“José Alberto saldrá por la puerta grande del Málaga, estoy seguro”
Entrevista con Manolo Gaspar
El ejecutivo blanquiazul hace balance en ‘Málaga Hoy’ cuando se cumplen dos años de su llegada al cargo, al que accedió de manera interina y que ahora casi nadie se imagina sin él
Manolo Gaspar Haro (1981) recuerda que llegó para un día y acaba de cumplir dos años en el cargo. Un interino a prueba que estaba ya cerca de ser fagocitado por la maquinaria snob del dúo Shaheen-Al-Thani cuando apenas había podido todavía dejar su sello. Ahora mismo no se entiende el Málaga sin su figura, casi patrimonial. El director deportivo, tras vivir y superar algunos de los peores momentos de la historia del club, está ante su primera gran obra de autor. Asume la exigencia y se pone delante de las balas.
–Dos años ya en el cargo, quién se lo iba a decir.
–Pues sí, quién me lo iba a decir. Dos años que se han pasado volaos, han ocurrido muchísimas cosas. En principio era de manera interina y yo encantado de la vida. El tiempo, el fútbol, nos ha puesto donde estamos ahora, así se han dado las circunstancias. Han pasado muchas cosas pero no miro para atrás, quiero mirar hacia delante.
–¿El tiempo ha puesto a cada uno en su lugar?
–En ese momento en el que estábamos creo que sí, que a cada uno le ha puesto donde tenía que ponerlo porque la situación le ha llevado. Ahora, el mantenernos en la posición, en el cargo, te lleva a pensar que quizás puede ser que sí, que ha puesto a cada uno en su sitio.
–¿Cómo recuerda la sucesión de hechos de aquellos días?
–La relación de Caminero y Joaquín (Jofre) con Richard Shaheen estaba ya muy acelerada. Fue Víctor Sánchez del Amo quien aconseja a Richard, viendo el trabajo que se hacía en La Cueva, que la persona que tenía que estar era yo con la gente de La Cueva. Al menos de manera interina y para el mercado siguiente, que estaba cercano. En un principio me dio un poco de vértigo porque era algo muy nuevo. No tenía miedo porque me sentía preparado y el trabajo al final salía de donde yo estaba. Pero era un reto grandísimo y un problemón. Como siempre he dicho, el corazón me decía tira palante y la cabeza me frenaba. Y hasta hoy.
–¿Se llegó a ver fuera con Shaheen?
–No, no. Shaheen, después de mi primera rueda de prensa en la que hago ver a la gente y la prensa cuál es la realidad del club sin maquillaje, ahí ya vi un cambio en él. A priori había un director deportivo alemán que ya andaba por aquí y la intención era que yo le ayudara en el trabajo. Ordenando la información, explicándole el tema del límite salarial…
–Enseñándole a trabajar.
–No enseñándole a trabajar, porque ya era alguien con experiencia y currículum y que había trabajado en otros lados, pero sí que se metía en un club y una situación de la que yo creo que no era consciente. El control económico de España no es el mismo que en Inglaterra, Francia o Alemania, funciona muy diferente. Y venía a un contexto de club en el que era una ruina absoluta. No sé si una vez que hubiera cogido el cargo habría durado una semana.
–¿Qué es lo mejor y lo peor de este tiempo?
–Lo mejor la estabilidad que hemos encontrado, interna y en todos los sentidos: deportiva, de estructura de club, la ilusión que se ha generado en torno al equipo, cómo la gente se ha adaptado a la nueva realidad del Málaga, que no era fácil. Estabilidad entre comillas porque estamos intervenidos judicialmente. Y lo peor fue el mercado del ERE. Creo que jamás voy a vivir un momento peor que ese, el poder gestionar todas esas emociones con jugadores a los que tenías cariño y debían salir, hacer un equipo sin medios ningunos…
–¿Qué cambiaría de todo este tiempo?
–Tendría que pensar mucho. Cambiaría muchas cosas, algunas decisiones. Soy primitivo en esto y me equivoco muchísimo y me seguiré equivocando, es parte del juego. Tendría que analizar mucho qué cambiaría. Las decisiones siempre han sido tomadas con honestidad y mirando por el club, el equipo y la situación que había.
–¿Le han dejado estos dos años muchas espinas clavadas?
