"A los buenos jugadores no hay que estropearlos"
Entrevista a Sergio Pellicer, entrenador del Atlético Malagueño
El entrenador del filial del Málaga atiende a Málaga Hoy en una interesante charla sobre formación
"Nadie me ha hablado absolutamente nada de ascenso", asegura
Sergio Pellicer (Nules, 1973) regresa el Málaga para cubrir el escalón que le faltaba. Saltar del juvenil al primer equipo no fue sin embargo un paso antinatural, le ha dado la perspectiva y el conocimiento necesario para saber qué pasos dar con los jugadores de un filial. La formación es su vida y cada vez la entiende mejor. El paréntesis en La Coruña, al mismo tiempo, no ha hecho sino confirmar su teoría de que como en Málaga en ningún sitio.
–¿Ha echado de menos Málaga?
–Bueno, se puede decir que ha sido apenas un año. Nunca me llegué a ir. Salí del club cuando acabó la temporada anterior, empecé sin entrenar y luego aparecieron opciones para trabajar tanto dentro como fuera de España. Apareció la opción del Deportivo y me decanté por el tema más personal y no irse buscando otros horizontes por lo económico. Fue una experiencia que no salió todo lo positiva que uno piensa cuando se entra en un proyecto. Y ahora he vuelto a mi casa. Tenía otras opciones, pero en el momento que me llamaron, decliné las otras.
–¿Le llegaron cosas a nivel cantera o también primeros banquillos?
–Posibilidades de poder entrenar en Tercera y algunas en Segunda B y el extranjero. Estaba a punto de entrar en otro proyecto cuando me llamaron de aquí... Es un tema personal y de ilusión. No es tan boyante como anteriormente pero es en estos momentos cuando más ilusión tienes que transmitir.
–¿Cómo fue la experiencia en el Deportivo?
–Encontré un equipo en una situación complicada, en un club parecido al Málaga pero también distante en otras muchas cosas. El entorno también complicado por la situación en que se manejaba, un filial de gente también veterana mezclada con los jóvenes, gente que llevaba tres temporadas ya en el filial... En un filial tienes que generar gente nueva e ilusión. Cuando llevas tres o cuatro años tienes que regenerar con gente de abajo. Es verdad que venían de un año muy bueno. Había jugadores que subían al primer equipo y esas falsas expectativas lo que hace es bajar su rendimiento. Cuando llegamos se cogió energía, generamos buenos partidos, pero faltó continuidad. Cuando acabó el mercado de enero, tomamos la decisión de que lo mejor era no continuar, tanto por mi parte como por la gente del club y la que confió en mí. De sentido común. Y me fui cobrando sólo hasta el día trabajado. Las cosas hay que hacerlas bien y cuando uno no se siente partícipe, hay que ser honesto con uno mismo.
–¿Y quién le llama del Málaga?
–Más que el nombre del mensajero es que me llamó el Málaga. Fue muy rápido. Yo acepto aun sabiendo que es un filial diferente a años anteriores y sabiendo también cómo está el primer equipo. Pero al final es una gestión global, tenemos que trabajar todos de la mano, cada uno en su parcela. Hace seis años vine a Málaga, fui jugador del Málaga, mi mujer es de Málaga y creo que los mejores años de mi vida como entrenador formativo y a nivel de expectativas. Esta es mi casa, fue fácil la decisión.
–¿Qué quiere el Málaga de Pellicer?
–Me conoce y sabe cómo trabajo, no creo que quieran buscar inventos. Sabe perfectamente cómo soy. Tengo mis defectos, no los quiero ocultar, hay que vivir con ellos igual que con las virtudes. Saben que habrá trabajo, ilusión, intentar ponerse en el lugar de los chicos, la experiencia que puedo tener. Empecé en el San Félix, luego en el Juvenil A y poder estar después año y medio en el primer equipo. Sí que he visto esa transferencia de subir jugadores al primer equipo junto con el cuerpo técnico, de ver cómo entrenan abajo y después arriba, ves la diferencia y lo que se necesita. No me da ventaja pero sí una cierta perspectiva ver a jugadores que cuando venían a entrenar arriba les costaban ciertos aspectos. Voy a intentar, sobre todo, con el visto bueno del cuerpo técnico y del club, ayudar a los chavales sobre todo en formar muchos hábitos que la demanda del fútbol profesional te genera.
–Hay un runrún desde hace unos años que dice que los chicos de La Academia vienen la mayoría con mucha calidad pero poca competitividad.
