Fernando Sanz: "La palabra dolorosa se queda corta, está siendo inhumano"
"Hablar de mi padre me consuela, es el mejor homenaje", aseguró
Causó un gran impacto el fallecimiento de Lorenzo Sanz por culpa del coronavirus COVID-19. Un mes después de su adiós, Fernando Sanz, expresidente del Málaga e hijo del empresario madrileño, habló con la agencia Efe. "Hablar de él me consuela, es el mejor homenaje", confiesa Fernando que aún no ha podido estrecharse con su madre y hermanos en un abrazo en pleno duelo.
"Desgraciadamente hemos sufrido en primera persona los daños del coronavirus. Hace un mes mi padre falleció. Podíamos entrar en detalles de si el protocolo de entonces estaba bien o mal y si se actuó bien o mal. Como fue de las primeras personas reconocidas que fallecieron por coronavirus tuvo un impacto muy grande, concienció a la gente que vio que el virus mataba y no era una pequeña gripe como dijeron al principio. Recibí muestras de cariño por miles y un reconocimiento a la figura. Mi padre sabía el cariño que la gente le procesaba pero no el reconocimiento absoluto que le ha dado el fútbol nacional y mundial", dijo Sanz.
"Una persona muy cercana, muy humilde. Con 7 años estaba en los aledaños del Santiago Bernabéu vendiendo agua. Procedente de una familia muy humilde y tras tantos años ser presidente de la entidad donde vendía agua, indica cómo era. Una persona hecha a sí misma, luchadora, que cumplió todos sus sueños. Para él lo principal era su familia y el Real Madrid. Les dedicó la vida. Es un golpe muy duro, se me ha ido un padre y una persona importante en la transición del fútbol de los 90 al fútbol moderno", contó de su padre.
Sobre cómo salió del Real Madrid, Fernando Sanz narró: "Era un chico de veintipocos años que no entendía cómo podía jugar una final de la Intercontinental ganándola, salvando un gol bajo palos cuando acababa el partido, ser aclamado y al día siguiente insultado. Te descolocaba. Por eso en el 99 me marché al Málaga teniendo cuatro años más de contrato con el Real Madrid. Eso la gente no lo sabe. Era el peor pagado de la plantilla porque lógicamente nunca pedía mejores salarios porque sabía cuál era mi posición perdedora siendo el hijo del presidente. Hice carrera en el Málaga ocho años jugando todo y siendo capitán. Mi padre no tenía que darme ningún consejo. Ahora me arrepiento de haber marcado distancias con mi padre y con el presidente, intentar no estar en el mismo plano para que no se nos vinculase y se pensase que tenía un trato de favor como persona. En casa era otra cosa pero nunca mezclábamos el trabajo con la familia".
Como hijo, cree que su padre hizo un buen trabajo: "Nos enseñó a ser humildes, al respeto por el resto de las personas, a la cercanía por la que siempre se ha caracterizado y que hemos heredado todos los hermanos. Nunca nos hemos creído nada y somos trabajadores, humildes, sensatos, sabiendo de dónde venimos y quienes somos. La mejor enseñanza de mis padres es la humildad. Mi padre ha sido lo que ha sido gracias a mi madre".
"Han sido muchos mensajes y llamadas, miles. No he podido ni contestar todo. Hasta cartas cariñosas como la del presidente de la FIFA, Infantino, desde el cariño y el reconocimiento por lo que hizo mi padre para cambiar la historia del Real Madrid como ha reconocido el propio club, hasta presidentes de federaciones, clubes, futbolistas, compañeros del Real Madrid, Málaga y Unión Española de Chile. La repercusión fue mundial, me llamó gente de todo el mundo", explicó.
Sigue llevando mal el hecho de no poder haber dado la despedida que merecía a su progenitor: "Ha pasado más de un mes y a día de hoy todavía no he podido ver a mi madre ni a mis hermanos. En su día mi madre dejó a mi padre en el hospital para que le hicieran unas placas y no le ha vuelto a ver. La incineración fue solo, recibimos sus cenizas a la semana a modo de paquetería. Me pongo en la piel de todas las familias que han perdido familiares de la misma forma. En una cultura como la nuestra, en la que la familia es muy importante, estar con nuestros seres queridos en su último momento es fundamental. No quiero ni pensar lo que mi padre estuvo pensando en sus últimos momentos. Es muy duro. Como nosotros, por desgracia, más de 20.000 familias viven algo muy triste. Entiendo que había que intentar que no se propagase lo máximo el virus pero hay situaciones difíciles de entender como que una persona esté sola en el último momento. La palabra dolorosa se queda corta. Está siendo inhumano. Ya no pongo las noticias porque cada vez que escucho el número de muertes me viene todo lo que estamos pasando y la gente que está trabajando en primera línea. Los sanitarios ven dramas a diario y muchas veces no pueden hacer nada porque no tienen medios. Es una situación horrorosa".
Sobre un futuro homenaje, Sanz entiende que las circunstancias no son las mejores: "Del Real Madrid solo podemos hablar cosas buenas porque desde el primer momento Florentino, el director general José Ángel Sánchez y Manuel Redondo han estado pendientes, llamando todo el rato. Ha sido como es, un club señor. Me consta que al principio mi padre tenía desavenencias con Florentino porque fueron rivales en el 2000 en las elecciones y no tenían la gran relación actual. Eran grandes amigos, consultaban todo, mi padre iba encantado al Bernabéu, Florentino le trataba espectacular, le daba su sitio. Ahora mismo estamos deseando poder salir y ver estadios llenos, hasta que eso no pase hacer un homenaje en soledad es una tontería. Demasiado triste ha sido como se ha ido mi padre, como para que tenga un homenaje en soledad. No lo hemos hablado, se tratará pero nuestro deseo es que si hay un homenaje sea con todo el mundo en el estadio".
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