–Siempre quedan espinas. Cuando se abre el mercado y tú tienes un planteamiento inicial y se te van cayendo cosas, surgiendo otras… Pero no es más que la naturalidad del trabajo. No se me queda nada clavado ni tengo rencor a nadie. Nadie me debe nada a mí ni yo a nadie. Lo puedo hacer mejor, lógicamente, pero duermo súper tranquilo y no tengo que cambiar la cara cuando me cruzo con alguien.
–¿Se acumulan favores conforme más operaciones se van haciendo?
–No se me ha planteado ninguna ni creo en eso. No creo que le tengas que hacer un favor a un agente porque en su día… Los agentes son proveedores, cuando te mandan un jugador es porque les interesa, porque creen que es el sitio idóneo o porque no tienen otra cosa. Es verdad que con el Málaga se han portado muy bien, pero también el Málaga devuelve la confianza. Al jugador se le da cariño, se le pone en un buen escenario. El año pasado hice cuatro operaciones con una empresa y este año no he hecho ninguna. No le debo favores a nadie y espero que nadie me venga pidiendo favores. Si no es por un jugador que creo que nos va a valer, no puedo hacer esa gestión, sería la peor gestión posible.
–Pero sí hay gente que ha empatizado con el Málaga y su situación.
–Hay gente que ha sabido sentarse en mi silla y ha empatizado. Dentro de sus productos, ha intentado acompañado en el camino y ayudarme en la medida de lo posible. También ellos como empresa se ven beneficiados de tener un jugador en el Málaga. En las condiciones que sea. El Málaga no deja de ser un grande y aquí se promociona.
–En el mundo del fútbol es inevitable pensar que a medida que uno va permaneciendo más tiempo en un puesto, más cerca está el final.
–Esto está claro, pero como hablaba antes, vine para un día, una semana, y ya llevo dos años. Tengo mucha experiencia, he estado en diferentes clubes, he vivido situaciones muy buenas, otras muy malas, ascensos, descensos… La cuenta atrás empieza en el momento en el que te sientas en la silla. Pero no sólo para un director deportivo, para un periodista, para un gestor, para un albañil… Lo importante es hacerlo bien por el camino para volver a tener oportunidades o para que ese momento final se alargue lo máximo posible. Así es como lo afrontamos y es como lo afronto yo personalmente mirando el día a día. Mirando el día a día llevo desde 2013 en la secretaría técnica del Málaga, ya son muchos años.
–Esa secretaría técnica sigue conservando la esencia de cuando llegó usted.
–Sí, el modelo sigue siendo parecido, pero con mi esencia de gestión con la gente es diferente, cada uno tiene su manera de liderar. Pero el trabajo básicamente es similar. Ahora nos centramos en mercados diferentes a cuando yo estaba. Antes abarcábamos muchos más mercados, ahora los tenemos más acotados y cerramos el trabajo a los mercados que creo que nos van a valer porque somos muchos menos. Básicamente el modelo de trabajo es igual, luego cada uno le va dando sus pinceladas como cree conveniente según sus necesidades de club.
–Cuando se cubren las necesidades básicas y uno se estabiliza, la gente se suele poner más exigente.
–Al final ese es el fútbol y la afición de Málaga es exigente. Es verdad que también valora el trabajo, que apoya a los suyos en el campo. El fútbol no tiene memoria, se nos olvida muy pronto, la gente no es consciente de lo que hemos pasado y lo que estamos pasando. Pero cuando uno se pone la camiseta del Málaga está obligado a ganar a casi todo el mundo. Eso es lo que tiene el aficionado normal en su cabeza. Luego ese mismo aficionado no está en esta sala todos los días, no ve con lo que hay que pelear, contra quién hay que pelear, cómo gestionar un grupo. Yo estoy muy contento con lo que hay. Lógicamente tenemos que exigirnos más que el año pasado, pero al 100 por 100, no me valen medias tintas. No sé si estamos para mucho más, pero para más, seguro. Tenemos fondo de armario, dos jugadores por puesto, variedad. Yo tampoco me conformo con hacer lo del año pasado. Por un lado, entiendo a la gente, pero por el otro, me afecta poco lo que se comente. Por ahora. Me centro en lo que veo y creo en lo que veo. Como yo veo un grupo que trabaja bien, que están unidos y que tiene margen de mejora todavía, pues tengo ilusión.
