El factor Fernando Sanz
"Málaga es mi casa y no me cierro puertas a volver, pero no he dicho que vaya a volver", dice el ex presidente, cuyo nombre se vincula a un hipotético regreso
La figura de Fernando Sanz surge de manera recurrente en este periodo de crisis y dificultad económica que vive el Málaga. En 2006 se vivió en el club una situación similar y consiguió sortear, no sin obstáculos, un instante crítico para salvar la categoría en Segunda, subir a Primera y dejar el club ahí antes de vender a la entidad a Al-Thani. Después de pasar un trance personal con el fallecimiento de su padre, Lorenzo, que también intervino en la compra del club, Sanz sigue con su labor actual de dirigir las estrategias de LaLiga en Oriente Medio.
Sanz intervino en el programa "Dejando huella" de Sport Direct Radio y fue prudente a la hora de valorar el ERE actual que sufre el club, que de momento no ha afectado a la plantilla, con la que se tratará a final de temporada un inaplazable recorte salarial. "La ley nos obligó a realizar un concurso de acreedores, que obligaba a la venta de activos. Los despidos fueron menores que en el actual y conseguimos reubicar a la mayoría. Hubo críticas, pero la mayor parte de las personas lo entendió. Otros clubes de la Liga realizaron de forma partidaria la misma tarea", recordaba Sanz. El Málaga fue entonces pionero en una figura legal por cuyo camino transitaron no pocos clubes después para reordenar sus finanzas.
"Málaga es mi casa y no me cierro puertas a volver, nunca lo hago en mi vida. Lo mismo con el Real Madrid, tanto Málaga como Madrid son mi casa, y nunca cierro las puertas de mi casa. Esto no significa que haya dicho que vaya a volver; aunque vosotros podéis entenderlo como queráis", respondía Sanz a una pregunta que está en el ambiente, la posibilidad de que regrese a la entidad con un grupo empresarial detrás.
Es un discurso que el que fuera número 19 y capitán blanquiazul ha repetido con frecuencia cuando se le ha cuestionado en los últimos tiempos. Sin querer desvelar nada, pero tampoco rehuyendo. Durante esta década fuera del club (se cumplen ahora en junio 10 años desde que se escenificara el traspaso de poderes con Al-Thani), ha aumentado su formación y preparación, desde idiomas a la gestión en diversas facetas. De hecho, su peso en LaLiga es importante, ha aglutinado a embajadores y ha abierto vías de negocio en Oriente Medio y Asia. De momento, el club está inmerso en una intervención judicial y ello limita las posibilidades (no las anula) de un cambio de propiedad. También es cierto que, paradójicamente, el ERE y un saneamiento económico como el que se acomete con la administración de José María Muñoz puede aumentar el número de interesados. El alcalde De la Torre apuntó varias veces que había varios interesados solventes.
"Si ingresábamos 30 gastábamos 30, éramos autosostenibles", recordaba sobre la política que se seguía en su época al mando, con mucha austeridad. El salto del club llegó con su venta, aunque tuvo sus contraprestaciones. "Salí al mercado en busca de un comprador y apareció esta persona (por el jeque Al-Thani). Le vendí el club y decidí salir porque no me gustaban las cosas que veía. Eran cosas raras que no voy a entrar a valorar; pero yo soy consecuente conmigo mismo. Ahora, los problemas que tiene el club los achacan a mi venta, pero cuando el club estaba en Champions nadie se quejaba. Yo solo puedo hacerme responsable de lo que hice", se defendía.
"Físicamente estaba genial, y podría haber aguantado perfectamente hasta los 37 años", cerraba Sanz respecto a su época de jugador, en un tránsito que hizo con apenas 32 años, en pocos días pasó de jugador a presidente. También comentó que tuvo ofertas de Roma y Venezia. "Era un jugador de club, ni el mejor ni el peor; iba bien al corte y era rápido para lo alto que era, un 7 sobre 10", se autodefinía.
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