–Competir es tomar la mejor decisión individual para el colectivo. Y tomar la mejor decisión individual que se requiere en cada escenario, en cada partido, con cada rival. A los chicos ya les he dicho desde el primer momento que voy a ser muy pesado en tema de hábitos, de hábitos saludables y lo que demanda ser un futbolista profesional. Tema del peso, de la grasa, espíritu competitivo, la cultura del esfuerzo. En esta profesión hay que sufrir disfrutando. Hay que disfrutar con lo que se realiza pero tienes que tener capacidad de esfuerzo. Hoy en día a los chavales se les generan unas expectativas muy rápidas y esto no es una carrera de velocidad de 100 metros, esto es una maratón. Esto se lo tenemos que hacer ver desde abajo, que habrá momentos duros y hay que salir. A los jugadores los veo aquí pero también tenemos que ver dónde estarán dentro de cinco o seis años. ¿Por qué? Porque hay que buscar un rendimiento constante y sostenible. Lo demanda la competición, el fútbol profesional. La competitividad diaria tiene que estar por encima de grupo o categoría. La exigencia del entrenamiento diario no cambia estés en Tercera o Segunda B. Hay que ser cercano pero también pesado y exigente porque es lo que demanda el primer equipo, jugadores con unos hábitos muy claros.
–¿Todo esto lo ha hablado ya con Víctor?
–Sí, la verdad es que Víctor vino a vernos entrenar y la primera charla fue espectacular. Pudo hablar con los chicos. Y además ellos vieron que venía al entrenamiento y que al día siguiente estaba en el primer amistoso, transmitiéndonos esa confianza y esa comunicación que tenemos que tener constante. Hemos hablado ciertos aspectos, pero es que esa comunicación y cercanía es también muy importante en lo emocional para los chicos. Tiene que haber comunicación con el director de la cantera y el entrenador, que sepan las virtudes de cada futbolista, la situación en la que está. Eso es lo bueno para el club.
–¿Todo esto nace de su experiencia en el primer equipo, le abrió algo más la perspectiva?
–Sí, al final esto va de un cúmulo de experiencias. Estamos aprendiendo constantemente, nadie nace sabiéndolo todo y nadie tiene una varita mágica. Yo siempre intento empaparme de todo. Yo vengo del barro y disfruto del día a día, eso es lo que quiero transmitir. En el fútbol formativo he vivido lo máximo que se puede vivir como entrenador a nivel de objetivos, como es ganar la Copa de Campeones y jugar la Champions juvenil. Pero también está la formación y es fundamental ver jugadores que hacen las mismas cosas en juveniles que en el primer equipo. Hay otros que hacen ciertas jugadas y afrontan ciertas situaciones, aspectos técnicos y condicionales, pero que luego cuando están arriba con otra oposición, otra velocidad, otra precisión... Ya es diferente. Ahí es donde tenemos que intentar que el cambio que se vea sea mínimo, que lo que se vea abajo, arriba se asemeje y se acerque.
–¿Y el modelo de juego? ¿Hay algún patrón en el club?
–El tema de los modelos y la filosofía de juego viene un poco de cuando el Barcelona de Cruyff. Hoy en día el modelo de juego tiene que ser versátil. Tenemos que quedarnos por ejemplo con el Málaga de las últimas siete u ocho jornadas. Hizo un fútbol muy protagonista, a veces defendía con siete, hacía salida de balón con salida a tres y el portero por delante a diez metros y luego cambiaba... El modelo de juego del Málaga tiene que tener variedad, tenemos que tener todo perfil de futbolista. ¿Qué queremos con eso? Futbolistas que sean buenos, que entiendan el juego. Hay quien puede preferir un delantero más de referencia, otro más dinámico... Yo lo que quiero es que sean buenos jugadores, que tomen buenas decisiones y ya el modelo lo adaptaremos a lo que tengamos, ese es el perfil que tenemos que tener. Aquí en Málaga hay talento, y como hay talento porque ya lo hemos vivido, lo que hay que hacer es buscar que compitan. El modelo ya lo decidirá el primer equipo.
–¿Les cuesta cambiar el chip?
–El tema psicológico y emocional de las expectativas que se generan hay que controlarlo. Hay que estar muy encima. A veces más que en aspectos tácticos, técnicos y físicos. Los estados de ánimo hacen el rendimiento más o menos óptimo. Por eso decía que al futbolista hay que verle en el rendimiento inmediato pero también preguntarse dónde estará dentro de cinco o seis años. No hay que hacer de poli malo pero tampoco crear falsas expectativas. Hay que hablarles con sinceridad y de realidades. Hoy en día ciertos entornos... El elogio debilita. Decir las verdades a veces te hacen parecer el enemigo, es la sociedad en la que estamos. La comunicación tiene que ser constante y directa. Pero yendo todos de la mano. Estamos a disposición del primer equipo para cualquier necesidad.
–Hablando de esos cinco o seis años, Pellicer tuvo futbolistas que se han abierto un hueco en la élite y otros que se han quedado por el camino.
–En-Nesyri y Ontiveros eran jugadores que ya se veía... Uno por su condición física innata y el otro por puro talento. Pero hay que encontrar el momento. Por el camino, esos jugadores, como mucho más, necesitan encontrar guías no que los mejoren sino que no los estropeen. A los buenos jugadores no hay que estropearlos y darles los mecanismos necesarios para que siga aflorando ese talento. En el caso de Ontiveros, ha encontrado por su proceso de madurez en el último tramo de liga y continuidad de lo que percibíamos desde hacía años. Hay jugadores a los que hay que encontrarle la tecla. Otros, por circunstancias, se quedan por el camino. El fútbol profesional, el fútbol de alto nivel, es una selva. Y ahí hay que estar preparado a nivel mental, de actitud, todo. Encontrar el instante preciso, los guías precisos, y, sobre todo, el fútbol son momentos y te tiene que pillar preparado. La suerte se tiene que buscar a base de esfuerzo y trabajo.
