La cicatriz del Borussia Dortmund - Málaga, diez años después

Jesús Gámez y Portillo, los dos canteranos malagueños que estuvieron en el césped de Signal Iduna Park retratan cómo fue aquella noche del 9 de abril de 2013, inolvidable para el malaguismo

Pelligrini, ni olvido ni perdón: "Fue una vergüenza"

Joaquín protesta a Craig Thomson con Gámez en el suelo.
Joaquín protesta a Craig Thomson con Gámez en el suelo. / Efe

Como un suspiro pasaron diez años desde la eliminatoria de Champions League entre el Málaga CF y el Borussia Dortmund, unos cuartos de final épicos y dolorosos. El desenlace aún escuece, con la permisividad exagerada y la vista distraída del árbitro escocés Craig Thomson, con unas semifinales que se escurrieron entre los dedos sin que nadie entienda todavía bien cómo pudo suceder. Dos futbolistas malagueños que vivieron aquel partido, Jesús Gámez y Francisco Portillo, repasan en Málaga Hoy aquel 9 de abril de 2013. La noche más larga y oscura de la historia malaguista.

Jesús Gámez era uno de los pesos pesados de aquel Málaga, el canterano que había subido todos los escalones y que completó un gran torneo: “El tiempo pasa muy rápido, pero aquella noche no se olvidará, pasan los años y siempre se habla de esto. Cada año cuando viene esta fecha se hacen mucha pregunta uno. Que si el VAR hubiera estado que si tal… Cuando sale el tema me da coraje porque equipos con grandes fortunas y haciendo muchos fichajes... Ahora en el tema financiero pasan muchas cosas. Pero no se miran tan con lupa como al Málaga y no veo sanciones a ningún club importante”. Portillo era uno de los más jóvenes de ese vestuario: “Diez años… parece mucho tiempo y a la vez parece que fue ayer, la verdad. Me vienen muchos recuerdos, momentos, por una parte orgulloso de haber vivido todo lo que viví, pero con rabia porque al final nos privaron de una cosas que merecíamos, habíamos hecho muchos méritos para plantarnos en semifinales”.

¿Se trata de un recuerdo recurrente o se consigue aislar?

“No es que esté todo el día pensando, pero sí cuando ves a lo mejor algún partido de Champions o un club que pueda hacer historia como nosotros pudimos hacer, se te viene la la cabeza. Cuando ves al Borussia o ese estadio, se te viene. Yo era un chavalillo de 20 o 21 años creo, no era consciente de lo que estábamos viviendo. Pensaba que eso era lo que iba a vivir temporada tras temporada porque había buen equipo, y luego te das cuenta de que no, que no es sencillo acariciar unas semifinales. Te quitaron algo que te pertenecía”, relató Portillo.

Jesús Gámez, en el partido de ida.
Jesús Gámez, en el partido de ida. / Javier Albiñana

“Viene cuando estás viendo un partido de Champions, del Borussia, o cuando ves jugar a Lewandowski por ejemplo. Además para mí cayó en una fecha que recordaré toda la vida porque al siguiente es mi cumpleaños. Era mi regalito, las semifinales... Me llegaban mensajes de la gente felicitándome y no tenía ganas de contestar a nadie”, comentó el excapitán.

Dortmund no suele tocarse cuando contactan o coinciden futbolistas de la época. “No es un tema tabú pero que ya se pasa página y se pasa página. La gente va buscando ese morbo de qué pasó. Ahora es muy fácil mira hacia atrás y decir esto o aquello, cómo había que actuar. También nos hubiera quitado un gol con el VAR. Si hoy hasta con el VAR se equivocan, habría pasado algo”, sostuvo Gámez, con quien coincide Porti: “Tampoco es que hayamos coincidido mucho. Entre todos intentamos un poco evitar hablar porque todos los que estábamos ese día en el terreno de juego pasamos un mal trago. A cualquier futbolista que le preguntes por ese día te dirá que si no es el peor, sí uno de los peores. Muy cruel, fue muy cruel. Otros compañeros de equipos sí te preguntan qué pasó, te dice que qué robo, les das tu punto de vista. Pero al final todo el mundo lo vio. Si hubiera existido el VAR, quizás estaríamos en las semis, pero no vale de nada pensar en ello. Mejor disfrutar de lo que vivimos nosotros, el club y la ciudad”.

Joaquín y Duda celebran el 0-1.
Joaquín y Duda celebran el 0-1. / Efe

¿Robo o ingenuidad?

