Entrevista con Juande Rivas, jugador del Málaga CF
Entrevista con Juande Rivas, jugador del Málaga CF
El joven central atiende 'Málaga Hoy' con motivo del primer aniversario de su debut
2020 no ha sido aciago para todo el mundo. Este distópico año no paró de recompensar a Juan de Dios Rivas Margalef (Córdoba, 1999). Recoge los frutos de una corazonada que le dijo con 14 años que eligiese al Málaga antes que al Betis o al Sevilla, que La Rosaleda era su casa. Una vuelta al sol desde el 14 de enero, cuando Pellicer quiso compartir debut ante la Ponferradina con un chico que entonces jugaba en Tercera División con el filial. Ahora es ejemplo y abanderado de La Academia junto a Ismael Casas o Ramón. Los que están en el sitio que desean. Otra pasta.
–Para muchos 2020 ha sido un año terrible, debe ser extraño que para usted haya sido tan mágico.
–Sí, un año duro para el mundo en general con la pandemia y sin embargo a mí me ha dado mucho en el tema futbolístico, pudiendo dar el salto al fútbol profesional. Seguramente sea mi mejor año en ese aspecto.
–Se cumple precisamente un año del debut con el primer equipo.
–El 14 de enero debuté. Todavía parece un sueño cuando me acuerdo. Lo estuve hablando en el entrenamiento. Además, como ahora tampoco se puede ir a los estadios a ver los partidos, lo veo como algo más lejano incluso. Como ahora no hay público en la grada. Sólo jugué dos partido con afición, fíjese.
–Jugó un par de partidos y luego alternó filial y entrenamientos con el primer equipo.
–Sí, exacto. Debuté contra la Ponferradina, seguí entrenando, jugué otro ante el Elche y luego seguí alternando, como había estado todo el año. Después del confinamiento empecé a jugar otra vez y desde ahí conseguí quedarme.
–¿Cómo fue ese proceso? ¿Confunde un poco esa situación de no tener claro dónde estás?
–No, a ver, suele pasar que cuando un chaval joven sube y luego baja, pues puede confundir. Pero no fue mi caso. Yo tenía claro que era jugador del Malagueño y todo lo que viniese del primer equipo era un premio al trabajo y tenía que disfrutar y aprovechar cada oportunidad. Lo tenía asumido en ese aspecto.
–¿Conserva la camiseta del Málaga-Ponferradina?
–Sí, esa la tengo en casa. Tengo que enmarcarla todavía. Está pendiente. El día que tenga mi propia casa la pondré en un sitio especial. Prefiero esperar un poco.
–¿Cuáles son sus tesoros?
–Las botas de mi debut, algunas camisetas de este año además de la del debut como la de mi primer gol. También tengo de algún jugador que se la he pedido. No tengo muchas cosas guardadas. ¿La camiseta? Se la pedí a Mario Suárez, del Rayo Vallecano. Fue un jugador importante y estuvo en la élite, surgió sin más.
–¿Fue un contraste muy grande ver tan de cerca un vestuario profesional?
–El proceso fue, como dije antes, un sueño. Al principio no me lo creía. Cuando empecé a jugar después del confinamiento, cada partido que acababa era como despertar de un sueño. El vestuario en general me acogió muy bien. Fue un cambio grande, pero me adapté y uno se termina acostumbrando.
–¿Tuvo algún padrino en esos primeros pasos?
–Adrián siempre me animaba y ayudaba antes de los partidos. Luis Hernández también el día del debut. Ellos eran los que más me ayudaban en el sentido de hablarme, aconsejarme, darme tranquilidad.
–Casanova, Pellicer, Manolo Gaspar. Los tres personajes fundamentales de su carrera. ¿Falta algún nombre propio en esa lista?
–En general creo que está bien, también un entrenador de la selección andaluza, Manolo Lorca, que me llevó cuando jugaba en el Séneca. Fue un paso importante porque ahí es donde me vio Manel Casanova junto a Arnau. Casanova me fichó y me hizo mi primer contrato con el Málaga, Pellicer ha sido el entrenador que ha apostado por mí en la élite y Manolo Gaspar quien me ha hecho el primer contrato profesional de mi vida.
–¡Qué buen tipo era Casanova!
–Sí, era un buen hombre y entendía el fútbol como nadie. Sabía cómo hablarnos a los jóvenes, a los más chicos. Era un crack. El día que falleció yo estaba en el campo, jugando, fue durísimo.
–Cuenta que se enamoró de La Rosaleda con 14 años.
–Vamos, fue venir y el mismo día ni me lo pensé. Cuando acabé de estar aquí y ver La Rosaleda y la residencia, a la vuelta, ya les dije a mis padres que Málaga sí o sí, que era lo que más me había gustado. Mis alternativas eran Betis y Sevilla. Estuve visitando ambos clubes pero lo de Málaga fue un flechazo. Me encantó y acepté al día siguiente.
–¿Qué referentes tiene?
–Por estilo, Piqué y Varane me gustan mucho y diría que son los dos en los que más me fijo. También Van Dijk. Evidentemente, Sergio Ramos.
–¿Estudia a esos jugadores?
–De vez en cuando veo vídeos de jugadas suyas. No es que los estudie profundamente pero sí me gusta ver lo que hacen, acciones suyas, cómo despejan, sacan el balón… Siempre ayuda ver cómo actúa gente que está a ese nivel tan alto, sirve de referencia.
–¡En la faceta goleadora se parece a algunos de ellos!
–[Risas] Sí. Llevaba sin marcar un gol cuatro años y en este parece que está habiendo suerte. Creo que desde que estaba en el Liga Nacional, era juvenil de primer año. Esta año se ha disparado la media.
