Manolo Gaspar: "¡La gente me para y me da las gracias en vez de la enhorabuena!"
Entrevista a Manolo Gaspar, director deportivo del Málaga CF
Manolo mostró en Málaga Hoy su esencia, su verdad honesta, sus guiños a compañeros y jugadores, sus anhelos
Rahmani, Ramón, La Academia, su renovación, Pellicer, el VAR...
Manuel Gaspar Haro (Málaga, 1981) tiene una naturalidad que asusta, es tan normal que impone. En un mundo en el que los impostores son legión, este proletario del fútbol descoloca. Sólo cabe el tópico en su discurso cuando se trata de una verdad irrefutable. El resto, una colección de titulares no forzados. Donde los demás usan el chaleco antibalas, el director deportivo del Málaga pone el pecho. Convence por convicción, es ejemplar por el ejemplo. Le sale solo. Como el malaguismo que le corre por las venas. Y tiene una gran ventaja:sabe dónde está y dónde quiere ir.
–¿Le da un poco de vértigo la situación?
–No, porque todavía sigo mirando a la parte de abajo y tengo los pies en el suelo. Entonces, vértigo no me da, vivimos el día a día. No miramos para otro lado.
–¿Mirando para abajo no se puede caer uno?
–No, siempre y cuando tú tengas claro lo que tienes que hacer y que el camino correcto para conseguir el objetivo es el que tiene ahora mismo el equipo. Mirar para abajo es para mantener la distancia de seguridad.
–¿Es incompatible tener los pies en el suelo y pensar en algo más que la permanencia?
–Es difícil no ilusionarse porque también el rendimiento se alimenta de la ilusión. De la ilusión y otras perspectivas, pero el equipo tiene los pies en el suelo desde el minuto uno y lo transmite en el campo, así que no tiene por qué marearse ni pensar en otras cosas. Demuestran ser un grupo muy unido y tiene muy, muy claro el objetivo. No creo que sea un grupo que se pueda marear.
–25 puntos logrados. Medio objetivo alcanzado tras solo 17 jornadas.
–Hombre, una vez que se consiga el objetivo de la permanencia, todo el mundo está obligado a exigirse, ir a lo que puedan. Si llega, pues bienvenido. Sabemos de nuestras circunstancias, el tema de las fichas, que tenemos un equipo corto, aunque la cantera nos hace ser un grupo grande y muy competitivo. En las segundas vueltas después es muy complicado sumar. Los equipos empiezan a verse muy abajo o con opción de estar arriba. Entonces, todo lo que puntuemos ahora en la primera vuelta, que es el primer tanteo y tal, mejor porque luego cuesta mucho ganar. Es verdad que si consigues mantener la línea que llevamos, pues cuando cumplas el objetivo, que ojalá sea lo antes posible, hay que pelear por lo que toque en el momento.
–¿Qué le transmite Pellicer?
–Pellicer me transmite mucho trabajo. Trabaja mucho, tenemos contacto diario y hablamos de todo. Me transmite la tranquilidad de un tío que no tiene miedo a sacar a nadie, que conoce perfectamente todo que tenemos abajo. Eso a mí me da mucha tranquilidad. Los dos conocemos las herramientas que tenemos para trabajar y no tenemos problemas en hablarnos, en decirnos las cosas, debatimos mucho. Unas veces somos de la misma opinión y otras, no. Es una relación muy sana y muy respetuosa.
–¿Hay química entre ustedes?
–Sí. Hay química porque desde primera hora nos hemos hablado bien, con respeto. Él respeta mucho mi trabajo y yo, el suyo.
–¿Su futuro en el Málaga cuál será?
–Bueno, ahora mismo tiene este año de contrato, igual que tengo yo. Vamos a ver más adelante cómo se van sentando las cosas y seguro que me tengo que sentar a hablar con él muy pronto.
–¿Aunque acabe contrato en junio, usted trabajará como si fuese sine die.
