Málaga CF: Euforia con pegamento al suelo
El Málaga enlaza tres victorias seguidas y el estado de optimismo se instala en La Rosaleda tras el primer mes de competición, aunque se advierte que vendrán curvas en el camino
La celebración prometida de Dioni
El malaguismo paladea un momento dulce dentro de la amargura generalizada de los últimos años. Tres victorias consecutivas han disipado dudas y multiplicado los buenos augurios. Pero la realidad es que apenas se ha superado el primer de competición y no hay material para dar por sentado nada. Sí es cierto que hay una base importante. Una espectacular simbiosis con La Rosaleda, que va por 19.000 espectadores de media y a buen seguro se irá elevando con el próximo partido en casa, que será el 1 de octubre ante el San Fernando. El Málaga vuela y a los filiales le temblaron las piernas en los dos primeros partidos en casa. La percepción general es que el Recreativo Granada fue un rival blando y bizcochón. Bien, ese contrario iba ganando en el minuto 85 al Murcia y empató en casa ante el Algeciras y en el complicado feudo de Linarejos, donde el equipo de Pellicer viajará el próximo fin de semana. En La Rosaleda pareció un azucarillo que se diluía, sin recursos ante un batallón superior, con fe y determinación en hacer algo grande. Debe haber crédito para el equipo de Sergio Pellicer, que igual era mejor de lo que se pensaba para la categoría.
Echaba de menos el malaguismo un momento de alegría continuada. Se trata de ganar y en Primera RFEF el Málaga va a vencer más que perder. La pregunta es cuánto, si da para pelear por el ascenso, esa palabra tabú porque en el seno de la entidad se piensa que mejor quedarse corto que largo y porque se está construyendo. Pero la realidad es que es el objetivo latente por muchas razones, sean como sean los discursos.
Hay muchos claros, pero también oscuros. La portería se dejóa cero por primera vez, pero la sensación de que los rivales crean más peligro del que debieran según posesión está ahí. El 9 de 12, proyectado a 38 jornadas de ascenso. De hecho, la clásica media inglesa, consistente en ganar en casa y empatar fuera, daría 76 puntos. Con esa cifra se ha conseguido el ascenso directo en las dos primeras temporadas de existencia de la Primera RFEF. Los cuatro equipos que llegaron a ella subieron sin play off a Segunda. Ahora mismo se va por encima, pero los malos resultados llegarán en algún momento y habrá que equilibrar.
Atrás se percibe una cierta falta de contundencia que hace estar expectantes para los duelos ante rivales con más colmillo. Es un poco la duda que queda y dentro también se tiene esa ansiedad por ver una prueba más enrevesada.
Será, por ejemplo, este domingo en Linarejos. El cuadro jiennense ha jugado las dos temporadas en Primera RFEF, el año pasado coqueteó con el play off (tuvo opciones hasta la última jornada) y este sábado ganó en Córdoba en El Arcángel (0-1) dando un golpe de mano que le catapulta en la tabla para la zona alta. Será un gran test para medir la fiabilidad de los hombres de Pellicer en un contexto más exigente. Lo positivo es que habrá hasta 2.000 malaguistas en las gradas enloquecidos con el equipo. Importa la categoría, claro, pero sobre todo importa que el Málaga gane. Y ahora lo está haciendo.
No hay comentarios