–¿Por qué los besos al escudo?
–Me salió de dentro, del corazón. El club me lo ha dado todo. Apostó por mí, me ha hecho profesional y estoy muy agradecido a su gente, que siempre me está apoyando, como la afición. Era como dedicárselo a todo lo que engloba el Málaga.
-Había rabia ahí…
-Sí, exploté. En el partido ante el Leganés salieron las cosas mal entre el gol en propia puerta y el penalti, marqué y no sirvió para nada. Así que el día del Lugo fue de rabia, de poder liberarme después de aquello. Si llega a haber afición aquel día… hubiese sido impresionante.
–Que siga la racha en 2021.
–Esperemos que caiga algún golito más este año.
–¿Quién ha sido el adversario más duro en este año?
–De equipos, yo diría que el Rayo Vallecano y el Espanyol. Y como jugador, Raúl de Tomás. Me parece que ha sido el más complicado. Parece que no, pero es fuerte, protege bien el balón, se mueve bien al espacio, tiene calidad.
–Decía Manolo Gaspar con guasa que los canteranos a veces parecen patitos todos juntos por el aeropuerto. Lo cierto es que ha habido momentos en que se ha visto que son una piña.
–Lo que se ve es lo que hay. Somos una familia. Desde que estábamos en el Malagueño hicimos un grupo estupendo y conforme hemos ido subiendo, también hemos ido manteniendo esa amistad. Se ve que vamos todos a una. Pero ya no solamente los canteranos, los veteranos también. Este año hay un ambiente increíble y eso se nota en el campo y lo ve la gente desde fuera. La relación es estupenda entre todos.
–¿Han soñado alguna vez en voz alta con conseguir algo grande en el Málaga todos juntos?
–Claro, por soñar ojalá algún día podamos ascender todos juntos a Primera División. Creo que el sueño de todo jugador es conseguir algo importante con el club que te lo ha dado todo.
–¿Quién es el más malaguista de todos?
–Difícil pregunta. Dani Strindholm, que está en el filial y sube de vez en cuando yo diría que es muy malaguista. También David Larrubia, que además es de Málaga.
–¿Y quién es el próximo joven que va a sorprender?
–Yo diría que Haitam. Es un pedazo de jugador, en los entrenamientos se le ve mucha calidad y desparpajo para la edad que tiene. Me encanta. Y no lo conocía, vamos. Le conozco desde después de las navidades. Se ve que es un pedazo de jugador. A ver si mantiene el nivel y la cabeza bien amueblada, porque creo que estará pronto con el primer equipo.
–¿Era muy importante para usted tener ya dorsal del primer equipo este curso?
–Era algo bonito, era como un premio al esfuerzo y el trabajo de estos años. Importante, sí, porque era un paso grande en mi carrera como jugador. Tener un dorsal de un club histórico como el Málaga…
–¿Temió que a última hora la ficha destinada a usted pudiese caer para otro fichaje?
–Yo lo tenía claro porque estuve hablando con Manolo Gaspar, me comentó el plan y me transmitió mucha tranquilidad. Confianza absoluta en él pese a lo que pudiese decirse a última hora.
–Está cumpliendo todo lo que promete.
–Sí, uf, ha hecho un trabajo… No es por hacerle la pelota ni nada, es que lo dice todo el mundo. La verdad es que desde la directiva están haciendo algo espectacular con las circunstancias que hay.
–Y se encuentra uno compartiendo vestuario con jugadores como Rahmani o Joaquín que parecen de otra categoría…
–Por eso, por eso. Ha podido traer a jugadores que, por decirlo de alguna forma, no eran tan conocidos a priori y están rindiendo a nivel de Primera División prácticamente.
–A Joaquín sí se había enfrentado.
–Sí, algunos partidos contra el Puerto Malagueño y luego también coincidimos en la selección malagueña. Hace mucho de eso, estaba yo en cadete de segundo año.
–¿Qué balance haría de la primera vuelta?
–Positiva en lo individual y lo colectivo. He jugado bastantes partidos, me he encontrado a gusto. Luego al equipo le han salido las cosas bien dentro de las circunstancias en las que estábamos, que no es ninguna excusa. Estamos rindiendo a un nivel alto, la gente ve que corremos como nadie en los partidos. En esta segunda vuelta a ver si podemos mejorarlo y acabar un poco más arriba. Creo que hemos merecido más de lo que hemos obtenido. En muchos partidos nos ganamos algo más en el campo. En Segunda pasa eso. Hay partido que juegas bien y luego no ganas y también lo contrario. Ojalá en la segunda vuelta la suerte que no hemos tenido nos acompañe más. Y yo a pelear por mejorar día a día.
–Ahora a por el Granada en Copa del Rey.
–Buen equipo, de Europa League además. Estamos muy ilusionados y con ganas de que llegue el partido y ojalá podamos pasar de ronda.
–¿Está hablando el vestuario de pasar de ronda?
–A partido único y en nuestro campo puede pasar de todo. El Cornellá ha eliminado al Atlético de Madrid. ¿Por qué no vamos a poder eliminar nosotros al Granada? Vamos con esa ilusión.
–Con la plantilla tan corta y demás circunstancias, ¿no les viene un poco largo disputar dos competiciones?
–Nosotros no pensamos en eso. Vemos la Copa del Rey como una oportunidad para tener más minutos y mejor preparación. Las fichas no son ninguna excusa para nosotros. El grupo tiene ilusión por seguir pasando de ronda. Largo no nos viene, creo que es una competición muy bonita a partido único. Quién sabe hasta dónde nos podemos llegar a plantar.
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