Fútbol sin inspiración

Previa Málaga - Huesca

La Rosaleda se estrena en la era del COVID-19 sin aficionados

El Huesca de Okazaki necesita cambiar su rendimiento como visitante

Pellicer, ante varias lesiones y obstáculos

Vistas de la afición malaguista en La Rosaleda
Vistas de la afición malaguista en La Rosaleda / Marilú Báez
Adriano Espinal

12 de junio 2020 - 07:20

Parece difícil que Alberti le escribiese la Oda a Platko entre repeticiones de VAR, que Camus sacase pecho de lo aprendido en sus momentos de soledad en las porterías de Argel o que Benedetti, Fontanarrosa y Galeano se inspirasen en el césped de un terreno de juego sin nadie que anime. La Rosaleda cumplirá hoy su parte del trato con el fútbol moderno y echará a rodar el balón sin cómplice alguno en las gradas. Frío como el abrazo de un traidor, con un rival con galones en la categoría: el Huesca.

No habrá nada que celebrar en la grada, ni complicidad ni ánimos ni hueco para un mal comienzo. El Málaga Málagaretoma la competición mirando de reojo el descenso, a tres puntos de caer a un lugar demasiado incómodo en una temporada inverosímil en lo institucional. Para colmo, llega con problemas en la zaga donde no tendrá a Luis Hernández, y con tres bajas más de sus exigua nómina de profesionales. Benkhemassa, Aarón Ñíguez y Pacheco tampoco estarán en el retorno del fútbol.

La cantera suspira esperando la eterna oportunidad que el club blanquiazul le brinda a los jóvenes. Es la historia de un equipo del sur, acostumbrado a los sobresaltos, capaz de sobrevivir a base de sorpresas e inercia. Pellicer, su pizarra y su capacidad de sorprender, tendrán también un extra en la visita de los aragoneses, que han pasado las últimas semanas recordándose que son favoritos al ascenso directo, que su plantilla es de las mejores de la categoría, que el fútbol que desplegó en la primera parte del campeonato le escatimó bastantes puntos. Al frente, Míchel, el vallecano que jugó un año en La Rosaleda, que gusta del buen juego y quiere el ascenso sin eliminatorias. Su equipo está al alza en las apuestas, como los mejor pertrechados. La maratón de partidos les pondrá en su sitio, pero antes deben de resolver la emboscada preparada en Martiricos.

Llegará Okazaki al estadio donde quiso debutar en la competición española. El japonés resulta una pieza importante de su nuevo equipo, que piensa en renovarle otra temporada y que los ocho goles que suma se multipliquen de aquí al término de la competición. Enfrente tendrá a Sadiku si no hay ningún contratiempo. El albanés con diez dianas es una pieza fija en una alineación que tal vez no tenga muchas variantes con las últimas vistas en Martiricos.

Saber si en la zona ancha estarán Keidi Bare y Luis Muñoz –ambos con ficha del filial– o si junto a uno de ellos estará Adrián y, en función de eso, ver si el capitán estará más cerca de la portería rival. En el caso deque los dos canteranos jueguen en la zona ancha, Tete Morente, Hicham y Juanpi son las opciones más lógicas para acompañar al madrileño.

Pero las conjeturas sirven de poco en una plantilla que sufre los problemas de la vuelta al entrenamiento y su falta de fichas profesionales. Cómo programar los futuros encuentros con rivales más directos que el Huesca y no asumir riesgos que pueden hipotecar el plantel en un plazo medio en este final de competición son dos retos añadidos para Pellicer, que dará hoy la convocatoria.

Más livianas son las cargas en el Huesca, donde sus principales jugadores están bien y con el plus de motivación que da terminar la cruzada del ascenso para un recién descendido. Un rival poco deseable si no se tienen en cuenta sus actuaciones lejos de casa: sólo ha ganado tres partido y empatado otros tres de los 15 que ha disputado como visitante. Su particular talón de Aquiles. Pellicer lo sabe.

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