Keidi Bare: "Tirar la toalla no existe para mí"
Entrevista a Keidi Bare, jugador del Málaga CF
El centrocampista albanés atendió a 'Málaga Hoy' para hacer un repaso de su aún corta carrera
Málaga/Un niño es un niño en cualquier rincón del mundo, aunque cualquier rincón del mundo no sea igual para todos los niños. Keidi Bare (1997) se despojó pronto de la infancia para perseguir un sueño. Cierra los ojos y regresa a las calles de su Albania natal, cuando el balón era lo único y los conflictos (los suyos) se arreglaban con goles. Pero cuando cogió el petate y se plantó en Grecia con 11 años ya sabía que había emprendido un camino de no retorno. El juego escondía el deseo y el deseo es quien forja al hombre. Dentro y fuera del campo tiene algo especial. No es el talento, es el hambre, la madurez, el discurso. En el vestuario hay quien piensa que nada va a evitar que sea profesional durante muchos años. Él dice que no tiene límite ni falta que le hace. Su verbo favorito es trabajar. Normal que Muñiz cuente con él.
–¿Cuándo se dio cuenta de que quería ser futbolista?
–Cuando tenía seis años. No es que me diera cuenta, pero sí tenía algo dentro. Sentía que me gustaba mucho, salía siempre que podía a jugar con mis amigos. Ahí empecé a saber que era algo que me gustaría ser en la vida.
–Al principio como un juego.
–Sí, al principio era un juego como para cualquier niño.
–¿Cómo era esa infancia?
–Para mí era lo mejor. Siempre estaba con mis amigos en la calle. La etapa más bonita de mi vida. Cuando recuerdo estas cosas me gustaría volver a esa edad.
–¿Cómo era la vida por Albania?
–La vida en Albania es normal, como cualquier sitio. También hay un poco de crisis. Se vive el fútbol con la selección con un ambiente increíble, con el campo lleno.
–También es una zona de conflictos, ¿los sintió alguna vez cerca?
–No son cosas para mí ni para mi familia, no pienso en ellos. Pero la verdad es que Albania y Kosovo tienen conflictos con Serbia. Son cosas que pasan en el mundo y ya está. No me gusta la política, para nada.
–Salió muy joven de casa.
–Con 11 años me fui a Grecia. Jugué tres años allí y con 14 ó 15 años me fui a Madrid.
–¿Siempre solo?
–Siempre solo. Desde los 11 hasta los 20 años. Ahora llevo casi un año viviendo con mis padres aquí en Málaga.
–Tiene que ser muy duro.
–Sí, es muy duro. Cuando sales con 11 años de tu casa no sientes el apoyo de tu familia porque está lejos, no ves casi nunca a tus amigos. Con esa edad cualquier niño tiene que estar en su casa, quiere el cariño de su familia, de su madre, de su padre... Y yo eso no lo he tenido. Pero bueno, así es la vida. Lo he hecho todo por el fútbol y mi familia también pensó en lo mejor para mi futuro.
–¿Alguna vez pensó en tirar la toalla?
–No, nunca. No soy de esas personas que tiran la toalla tan rápido. Si lo hubiera hecho, no estaría aquí ahora mismo. Para mí tirar la toalla no está ni en mí ni en mi familia. Esa palabra no existe.
–¿Eso de no rendirse le sale de dentro o es algo que le inculcaron?
–En mi familia siempre me educaron así. Salí para un futuro mejor, para hacer algo grande en mi vida. En el Atlético lo entendí mejor, que no hay que rendirse nunca. Y nada, aquí estoy. Si una persona se rinde, no vale para nada.
–Dice que en el Atleti lo entendió mejor, ¿por qué?
–Sí, porque ahí me demostraban otras cosas, que si no creo en mí mismo, no sirvo. En cada entrenamiento nos decían lo mismo, que no había que rendirse. Aquí en el Málaga es la misma situación.
–El hambre.
–El hambre. Y por encima de todo, el grupo. Sin grupo te rindes fácil, con el grupo no lo haces nunca. En la vida una persona se puede caer, pero el que se cae también se tiene que levantar muy rápido. Y para eso está el grupo. En el Málaga lo tenemos. Aquí no se rinde ni va a rendir nadie.
–¿Quién fue el primer entrenador que le levantó de una caída?