–¿Y el entrenador lo ve igual, con esa ilusión?
–Sí, está muy ilusionado, para él es una buena oportunidad también y sabe que tiene toda mi confianza y la del club. Me gusta muchísimo como trabaja diariamente, me gusta cómo ve el fútbol y cómo después ejecuta. Estamos muy contentos. Era la piedra más importante y la primera decisión exigente para esta temporada y si volviera atrás, lo haría otra vez.
–Es a quien más se le está exigiendo, pero es difícil saber si tiene que ver con el fútbol o con que no vende motos ni viene para agradar a todo el mundo.
–Coincido con eso. No es un entrenador que tenga marketing o un gran poder de imagen, ni tiene esa habilidad de vender la moto, como usted decía. Es directo, es franco. Es su carácter y yo tengo otro, como todo el mundo. Prefiero que me sean claros, directos, contundentes, y así ganamos tiempo.
–¿Es igual internamente que lo que se ve públicamente?
–¿De directo? Sí, es un tío muy directo, que te da su opinión, que respeta todas las demás y que se puede tener una conversación de cualquier cosa con él. Con José Alberto también se puede tener una conversación distendida y reírte mucho. Pero está obsesionado con el fútbol y eso me gusta.
–Ve todos los partidos del mundo.
–Está enfermo. Es parte del trabajo del entrenador. Hoy en día, el técnico que no vea fútbol, que no trabaje, que no dedique cinco horas al día al análisis del rival y del propio equipo, no tiene futuro. O no tiene futuro o no está entrenando. Eso 100 por 100. Cada vez hay más herramientas, hay más datos, hay más cosas que analizar y esto es alto rendimiento. El alto rendimiento no se decide con el azar. Por calidad te puede ganar el Madrid, pero el resto tiene que trabajar mucho, a conciencia.
–¿Qué más virtudes tiene José Alberto, qué aporta al equipo?
–Creo que la identidad de juego de José Alberto es la que le pega al Málaga. Al menos, el Málaga que yo busco, que al final soy el máximo responsable para lo bueno y para lo malo. El Málaga que tengo en mi cabeza es intenso, descarado, que defiende alto, que intente pisar área, con descaro, agresivo… Por eso cuando yo analizaba a José Alberto, me gustaba. Había varios entrenadores que reunían esos requisitos. Eso es lo que yo buscaba y creo que lo vamos a terminar logrando a la perfección porque tenemos los jugadores adecuados para eso. Aporta la identidad que yo quería que aportara.
–A otros se les exigió menos desde fuera.
–Quizás es que la gente no sabe por lo que estamos pasando, como decíamos antes, y el mérito que tiene. Quizás no tuvo la entrada que tuvieron otros, pero esto con resultados se cambia todo. Estoy seguro de que José Alberto va a salir de aquí por la puerta grande. Va a conseguir sacar muy buenos resultados con esta plantilla, estoy convencido, a ver qué dice el tiempo.
–¿Qué crédito tiene con usted?
–El máximo. Porque como dije antes, confío mucho en lo que veo y yo estoy ahí a diario. Veo cómo trabajan, el tiempo que le dedican, cómo está el equipo con él. Eso ya es un termómetro. Lógicamente, el fútbol son resultados, pero con Pellicer también pasamos algún momento muy complicado y el primero que estaba delante de él era yo. Crédito tiene todo el del mundo.
–Entonces, si se pierden cuatro partidos, que nadie pida la cabeza del entrenador.
–No, que la pida el que quiera, el que decide soy yo y conmigo tiene confianza total.
–Menciona a Pellicer, con quien aún tiene una relación fluida.
–A Pelli lo quiero un montón. Hemos crecido juntos. Yo no le di la oportunidad, él se la curró para estar en el momento justo. Yo peleé mucho para que fuera él el entrenador cuando era director deportivo interino. Peleé mucho contra lo que había aquí y él fue el que se mantuvo y se hizo un entrenador bueno. Pelli es un entrenador de la casa, exjugador del club y que ha logrado algo que quizás no se valore fuera, pero lo que hizo fue digno de estatua.