A veces el tiempo afloja ideas y te conducen a nuevas formas de entender tu pasado. ¿Pecó de ingenuidad ese Málaga? ¿De verdad hubo alguna mano negra? No sucede con lo que pasó en el abarrotado Signal Iduna Park. Gámez sigue pensando que hubo algo de premeditación: “Yo pienso que ahí hubo algo más. Yo ese partido no lo he vuelto a ver, pero lo guardo y recuerdo perfectamente en mi cabeza. Hubo varias faltas en el centro del campo que eran segunda tarjeta de algún jugador de ellos. A mí me dio un manotazo el lateral, que creo que estaba con tarjeta, en la banda en una subida y al final la vi yo por protestar… Se dieron demasiadas coincidencias en ese partido. Por lo que fuera, el Málaga no convenía, no interesaba que pasáramos. Teníamos un dueño que sacaba demasiado la cabeza, había ya una sanción de por medio que venía de camino... Ese partido era para analizarlo”.

Igual de contundente fue Portillo en este sentido: “Lo veo como un robo. Tal y como estaba el partido, es verdad que quizás piensas que nos faltó un poco más de experiencia pero es que muchos de los que había en el campo la tenían. Pero yo lo veo que salí en un momento que era un pleno huracán, con ellos totalmente volcados, empiezan a meter balones al área, a salvarlos como puedes porque queda muy poco para hacer historia. Te encuentras con una jugada en la que había seis o siete en fuera de juego y cuando meten el gol también había fuera de juego. Te quedas con cara de tonto, en el campo no te das cuenta, sólo que te han remontado en dos o tres minutos. Eres consciente después cuando ves las imágenes. Estaba claro que no interesaba que el Málaga estuviera ahí, vende más el Dortmund que un equipo que ya estaba sancionado como dijo Pelligrini”.

Aficionados malaguistas en el Signal Iduna Park.
Aficionados malaguistas en el Signal Iduna Park. / Efe

El de Fuengirola no se arrepiente de nada: “No, porque creo que todo lo que hice en ese partido lo volvería a hacer, no creo que hiciera nada distinto. La gente le da vueltas a esos últimos minutos. Hay quien reclama lo de parar el partido. En un estadio que te iba a apretar, es fácil hablar ahora pero a la velocidad que iba ese partido no se podía. A falta de experiencia lo achacan algunos, pero había muchos con experiencia en ese campo y que sabían cómo hacer las cosas. Fue una avalancha de ellos, nos superaban en número y la tuvieron de cara. Yo corté una no sé ni cómo y le cayó al otro en el pie. Luego los fueras de juego...”.

Tampoco el paleño: “No me arrepiento de nada porque en ese momento que salgo, que queda poco tiempo... Quizás mucha gente no lo sabe, pero es una jugada en el partido al salir, un balón que recibe Isco, me la da y la pierdo, pero me hacen una falta increíble, no sé cómo no la pitaron. Tuve un hematoma en la pierna de cómo me la pusieron. El árbitro no vio nada. A partir de ahí nació su gol. Me da más rabia de pensarlo porque esa jugada fue clave. No quiso pitarla”.

El Málaga CF celebra el 1-2 de Eliseu.
El Málaga CF celebra el 1-2 de Eliseu. / Efe

¿Qué habría pasado en unas semifinales?

Para el actual jugador del Almería, el destino estaba claro: “Yo creo que sí. Porque ese equipo tenía tal confianza, yo creo que hubiera sido un chute de adrenalina, el empuje de la ciudad, todo el país estaba con nosotros. No sé si pasaríamos con el Madrid, pero teníamos opciones muy altas. El Borussia pasó y nosotros habíamos sido superiores a ellos. Podíamos haber llegado a la final, pero eso ya nunca lo vamos a saber. Veías al equipo competir como competía ante cualquier rival y era una gozada”.

“Bueno, en eso soy súper positivo de pensamiento. Teníamos todas las de pasar por la dinámica brutal del equipo, daba igual quién tuviéramos delante, en liga le peleábamos al Madrid, estábamos un nivel muy alto. Yo creo nadie en la plantilla no se veía en la final. Te ves en semis sabiendo que el que tenía que perder era el Madrid. Como el Oporto y el Borussia. Jugábamos sin presión. Quizás de haber repetido al año siguiente habría sido otra cosa, nos habrían estado esperando. Pero era solo salir cada partido a ganar y que si perdías no pasaba nada. Era el primer año nos daba igual todo, sabíamos que íbamos a ganar”, confesó Jesús Gámez.

Thomson, con Gámez y Joaquín.
Thomson, con Gámez y Joaquín. / Efe

Craig Thomson

Para Gámez y Portillo, el escocés no merece ni reproches. “Nunca me lo encontré, pero indiferencia, así sería como actuaría si me lo encontrase. No ganaría nada diciéndole algo, no me iba a sentir bien por desahogarme por decir cuatro cosas, sí indiferencia que no existe”, resolvió el fuengiroleño, a lo que su excompañero comentó: “No le diría nada. Al final con las imágenes sobra. Toda Europa lo vio, era evidente, ese día no interesaba que el Málaga pasara y ya está, no merece la pena decir nada más. Orgulloso del equipo, club, ciudad, afición, aunque nos arrebataron una cosa histórica, hicimos historia y merecíamos estar donde no nos dejaron”.

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