–¡Hombre, es mi trabajo y mi obligación! Y sobre todo porque si el día de mañana no estoy aquí no quiero dejar un pufo, quiero dejar un trabajo bien hecho, que el que entre vea que aquí se ha mirado por la entidad en todo momento. Mi trabajo es dejar esto lo mejor posible hasta el último día.
–¿Y en su caso qué se hace, ¿se autorrenueva?
–[Risas] Pues no sé, es una buena pregunta. No me quita el sueño, yo estoy muy tranquilo. Me siento muy valorado dentro del club y es algo que, de verdad, ni me planteo. Intento seguir planificando como si fuera a estar aquí toda mi vida.
–La única autoridad para tomar esa decisión ahora mismo es José María Muñoz. ¿Alguien se lo ha planteado?
–Claro, tendría que ser él. Pero ni nos hemos sentado ni hemos tocado el tema. También porque él, imagino, necesita saber cómo va a ir el club, pero me transmite total confianza en el trabajo. Tenemos una relación muy estrecha y en ese sentido sabe que puede contar conmigo para lo que quiera.
–Ya que estamos con el administrador, ¿le está sorprendiendo cómo marcha el equipo, le comenta algo de fútbol?
–Bueno, él no suele meterse. En el mercado no se mete en mi trabajo y me da las herramientas para hacer las operaciones. Él sí que está muy contento con el rendimiento, sobre todo a nivel de grupo. Mira mucho la persona y en ese aspecto lo veo ilusionado y contento. Lo ha pasado muy mal en este mercado, como todos. Hay muchas cosas que no han trascendido y que han sido momentos complicados que ha vivido en primera persona. Por eso está contento e ilusionado por cómo va todo.
–¿Les han puesto muchos palos en las ruedas?
–Muchísimos, más de los que se puede imaginar nadie. Desde todos lados. Porque era difícil de creer todo lo que se iba a hacer, con el COVID de por medio, con un dolorosísimo ERE no deportivo. El deportivo también fue doloroso, pero también muy necesario. Se ha ido mucha gente válida y todos han peleado por sus cosas. Palos en las ruedas desde todos lados. Hemos tenido que ir ganando en credibilidad, que es de lo que más contentos estamos ahora, que somos creíbles. Somos claros y hay transparencia. Si somos pobres y tenemos uno, uno es lo que tenemos. Y si tenemos diez, pues diez. Pero la transparencia y la credibilidad es un arma súper potente y creo que la tenemos.
–A veces da la sensación de que hay quien piensa que una dirección deportiva baja la persiana cuando termina el mercado y la levanta cuando se acerca de nuevo. Ese mito hay que desmontarlo.
–El trabajo sigue su curso. Esto es un ciclo. Terminamos un mercado que ciertamente nos desgastó mucho. Pero al día siguiente ya estaba la gente mirando situaciones especiales, seguimiento a la gente que no pudimos incorporar por lo que sea, ver qué posiciones tenemos que reforzar aunque a día de hoy no tengamos posibilidades y a pensar en varios escenarios porque todavía es pronto y no sabemos lo que va a pasar. La Cueva sigue trabajando a toda máquina y ahora mismo están todos con volumen de trabajo, viendo muchos vídeos, recopilando información y haciendo seguimiento a los jugadores que nos gustan y que tenemos claro de cara al futuro.
–¿Van hablando ya con futbolistas por si en un momento dado se les conceden más fichas?
–Una parte importante del trabajo del Málaga es intentar llegar antes que los demás. ¿Qué puede diferenciarnos del resto? Que estamos encima de los jugadores, que somos cercanos, nos preocupamos, que les damos cariño, nos interesamos. Eso el jugador lo nota y a la hora de tomar una decisión puede inclinar un poquito la balanza. Seguimos en contacto con los jugadores que hemos tocado, viendo las sensaciones que tienen. Siempre respetando su trabajo en los clubes y sin meternos en cosas que no nos incumben. Pero el Málaga, con la situación económica que tiene, una de las herramientas principales es anticiparse al resto.
