'Falso' debate en la portería
Los tiempos cambian: hasta siete equipos de Segunda siguen un patrón similar al del Málaga con los partidos para sus guardametas
Juan Soriano explicó cómo es el día a día
Ha sido uno de los aspectos más comentados en torno al nuevo Málaga de Pellicer desde que arrancó el presente curso futbolístico: un equipo sin portero fijo. Dani Barrio es el que más ha jugado en lo que va de campaña como titular en los blanquiazules con 15 encuentros, pero resulta curioso que el Málaga no es ni de lejos el único equipo que funciona así. En la categoría hay otros siete conjuntos que reparten los encuentros entre sus guardametas igual o más que los malacitanos. En Almería, Rayo Vallecano, Las Palmas, Fuenlabrada, Logroñés y Tenerife los partidos jugados están en los mismos parámetros o aún más repartidos que el Málaga. En la terna se puede incluir al Castellón cuyo guardameta titular ha jugado un choque más que Barrio.
Es cierto que no todos los conjuntos de la lista han rotado en exclusiva por el método del entrenador. Hubo lesiones, cambios en los banquillos (Tenerife y Castellón), pero también es cierto que muchos sí tienen una rutina de cambio de cancerberos similar a la del conjunto malacitano, algo que no siempre cae bien al alineador que hay en cada aficionado y que rompe una especie de costumbre futbolística.
“Siempre nos lo dice en la charla antes del partido. Pero es que ni al equipo se lo dice tampoco. Cuando entrenamos durante la semana no pone un once que sea titular. Somos 18 fichas con lesiones, sanciones, casi nunca estamos la plantilla entera, él nunca pone el once titular. Todos trabajamos y él decide. Nos lo dice en la charla antes del partido”, reconocía Juan Soriano a los micrófonos de la Cope en Málaga.
Soriano, además, contó una vivencia peculiar en su carrera. La pasada campaña cuando era el suplente de Cuéllar en el Leganés: “Siempre tengo la esperanza de poder jugar. El año pasado viví una situación en la que no partía como portero titular y me encuentro que el mismo día de partido, estaba con Pichu Cuéllar y se levantó con un tirón en la espalda que no podía jugar. Ese mismo día, sin haber trabajado nada con el equipo titular me dicen que tengo que jugar. Al final, hasta que el míster no da la alineación, todos pueden jugar. Mira lo que me pasó contra el Oviedo, me dieron un palo en la rodilla, no tenía fuerza en la rodilla y tuvo que entrar Dani [Barrio]. Siempre tengo la esperanza de jugar, en todos los partidos”.
El imprevisto le hizo salir al terreno de juego tal vez sin la adaptación que él hubiese querido. En cualquier caso, el de Benacazón también fue abordado por otro aspecto que se suele utilizar como argumento cuando se defiende la titularidad indiscutible de uno de los dos porteros, la confianza: “Se juegue o no, cada jugador tiene que tener confianza en sí mismo. Demostrarla cuando juegue. Jugar muchos partidos seguidos te ayuda y en algún balón dividido o alguna salida te sientes más seguro, pero cada jugador tiene que tener confianza en sí mismo para que cuando juegue pueda mostrarse seguro. Cuando no estás jugando y juegas tienes que entrar con confianza y seguridad, no diciendo qué malo soy, voy a fallar, no tengo seguridad. No puedes entrar así, la seguridad es algo que tiene que tener el jugador siempre”.
El guardameta cedido por el Sevilla debutó con la blanquiazul precisamente contra el Zaragoza en la primera vuelta. Un envite sólido de los de Pellicer que sorprendieron en La Romareda. Soriano habló también sobre otro aspecto que ha sobrevolado la rotación bajo los palos blanquiazules: el hecho de que deba jugar por contrato: “Me lo han dicho y no, eso no se firma. Por lo menos yo pienso que ningún club firma eso. Si en la cláusula pone que tengo que jugar 25 partidos y me parten la rodilla contra el Oviedo...¿Ahora qué? Eso no puede ser”.
Además, admitió que no cierra la puerta a otro año de cesión en Martiricos, se proclamó feliz en Málaga, predijo la salida de la situación institucional actual y apuntó sobre el grupo de futbolistas: “Tener un vestuario así da mucho, unido, de gente joven con hambre, con ilusión, con ganas de triunfar y de seguir mejorando. Eso da mucho. Al final, la unión del vestuario hace más que un jugador bueno”.
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