cuando le toque, cuando no, apoyar al equipo. Pero es un chaval excepcional dentro y fuera del campo.
–¿A qué se dedica Javi Jiménez cuando no está pensando en fútbol?
–Me gusta estar en casa y con mi pareja, también el cine me encanta, el hecho de ir. Pasear por Málaga, que el Centro ahora está precioso, pararme en cualquier cafetería a tomar café. Viviendo en una ciudad como Málaga el tener algo que hacer por las tardes es sencillo porque con limitarte a disfrutar de la ciudad es suficiente.
–Le da clases a los Supercapacitados.
–No, las clases me las dan ellos a mí más que yo a ellos. Gracias a Basti, a Lucas y a la Fundación que me han permitido echarles una mano. Martes y viernes que puedo ir con ellos, me dan una masterclass diaria. Son entrenamientos donde se lo pasan genial y se sienten como los pedazos de futbolistas que son. Entrenamientos parecidos a los que hacemos nosotros, muy lúdicos, donde se lo pasan pipa. Ahí tienes que limitarte a disfrutar de ellos y ellos de ti. Son una pasada en todos los aspectos.
–Un deseo de Año Nuevo.
–Que el año que viene nos traiga salud, que ojalál pronto se termine de una manera completa esto del Covid, que nos trae por la calle de la amargura. Desear a todos salud y felicidad, que desde mi punto de vista, pese a lo que otras veces pueda generar el fútbol, no hay nada más importante que eso.
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