–Anticiparse también es atar a los chicos de la casa. Ahora le toca a Ramón.
–Ahora le toca a Ramón pero hay muchos chicos que están rindiendo muy bien. Creo que estamos poniendo en valor a nuestros chavales, se sienten valorados, renuevan con el club porque creen que es un buen sitio, su sitio, se sienten queridos. Ramón es un jugador que está siendo importantísimo para el equipo y estamos contentísimos con él. La idea de siempre es que siga. Tiene un contrato con una renovación automática y vamos a ver si podemos cerrarla antes de que él cumpla los partidos. En eso estoy. Ya depende de lo que quiera el jugador y demás, pero bueno, en el caso de Ramón estamos súper tranquilos porque además el chaval se siente muy identificado con nosotros y no quiere moverse.
–Con contrato en vigor hasta 2022 y hasta 2024 firme o no porque la cláusula está a tiro. Ya acordarán lo que sea, pero atado está.
–Lo que pasa es que me gustaría retocarlo un poco, darle un pequeño premio, que sienta que desde aquí se le valora y que, aunque el trabajo esté hecho y Ramón vaya a continuar con nosotros si no pasa nada muy raro, que sepa que estamos aquí con él, que confiamos en él y le ponemos en valor. Pero tampoco me quita el sueño porque cumplirá esos partidos y muchísimos más.
–Y se besa el escudo.
–Sí, pero eso lo hacen todos los futbolistas.
–Pero hay algo de simbólico en lo que han hecho Ramón y Juande recientemente.
–La implicación de los chavales con el club es increíble. Tenemos que dar la enhorabuena a todos los técnicos de La Academia, que les hacen tener sentimiento de pertenencia, todo eso sumado al trato que se les da. Son chicos con la cabeza bien amueblada y que todo lo que se les da lo valoran mucho. No tienen prisa, son conscientes de cuál es su situación y eso al final los une mucho. Estas generaciones que están viniendo tienen una manera de pensar muy similar y eso es algo muy bueno que tenemos y hay que seguir dándole continuidad a los chavales que vienen de abajo. Esto es un sitio para crecer, ellos lo saben. Están súper implicados. ¿Lo del escudo? Es verdad que muchos jugadores lo hacen pero a estos les sale del corazón.
–Hay gestos que no se pueden impostar.
–Se nota. Están muy unidos, van a todos lados juntos, por el aeropuerto parecen patitos y entre todos se ayudan. Son una maravilla, estamos encantadísimos. Ojalá el Málaga se nutra durante muchísimos años.
–¿Cómo le va a Duda en La Academia?
–Lo veo muy ilusionado. Le dedica muchas horas al trabajo y le gusta. Los dos tenemos una muy, muy buena relación y buena comunicación. Le ha tocado también bailar en la cantera en el peor momento de la historia del club, como a mí en el primer equipo. Ha tenido que hacer muchísimos recortes, hablar con muchísimas familias, venderles el producto, la marca y la posibilidad deportiva a los jugadores. Estoy muy contento, lo veo disfrutar y eso me gusta. Y los dos tenemos una cosa clara: en el Málaga estará el jugador que quiera estar y el que no y pone muchas dificultades, fuera que viene otro. En eso no dudamos. Cuando hay confianza y vamos de la mano, creemos que están saliendo las cosas bien y él está contento con el trabajo.
–¡Qué falta les hace una ciudad deportiva!
–Sí, pero a pesar de no tenerla, seguimos sacando a buenos jugadores. En Málaga hay mucho talento y tenemos que aprovecharnos de eso y ya está, no hay más.
–¿Qué acuerdos tienen con los equipos de Málaga y provincia?
–Hay diferentes tipos de acuerdo. Tener prioridad para que los jugadores vengan aquí antes de salir fuera, con un intercambio. Ayudarles en sus instalaciones, el estar a disposición de ellos. Económicamente también, ayudando en lo que podemos dentro de cómo estamos. Después intentamos nutrirles a ellos con esos jugadores que vamos desechando, que en teoría son de nivel.