–Además le dio patrimonio deportivo al club. De algunos jugadores hizo valores en el mercado.
–Sí, también por las circunstancias que teníamos. Ahora es el momento de Kevin y Roberto son de la partida y no sé si lo sería con Pelli. Pero en su momento sacó a jugadores como Juande, Ramón, Ismael… Hasta Luis Muñoz. Han conseguido ser hombres fuertes en el equipo.
–¿Tiene las puertas abiertas?
–Siempre.
–¿Le ha ofrecido alguna cosa?
–No, él quería descansar y de momento de trabajo no hablamos.
–No hablan de trabajo pero sí de fútbol y futbolistas.
–Bueno, de fútbol sobre todo, pero no mucho.
–¿Y La Cueva cómo está?
–A toda máquina. Es un símbolo de infinito. Eso no tiene altibajos. Sabes que llegando el mercado tienen las orejas tiesas y tienen que tener lo nombres previstos analizados y con toda la información posible. Después llega el momento, como estamos ahora, de volumen de trabajo, de visionado de partidos, recopilar información, todas esas cosas. La Cueva está bien, somos pocos pero trabajamos mucho.
-Este mercado tendrán que trabajar un poco más, hay fichas y salario disponible.
–El primer año cuando aterricé tuvimos que hacer varias operaciones. Algunas salieron bien y otras no tanto. El mercado invernal es difícil, es dificilísimo acertar. Vamos a ver, de momento nos toca analizar qué es lo que tenemos y ver qué necesidades vamos a tener en el tramo final de campeonato. Intentaremos traer lo mejor para el club.
–El mercado de invierno es una derrota casi segura. Si no ficha teniendo dinero porque no le convence o para no cerrar puertas a los que están, mal; si ficha y no funcionan los fichajes, que es lo normal en esta época, mal también.
–El que se dedica a director deportivo es a lo que se enfrenta, a la crítica siempre. Porque todos llevamos uno dentro. Igual si usted fuera el director deportivo, se quedaría el 40% de lo que he hecho y el resto lo haría a su gusto o criterio. Eso es normal.
–Sin duda, a priori y pudiendo elegir, habría hecho cuatro o cinco de las operaciones del Eibar.
–Claro, ya depende del músculo que tenga cada uno. Que luego nunca se sabe. Pero para lo que nosotros aspirábamos y podíamos, seguimos con esa línea de crecimiento que yo tenía en mi cabeza. Crecimiento sostenible. Poco a poco ir generando ilusión, patrimonio, una identidad. Creo que lo llevamos haciendo desde el año pasado, pasando por este hasta el momento en que estamos, que ya veremos cómo terminamos. Los pasos se van dando, pero luego el balón no bota dos veces en el mismo sitio. El factor suerte.
–¿El Málaga está hoy más cerca de fichar o de no fichar en invierno?
–Es posible que hagamos algo, tenemos que ver rendimientos hasta que llegue enero, quedan muchos puntos en juego, muchos minutos. Pueden pasar muchas cosas, gente que no hemos visto mucho y que explote o algún jugador que no tenga muchos minutos quiera hablar conmigo y buscar soluciones. No se sabe, estamos muy lejos.
–¿Alguno le ha dicho ya que no está contento y se quiere ir?
–Por nadie. Bueno, vino una oferta por Julio, del Real Madrid, pero bajísima. Es la única oferta formal que ha llegado a mi correo.
–¿Qué plantilla habría quedado sin CVC?
–No es fácil de saber. Buena, seguro, pero es que se habrían dado muchos movimientos low cost, por las necesidades de los clubes de sacar. Habrían sucedido operaciones con mucha imaginación, como ya hicimos nosotros el año anterior y seguramente nos habríamos beneficiado de esas carambolas de última hora. Por ejemplo el Betis tenía firmados a varios jugadores que no podía inscribir y como ellos, muchos clubes. Habríamos hecho algo bonito, pero ahora estamos mejor.