–¿Sigue en contacto con alguno de ellos?
–Sí, con Onti y En-Nesyri sobre todo el año pasado cuando estaba en el primer equipo. AEn-Nesyri le felicité cuando marcó el gol en el Mundial. Somos guías pero también nos tenemos que mantener un poquito al margen. Los futbolistas luego viven en un mundo un poquito irreal que es real a la vez. Pero luego es un orgullo para mí y para todos los técnicos que han tenido a ellos dos y a otros jugadores, verles arriba. Desde el que lo tuvo en alevín se debe sentir contento porque cualquier pequeña indicación, tanto si le hace caso como si no, porque se aprende todo, de lo bueno y de lo malo; te hace partícipe.
–¿Le queda alguna espinita clavada de aquel juvenil?
–Los jugadores tienen que aprovechar los momentos. Cuando hablamos de aquel juvenil, estamos hablando de un equipo muy competitivo. Había talento, estaba claro que había jugadores que llamaban mucho más la atención como Ontiveros y En-Nesyri, pero el otro grupo era muy unido e iba cogido de la mano. Al final, el futbolista lo que no puede hacer es desfallecer. Hay ejemplos muy claros como el de Enric Gallego, que ha llegado al primer nivel con más de 30 años. Ahí está Loren, que cuando ya no era sub 23 estaba en el Vélez y lo firma el Betis B y ahora está jugando en Primera. En el fútbol el tren pasa y hay que subirse rápidamente. Pero si no lo has cogido, hay que seguir trabajando para que vuelva a pasar. No tengo ninguna espina clavada, pero creo que algunos todavía están a tiempo de jugar a primer nivel. Y si no lo hacen, pues no pasa nada, que intenten ser felices.
–¿La diferencia entre jugar en Primera y Tercera a veces es una casualidad?
–Para jugar en Primera hay que tener ciertos mecanismos y ciertas condiciones. Pero sí que es verdad que a veces son pequeños detalles. No es fácil. Yo lo que quiero de los jugadores no es que lleguen al primer nivel, sino que se mantengan, que no sea efecto gaseosa.
–¿Qué tal ve la salud de la cantera del Málaga?
–He estado en la cantera del Valencia, del Elche, del Dépor y aquí. Yaquí hay talento, está el jugador de calle, que tiene la capacidad de decisión innata. Es verdad que ahora estamos en un proceso diferente a los años anteriores, pero cuando yo estuve se trabajaba de una manera bestial. Ahora sigue habiendo talento, ¿qué hay que hacer? Seguir creando una marca y que los chicos de Málaga y provincia, los mejores, quieran venir. Luego buscar también gente de fuera para que hagan competir a los que están aquí. Y que vean que aquí se da la oportunidad, que se trabaja bien. Hay muy buena salud, pero cada año hay que reciclarse. Es un trayecto largo.
–Aparte de rendimiento a largo plazo, ¿le han pedido objetivos a corto?
–El objetivo nuestro ahora es conformar la plantilla cuando ya quede claro lo del primer equipo. El objetivo prioritario es la formación y competir, pero a base de resultados. Es verdad que no es un filial como otros años, es más joven. No vamos a ocultar nuestras debilidades, es verdad que nos va a faltar experiencia. Pero eso no va a significa que vaya a jugar con miedo, que no vaya a ser enérgico y competitivo con y sin balón, que no vaya a ir a por los partidos. Los jugadores no salen de un día a otro. Yo estoy con ellos en esta última fase de transferencia a la competición, muy bonita, pero antes vienen de trabajar con otros muchos entrenadores. Ahora sólo queda sentar esas bases para que estén cerca.
–¿Alguien ha hablado de ascenso?
–No, nadie lo ha hecho. No he hablado absolutamente nada de ascenso porque hasta que no tengamos la plantilla... Y somos sabedores de que se va a quedar un grupo muy duro. Me quedo con las palabras del míster del primer equipo: “Con la plantilla que haya aspiraremos a lo máximo”. Yo no me voy a escudar en el resultado ni en la formación, yo voy a ser realista. El sentido común de las cosas tiene que ir unido en todas las fases. El día a día no pondrá dónde podremos estar. Más allá de dónde acabemos en la clasificación, cuando acabe el año tiene que haber una serie de jugadores que esté cerca del primer equipo, sin renunciar a competir y estar arriba, eso está claro.
–¿Se quedará Víctor con alguno de los chicos que se ha llevado?
–No es labor nuestra. Sería bonito, pero al final es una decisión que dependerá de lo que demande el primer equipo. Nosotros estamos para que estén ahí predispuestos para competir.
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