–¿Se guardan opciones por si alguno explota de manera tardía?
–Hay casos y casos. Algunos se ceden y nos hacemos cargo del salario. Pero a todo jugador que ha estado en el Málaga se le sigue haciendo un seguimiento. Eso es una norma.
–Vuelta al primer equipo. Este vestuario emana mucha química. No de boquilla, se percibe.
–Sí, yo se lo digo a ellos, que me encantaría jugar en este equipo. Es una pena que el COVID no les deje disfrutar el vestuario, que no se puedan hacer las típicas comidas, las barbacoas aquí. Eso es una pena. Me molesta y me jode mucho porque con la calidad de grupo que hay, que es real y no postureo, lo bien que se llevan, la competencia sana… Se multiplicaría en condiciones normales. Esperemos que se mantenga. Ahí Pellicer tiene mucha parte de culpa. También los jugadores. Estamos contentísimos con el lado humano.
–Rahmani es el hombre de moda y con razón. ¿Le sorprende su nivel?
–Nosotros a este jugador ya le conocemos desde hace mucho tiempo. Lo vimos en Segunda B muchísimos partidos y este es el nivel que tenía. Los jugadores necesitan un proceso, las categorías están para algo. Pero si tú crees en lo que ves, al final, estando bien físicamente, dándole todas las facilidades, dándole cariño y el entorno necesario, a los jugadores no se les olvida jugar. Confiábamos mucho en sus posibilidades y está cumpliendo con creces. Se le nota que está a gusto, está súper comprometido y es un futbolista con descaro, vertical, que lo intenta mucho y ahora mismo le están saliendo las cosa. Ojalá le dure mucho.
–La gente puede estar tranquila porque esta temporada al menos va a disfrutar de él hasta el final.
–Nosotros tenemos firmada una cesión hasta final de temporada, tenemos los derechos federativos. No hay posibilidad de que se vaya, eso es intocable.
–¿Le han preguntado por él?
–No, pero en todo caso tendrían que hablar con el Almería. No ha venido nadie a preguntar por él ni por algún otro.
–¿Por nadie?
–De momento, nada. Todavía es pronto. Por tres partidos no se firma a un jugador. Llegará el momento en el que pregunten por los jugadores porque lo están haciendo muy bien y son jugadores muy apetecibles y muy interesantes.
–En el caso de Yanis existe una opción de compra. ¿Hay manera de rascar ese millón?
–Eso ya no lo puedo responder yo. Lo tendremos que ver cuando llegue el momento. ¿Qué pasa de aquí a entonces? Si lo podemos conseguir y creemos que hay que ponerlo, sería una inversión bastante buena. Y si no lo podemos conseguir, hemos disfrutado de un jugador que sacamos de un sitio donde no se apostaba mucho por él, le hemos dado las herramientas, hemos sacado rendimiento y le estaremos agradecidos.
–Se habla muy bien de él pero no se le ha visto mucho. ¿Qué está dando Orlando Sá al Málaga?
–Primero que es un gran profesional. Hay dos tipos de veterano. Está el veterano perro y el buen veterano. Es de los segundos y está dando muchísimo a los chavales. Genera un ambiente espectacular en los entrenamientos. Es un jugador que lo firmamos porque tenía las características de delantero de referencia que no encontrábamos en el mercado. Es verdad que asumimos el riesgo de su lesión, pero fue una de las primeras incorporaciones y lo teníamos claro con él. Yo lo veo entrenar y sé perfectamente lo que puede dar. El míster, también. Cuando necesite un delantero de referencia, lo tiene. Espero que Orlando encuentre su mejor momento cuando tenga minutos. Es un jugador que no tiene nada que demostrar ya. Ha hecho muchos goles en diferentes ligas y para nosotros es un lujo tenerlo. Y su comportamiento ya lo convierte en un hombre importantísimo para la plantilla.
