"Veía los partidos del Málaga con Recio en el Leganés"
Entrevista con Juan Soriano, jugador del Málaga CF
"Ahora hay que tener tranquilidad y no volverse locos", dijo el portero en una entrevista con Málaga Hoy
Juan Soriano (Benacazón, 1997) se crio dando patadas a un balón con sus primos y sus amigos en su pueblo, como tantos otros. El fútbol, sin embargo, tenía destinado al cancerbero un hueco en las alturas. Este sevillista de cuna fue bético unos años por circunstancias, pero ahora se centra en el Málaga, donde no le importaría echar raíces. Recio le dijo que no se arrepentiría y así está siendo. Quién se lo iba a decir en aquella final de la Copa de Campeones que terminaría cambiando escudo con En-Nesyri.
–¿Cuál es la primera imagen o recuerdo que tiene con algo ligado al fútbol?
–Empecé a jugar al fútbol en un parque en mi pueblo, frente a mi casa. Ese es el primer recuerdo. Tuve una infancia feliz. Todos en la familia somos vecinos y he estado con ellos desde siempre.
–¿Se le veía venir de pequeño?
–Yo empecé como otros muchos chiquillos, en la escuela de fútbol de mi pueblo. Luego firmé con el Betis cuatro años y después llegué al Sevilla. Esto es como un embudo, empiezan muchos niños pero llegan pocos. Hasta que no llegas a una categoría de juvenil o al filial, no se ve si vas a llegar a ser futbolista profesional o no. Son pocos los que se ve que van a ser futbolistas desde infantil o cadete.
–¿Y usted intuyó en alguien que llegaría lejos?
–En los enfrentamientos en la cantera entre Sevilla y Betis, se veía a Fabián o Dani Ceballos. Los veías que iban a ser profesionales.
–¿Cuándo fue la última vez que habló con Monchi o alguien del Sevilla?
–Hablé con Julien Escudé, que trabaja para Monchi, la semana pasada. Está pendiente de los jugadores cedidos, estamos mucho en contacto.
–¿Qué le transmiten, están contentos con cómo le marchan las cosas?
–La temporada todavía no ha acabado. Yo creo que al final cada uno sabe cómo está rindiendo. Siempre hay margen de mejora y ya se verá qué pasa a final de temporada.
–¿Se encontró el Málaga que esperaba a nivel de club y equipo?
–Lo dije desde el primer día, a pesar de la situación económica y la de los despachos, el Málaga es un club grande de Segunda, tiene club, afición, estadio. No tiene nada que envidiarle a un club de Primera División. Aquí antes se metían más de 20.000 personas, eso en muchos estadios de Primera no sucede.
–¿Habló con gente ligada al club antes de firmar?
–El año pasado estuve con Recio en el Leganés. Es muy del Málaga y veía muchos partidos. Como yo pasaba mucho tiempo con él, vi unos cuantos también. Cuando supe que firmaría aquí le pregunté y me dijo que no me iba a arrepentir, que la ciudad y el club eran espectaculares y que me iba a alegrar un montón.
–Y así ha sido.
–Hasta el día de hoy no tengo ni el más mínimo problema y estoy encantado de poder estar aquí.
–¿Se ha imaginado echando raíces aquí?
–El futuro dirá, a mí no me importaría porque es un club que tarde o temprano va a volver a donde se merece. Es un club perfecto para jugar al fútbol.
–Se habla de la alternancia en la portería, pero si pudiera elegir fórmula: ¿Prefiere esta situación o jugársela a ser suplente un año entero?
–Es una cosa que decide el entrenador, estemos más o menos de acuerdo. Te obliga a estar siempre bien porque la oportunidad no se sabe cuándo va a llegar. Aparte hay que estar bien para que el grupo no se rompa, haya buen ambiente y vayamos todos a una.
–¿Qué tal persona es Dani Barrio?
–Nunca tuve mal rollo con ningún compañero y Dani no iba a ser menos. Tenemos muy buena relación. Pasamos mucho tiempo juntos porque nuestros entrenamientos son específicos.
–¿Cómo ve a Gonzalo, Dani Strindholm y los demás porteros que vienen de abajo?
–Bien, con mucha ilusión y muchas ganas de aprender. Yo he vivido en otros clubes situaciones en las que parecía que el tercer portero no contaba y por circunstancias llega la oportunidad de jugar. Tienes que estar preparado porque nunca sabes cuándo va a llegar. Nuestro trabajo es duro. Yo lo he vivido varias veces. Por una sanción, una expulsión, una lesión, por mil cosas que pasan, ha tenido que entrar el tercer portero.
–Siempre queda la opción de ser jugador de campo…
–Hombre, si por lo que fuera me tocase salir, sin problema. Ni me iba a poner nervioso ni me iba a entrar miedo. Entrenamos mucho con los pies. Si algún día tuviese que entrar de jugador porque no hay fichas, no me iba a asustar.
–¿Para qué puesto se vería más capacitado?
–Uf, que me pongan arriba o abajo, donde no tenga mucha responsabilidad. Yo para cumplir y ya está. Donde no tenga mucha incidencia en el juego. Si me ponen de central para pegarle para arriba, pues de central para pegarle para arriba.
–¿Alguna vez ha jugado medio en serio de algo que no fuese portero?
–No. Con mis amigos sí, pero de competición de club nunca. ¿Referentes? Casillas, como para todo portero. En el Sevilla viví la época de Palop, que era un referente para todos los canteranos. Y más con el gol en la antigua UEFA.
–Coincidió con Ontiveros en la selección.
–He compartido vestuario con Ontiveros en la andaluza y en la española. Me llevo muy bien con él, desde los 15 años juntos en las selecciones. Tiene un golpeo de balón que pocos jugadores tienen.
–De aquella famosa Copa de Campeones, usted en Málaga y En-Nesyri en el Sevilla.
–Las vueltas que da el fútbol. También estaba Luis Muñoz. Son etapas. De aquí al Leganés y después al Sevilla. La está rompiendo En-Nesyri. Me alegro por el Sevilla y por él. Fue mi compañero también en el Lega, que siga así y marque muchos goles más.
–¿Alguno de aquella época que pensara que llegaría más lejos?
–En el Sevilla teníamos casi todos un nivel parejo. Del Málaga no puedo decir mucho. A los que más conocía eran Onti y Luis, pero por la selección. En-Nesyri no sabía quién era. También a Samu Casado de la andaluza.
–Volviendo a la actualidad, ¿cómo está viendo al equipo?
–Hay que tener tranquilidad y no volverse locos, quedan partidos. Se pierde y se gana. Si ganásemos todo estaríamos arriba peleando con Mallorca y Espanyol, pero no es así. Hay que estar juntos, unidos y sacar los máximos puntos posibles. Lo que no puede ser es que el equipo se rompa y vaya cada uno por su lado. Hay buen grupo, buen rollo y ambiente. La gente no lo ve, pero en los entrenos vamos a tope, con muchas ganas, ganas de aprender y mejorar. Vamos a Gijón para medirnos al Sporting sin miedo y a tratar de llevarnos los tres puntos.
–¿Está notando algo de intranquilidad en el equipo?
–No, intranquilidad no hay que tener. Hay que mejorar pequeños detalles y a tratar de conseguir los máximos puntos posibles desde la tranquilidad, desde la confianza en el grupo y en uno mismo. Nuestro objetivo principal es la salvación, llegar a los 50 puntos que es más o menos donde estará, y luego ya veremos.
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