–Tenía una plantilla casi hecha y luego llegaron Sekou, Antoñín, Cufré y Víctor para dar un salto de calidad
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–Sí, bueno, Cufré estaba bastante adelantado, pero sí. Se supone que son los hombres que tienen que dar un salto de calidad a la plantilla o competir, porque luego el fútbol pone a cada uno en su sitio. El campo no engaña, como dice la frase mítica. Estaba jugando Javi Jiménez y lo estaba haciendo de maravilla y cuando sale Cufré, como ante el Lugo, también lo hace de maravilla. Eso es lo bueno. Eso es lo bueno y lo que yo busco. Necesitamos y confiamos en que nos van a dar ese salto.
–José María Muñoz no lleva dos años pero casi, aunque con todo lo que han vivido en este tiempo, podría parecer un lustro. Su figura no se asocia ya meramente a la de un administrador judicial sino a la de un elemento activo del club.
–Quizás también porque nosotros demandados esa figura y se ve obligado a ejercer como tal. El trabajo que hizo al principio, ahora también, fue increíble. En varias ocasiones, en el último segundo del último minuto salvó al club. En ciertas reuniones en las que yo he estado presente. Tiene una mente privilegiada. Como figura nos está viniendo muy bien, tiene unas excelentes relaciones en todos los ámbitos, institucionales, con LaLiga. Es una persona que sabe, se comunica bien, es muy inteligente. En cuanto al trabajo conmigo es clave porque para la bueno o para lo malo, no se mete en nada de lo deportivo. Me ayuda a gestionar.
–Llama la atención, pese a tantos condicionantes, que se haya estancado el número de abonados.
–Sinceramente yo también esperaba mucho más. Había notado ilusión, el equipo del año anterior había enganchado mucho, unido mucho. Es verdad que los que vienen, vienen para animar, son top, ganan partidos. En todos lados ha bajado, eso también es verdad. Tiene parte de culpa el Covid, la economía y un poco de todo. Espero que hagamos buenos resultados y para Navidad podamos estar en 16.000 abonados, que sería algo normal. Para la ciudad en que estamos es algo mínimo. Pero sigan viendo los que vienen de esta manera, es suficiente.
–Dos de las sorpresas de la temporada son Kevin y Roberto, que ya no es que jueguen, es que a veces son los mejores del equipo.
–Bueno, quizás para la gente es sorpresa. Para nosotros, no. Nosotros hemos apostado fuerte por ellos y los jugadores han querido estar aquí. Lo que está pasando ahora es fruto del buen trabajo que han hecho tanto Nacho como Funes, y los demás, porque han pasado por todos. Y luego la condición del jugador. Si el futbolista tiene calidad y es bueno, llega arriba, derriba la puerta y vamos adelante. Y eso es una cosa buena que tiene el club y el jugador y su entorno lo ven.
–¿Por qué cinco partidos en sus casos para la ampliación de contrato?
–Porque ya mascábamos que eran perfiles de jugadores Málaga cien por cien. Si estos jugadores juegan cinco partidos con el primer equipo con las características que tienen, es que son jugadores para el primer equipo del Málaga. No teníamos ninguna duda y yo creo que es una buena gestión.
–No hay perfiles así en el mercado.
–No hay Robertos, y Kevin menos. Y Haitam…
–¿Y qué pasa con Antoñín, por qué no termina de romper? Aunque ante el Lugo salió titular y lo hizo mejor.
–No tengo la menor duda de que Antoñín nos va a dar muchas cosas. Porque he visto todos sus minutos en el Rayo, porque lo conozco bien. Creo que es una cuestión de que él tiene una autoexigencia muy, muy alta en el Málaga. No sé si por encima de lo que puede dar, pero sí se autoexige tanto que en un momento dado le puede perjudicar. Se va dando cuenta poco a poco, cada vez está entrenando mejor, va encontrando su sitio. Un jugador más que va a competir, que ha hecho un gran esfuerzo por venir y que vamos a necesitar porque esto es muy largo. Antoñín nos va a dar cosas.
–¿Cuándo va a estar Chavarría para jugar?
–A Pablo prontito, si Dios quiere, lo vamos a tener a un buen nivel. Es un crack, nos va a venir de lujo. Yo ya le veo entrenar, le veo hacer goles. Es verdad que es muy reciente, lleva entrenándose con el grupo dos semanas y media al cien por cien. Le falta un poquito para ser el Pablo que hemos visto, tenemos que ser pacientes con él, pero creo que en el momento que salga al campo se cae el estadio. Y este no mira para atrás.
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