–¿Le ha sorprendido especialmente algún futbolista de los nuevos?
–Yo a Pablo Chavarría lo conocía en lo deportivo mucho. De seguimiento de años atrás, pero personalmente creo que hemos dado con un tipo increíble. Entonces, por esa parte, por la personalidad que tiene, me ha sorprendido. El resto, más o menos, sabía cómo eran y el rendimiento no me sorprende. Lo que me sorprende es cómo se han cohesionado tan rápido. Eso dice mucho de Pelli y de su cuerpo técnico.
–¿Es mejor Chavarría que Blanco Leschuk?
–Para mí, sí. Yo viendo lo que nos da, sí. Son muy diferentes, pero la cantidad de esfuerzo, la repetición en los esfuerzos, lo que consigue con su presencia, su movilidad, sus caídas a banda… Eso no te lo daba Blanco, que te daba otra cosa, era más de fijar a los centrales… aunque Pablo también lo hace. Nos da más opciones cuando atacamos, pero Blanco aquí dio un rendimiento espectacular y es un magnífico delantero.
–Sí se espera más de tres de los jugadores con más calidad de la plantilla como son Cristian, Jozabed y Jairo.
–Bueno, quizás sean jugadores que necesiten mayor continuidad para poder demostrar. Pero Cristian está teniendo un rendimiento bárbaro cada vez que entra. Hay que tener en cuenta también que Jairo y Jozabed vienen de estar mucho tiempo parados y no tener continuidad. Eso se nota, estamos contentos con lo que nos están dando y a lo largo de la temporada nos van a dar muchas alegrías. Confiamos en ellos y Pelli está también muy contento, pero al final juegan once. Todos tienen momentos, esta trituradora le da minutos a todos. No creemos que estén por debajo de lo esperado sino que es cuestión de tiempo.
–Hay mucha guasa con Benkhemassa, pero no ha perdido muchos partidos el Málaga con él en el campo.
–Benke es un gran profesional, también muy querido en el vestuario. Nos aporta muchas cosas. A nosotros nos da igual de dónde venga el jugador. Si viene del jeque y vale, vale. No nos importa. Desde el primer momento tuvimos claro que queríamos contar con él. Tiene contrato. Cuando le toca jugar de inicio, lo hace muy bien; cuando le toca entrar desde el banquillo, se mete muy rápido en los partidos; mejora los entrenamientos, porque va con la misma intensidad y eso mejora a los compañeros porque les exige. Estamos muy contentos con él. Quizás este sistema con tres en el medio también le puede beneficiar porque nos da piernas, nos da una buena primera presión, tiene la capacidad para hacerlo. Con balón tiene criterio, es un jugador que es difícil que pierda un balón. Tiene esa lagunilla con las tarjetas, pero es un jugador de rendimiento asegurado.
–Hablando de tarjetas, ¿qué opinión le merece el VAR?
–Bueno, creo que el Málaga está siendo muy perjudicado con los arbitrajes, la verdad. Lo que pasa es que no levantamos la voz. Al final, le preguntas a cualquier equipo y todos se sienten perjudicados. No me está gustando la utilidad que le están dando al VAR. Veo que muchos partidos se están arbitrando desde el VAR, creo que habría que intentar conseguir otro criterio. Entrar menos veces o en un tipo de acciones, porque son muy interpretables, depende de dónde pares la imagen. Se han quitado muchas cosas del fútbol que lo están descafeinando. Si me pregunta si me gusta el VAR, le diría que sí, que da mucha justicia, pero debería entrar menos y en situaciones muy específicas.
–Igual darle un uso parecido al ojo de halcón en tenis.