–Tuve un momento muy difícil en mi vida, cuando me cayeron ocho partidos. Es el momento más duro que he vivido y ojalá no vuelva a pasar nunca. Bueno, estoy convencido de que no va a volver a pasar. Fue el entrenador del filial del Atlético, Óscar Fernández. En la vida hay que aprender, si no aprendes te va a ir mal.
–¿Cuántas cosas ha aprendido en este tiempo en el primer equipo del Málaga?
–Muchísimas cosas. Nosotros somos un grupo, siempre lo he dicho. No hay jugadores que están dos en un sitio, otros dos por otro y cada uno hablando por su lado. Aquí me han hecho mejor persona en poco tiempo. Eso para mí es muy importante. Primero hay que ser buena persona, luego viene el fútbol.
–La primera vez que Muñiz le vio entrenar le gustó su ritmo y su intensidad, hasta anunció que acabaría contando con Keidi Bare. ¿Es su secreto ser siempre más intenso que los demás?
–No es un secreto. Primero le doy las gracias al míster por confiar tanto en mí. Le doy las gracias a él, al cuerpo técnico y a mis compañeros. En cada partido, en cada entrenamiento, doy el cien por cien. Cuando llego a mi casa me siento tranquilo. A lo mejor no he ganado o he perdido, pero me siento bien conmigo mismo porque he dado todo en el campo. Cuando me siento tan cansado que no puedo casi respirar, digo que ya he hecho algo bien porque ya he trabajado por mis compañeros lo primero y luego por mí. Por eso siempre doy en cien por cien en cada partido y cada entrenamiento. Si te relajas un momento, el fútbol se va, te lo quita así de rápido.
–Dicen algunos de sus compañeros que usted va a ser futbolista precisamente por su mentalidad.
–En mi cabeza no existe otra cosa porque yo vivo con el fútbol. He dedicado toda mi vida al fútbol. De pequeño me fui sólo para una cosa:el fútbol. Quiero hacer algo bonito en mi vida, no quiero ser uno más.
–¿Nunca tuvo plan B?
–No, nunca, nunca. Yo confío en mí, al cien por cien. Siempre voy a ir al máximo para hacer algo bueno en mi vida. Por eso no tengo un plan B. Sólo fútbol.
–Y ahora que se asoma al mundo profesional, ¿no piensa en algo más?
–Yo aún no he hecho nada. Todos dicen nosequé o nosecuánto, pero para mí aún no he hecho nada. He jugado siete partidos, pero si me dejo llevar puede que no vaya ni convocado. Yo estoy concentrado en una cosa y no quiero pensar en otra. Cuando deje el fútbol, ahí ya veremos.
–Dice que no quiere ser uno más, ¿quién quiere ser?
–Quiero cosas buenas en mi vida y en el fútbol. Hay muchos futbolistas y todos quieren lo mejor para sí mismos. Yo también quiero lo mejor para mí.
–¿Dónde le ha llevado la imaginación?
–Ahora mismo estoy muy bien con esta camiseta. Estoy muy contento aquí y no estoy pensando en nada más. A todo el mundo le gustaría jugar una final de Champions o ganar una liga, a mí también.
–Pero ahora a centrarse en ascender.
–Por eso le he dicho antes que primero hay que estar aquí. El grupo está haciendo las cosas muy bien. Sin trabajo no consigues nada.
–¿Está el grupo tocado?
–Para nada. Yo veo un equipo muy bien, lo veo cómo entrena. El resultado contra Osasuna... puede pasar, como en todos los partidos. Pero me quedo con que el equipo, si se cae, se levanta siempre. Eso te hace más fuerte.
–¿Cómo vivió la acción del primer gol de Osasuna?
–Fue muy rara. Lo he visto muchas veces. No sé qué decirle, porque yo la vi como alguien que está dentro del campo, no como un aficionado. Allí en el césped tienes muchas cosas en la cabeza, y no juegas tú solo, hay muchos jugadores. Son cosas que pasan, hay que seguir.
–¿Es de los que se lleva el trabajo a casa?
–Yo si tengo un problema, hago algo con el fútbol y así se me va. Cuando juego o entreno, me olvido de todo, es como si no existieran los problemas.
–¿Quién su mejor amigo en el vestuario?