–No hay una línea a seguir. Se ven penaltis en partidos que luego en otros, con acciones similares o peores, no se señalan. Al final creo que está enfadando mucho a la gente. Respecto a nosotros, creo que en acciones muy determinadas no ha hecho su trabajo, pero al final compensará. Muchos no han jugado al fútbol y no saben lo que es un contacto de verdad. Es complicado, pero se supone que para eso está el VAR, para suplir ciertas deficiencias en un momento determinado. Cuando el tema es la interpretación, ahí ya uno no tiene nada que opinar.
–Bueno, y cuando no hay fútbol, ¿qué hay de su vida?
–Ahora mismo no tengo vida [ríe]. Desde que cogí el cargo por primera vez, poca vida tengo. Pero ya se va estabilizando y voy cogiendo un ritmo de trabajo lineal. Estoy intentando seguir también mi formación. Le voy a dedicar tiempo a eso. Y luego, como siempre, de mi casa al trabajo y del trabajo a mi casa. Yo soy un tío muy normal. Cuando pase lo del COVID a cenar de vez en cuando y a disfrutar de nuestra ciudad.
–¿En qué planea formarse?
–Me gustaría seguir con la formación dedicada a la gestión y dirección de clubes. Seguir aprendiendo porque conforme se ha ido dando todo, tengo que crecer en temas jurídicos, financieros y tener más soltura en esas cosas. Aquí no me está haciendo falta porque hay grandes profesionales, pero creo que enriquece mi trabajo, así que voy a tirar por ahí.
–¿Le está quitando el fútbol muchas cosas?
–Muchísimas. Pero bueno, como usted o cualquiera. Me encantaría estar todo el día con mi moto subiendo a los montes de Málaga, darme paseos por la playa por la mañana, disfrutar más de mis niños. Echo de menos hacer rutas, jugar más partiditos con mis amigos… Pero lo mismo que cualquiera que tiene trabajo, la vida es así. Soy muy sencillo, los domingos paella con los abuelos, paseíto por El Palo y los amigos de toda la vida que los veo siempre que puedo porque vivimos al lado.
–¿Le paran mucho por la calle?
–Muchísimo, más que de jugador. Me sorprende mucho. ¡Y la gente no me da la enhorabuena, me da las gracias! Y yo voy y les digo: ‘¿Cómo que las gracias, si es mi trabajo?’. La gente me sorprende por eso, pero me motiva muchísimo. Me paran más que de jugador, es increíble.
–En cualquier momento, ya sabe usted, la situación da la vuelta.
–Se da la vuelta, sí, pero una cosa buena de haber sido jugador es que sé que esto es una noria. Sé que el mismo que hoy me da las gracias, mañana me está matando y me está esperando en la puerta. Por eso decía, yo intento hacer las cosas lo mejor posible para el club para que ese momento no llegue. Lógicamente habrá momentos en los que no se acierte con los fichajes, pero esa es la ley del fútbol. Esto no son máquinas que se compran, ni pisos. Sé que llegará el momento y habrá futbolistas que no dará el rendimiento que teníamos previsto. Todo no va a ser tan bonito ni siempre habrá un grupo tan unido. Eso es parte del juego y, cuando llegue el momento, lo único que tengo es que irme con la cabeza tranquila y alta. Después lo demás es fútbol y opiniones.
–¿Ha llegado alguna oferta por usted?
–Yo no escucho a nadie. Sí que es verdad que desde varios sitios han llamado felicitándonos, dándonos la enhorabuena. Valoran mucho el trabajo que se ha hecho, pero yo no tengo la cabeza en otro lugar que no sea el Málaga. No pienso en otra cosa que no sea seguir aquí y continuar creciendo con el club.
–Lo que se está perdiendo la afición.
–Eso es una pena increíble. Se lo digo mucho a los jugadores, no me gustaría que se fuera nadie de aquí sin sentir eso. Creo que la gente está muy ilusionada con el equipo porque está viendo el compromiso, las dificultades que hemos tenido. Con nuestra afición darían, incluso, un plus más. Me jodería mucho que se fueran de Málaga sin ver una Rosaleda a reventar, ganando partidos y dándoles ese aliento que necesitan en momentos determinados.
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