–Mi mejor amigo son todos. Aunque quizás hablo un poco más con N’Diaye; con Luis Hernández, que me da muchos consejos, me dice lo que hago bien y mal, le doy las gracias; Munir, Gustavo... Con todos.
–La falta de gol está ensuciando todo lo bueno que hace Blanco Leschuk por el equipo.
–Sí, pero lo importante es que él hace muy bien su trabajo. Aquí nadie va por su cuenta. Si uno no trabaja y hace las cosas bien, el grupo se cae. Si cae uno, caemos todos. Gustavo hace las cosas muy bien. Es más importante que haga lo que está haciendo, que el gol ya vendrá.
–¿Le nota preocupado?
–No, para nada. Él está muy contento. El gol llegará poco a poco. Que siga como lo está haciendo.
–Con los resultados recientes, se nota intranquilidad en el ambiente, ¿qué le diría a la gente?
–Le diría que esto no se ha acabado. Se han perdido tres puntos, pero quedan 13 partidos más. Son 39 puntos, es muchísimo. Que se queden tranquilos porque el equipo hará lo imposible por conseguir algo grande. Ellos también lo merecen muchísimo. Pero el equipo está vivo, nadie ha dicho que esto se acabe aquí.
–Se le ha visto en diversas posiciones del centro del campo, ¿en cuál de ellas se siente mejor?
–Yo me siento cómo donde me ponga el míster. No soy un jugador que se queje por jugar en la banda o donde sea. Lo primero que quiero es ayudar al equipo.
–¿Cómo fue eso de jugar de portero?
–Jugué en Tercera, con el Atlético. No recuerdo contra quién. Pero no teníamos más cambios. A nuestro portero le sacaron roja y el míster decidió ponerme a mí. Recuerdo que fue importante porque ganamos. Yo he jugado de todo, pero de portero es algo muy diferente.
–¿Paró alguna?
–Sólo una. También tuvieron muchos córners y no metieron ninguno. [Risas] De momento puedo ser portero.
–¿Y cuando meta un gol cómo lo va a celebrar?
–No lo sé, no lo he pensado, me vale que gane mi equipo. Que meta yo u otro, me da lo mismo.
–También leí en otras entrevistas que era muy de Fernando Torres.
–De pequeño me gustaba mucho. Veía sus fotos, vídeos, de todo. De niño ni me podía imaginar que yo iba a estar en un vestuario con él, pero la vida da muchas vueltas. He entrenado con él, jugado con él, debutado cuando él estaba en el campo. Yo tenía un perfil de Facebook con su nombre, imagínese que a los pocos años estés entrenado a su lado. Esto lo voy a llevar como uno de los recuerdos más bonitos de mi vida.
–¿Ha tenido algún ídolo más de su infancia tan cerca como Fernando Torres?
–No, sólo Fernando Torres.
–¿Qué futbolista le habría gustado ser?
–Yo siempre me centro mucho en los mediocampistas. En todos los equipos, me da igual que sea el Madrid, Barça o el Atleti. Me gustan ciertos jugadores por las cosas que hacen.
–¿Y su favorito?
–¿De centrocampistas dice? Modric me gusta muchísimo. Me encantaba el Iniesta del Barcelona.
–¿A quién cree se asemeja más por juego de los futbolistas que están ahora mismo en la élite?
–No podría decirle. El que me vea de fuera quizás podría, yo no puedo.
–¿Qué cualidad le gustaría tener que crea que no tiene?
–Siempre digo que para hacer algo tienes que trabajar. Me faltan muchas cosas, no sólo una. Con trabajo voy a conseguir poco a poco mejorar.
–¿Cuál es su techo?
–No tengo límite, ni lo he puesto.
–¿La selección absoluta queda muy lejos?
–Yo estoy centrado en el Málaga. Luego que pase lo que tenga que pasar con la selección. Primero estoy centrado en hacer las cosas bien aquí, porque es el Málaga el que me ha ayudado a mí y yo quiero devolver esa ayuda en el campo.
–Y si ascienden, alguna cosa especial habrá que hacer para celebrarlo...
–Como digo siempre, vamos a entrenar bien, vamos a estar preparados para todo. Luego ya vendrá lo que tenga que venir, que pase lo que tenga que pasar. Si trabajamos bien, podremos conseguirlo. Si no, no vamos a conseguir nada.
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