Ghubn: visto y no visto

Eran aproximadamente las 10:15 horas de ayer cuando Abdullah Ghubn se personaba en la Ciudad de la Justicia. Allí estaba citado ante la jueza del juzgado de instrucción número 9, quien reclamó al nacido en Libia en relación a la querella interpuesta por Abdullah Al-Thani a Moayad Shatat, Jamal Iglesias y el propio Ghubn. Éste permaneció durante casi tres horas en las diligencias de los juzgados y, a su salida, obvió realizar declaraciones. "Es confidencial", se limitó a decir un Ghubn que, finalmente, no se encontró con la parte denunciante. Y es que Al-Thani, a pesar de que estaba citado a las 11:30, rehusó comparecer ante la jueza.

Ghubn apareció sonriente y en compañía de su abogado, Alfonso López. Rápidamente enfiló las escaleras mecánicas que comunicaban con el juzgado señalado, donde aguardaba la jueza del caso. Cabe recordar que esta querella llegó en medio del proceso abierto por el conocido como Caso Bluebay. Meses más tarde, Al-Thani interpuso una querella criminal por apropiación indebida y falsedad documental, siendo Ghubn uno de los señalados. De hecho, el ex vicepresidente del Málaga ya fue citado semanas atrás, pero consiguió aplazar su comparecencia.

Se abrió así un nuevo surco en un proceso que, a tenor de los pausados movimientos jurídicos, parece que seguirá sumando capítulos. Uno fue el que ofreció ayer Ghubn con su defensa, como ya hiciera tiempo atrás Moayad Shatat. Dos nombres clave en la convulsión sufrida por el club en el pasado reciente y que, ahora, se dan de bruces con Al-Thani, el mismo que les otorgó su total confianza. Fuera de este círculo, aunque no tan lejos, está un Jamal Iglesias que ya ofreció su versión ante los tribunales. Iglesias deberá esperar a que este litigio toque a su fin para abordar, siempre y cuando Al-Thani no resulte vencedor, qué ocurre con el 49% de las acciones del club malaguista que asegura poseer.

El regreso de Ghubn a Málaga sumaba más morbo si cabe por su reencuentro con Al-Thani. Ambos estaban llamados en el mismo juzgado de instrucción, con una diferencia de dos horas, pero el propietario del Málaga, sorpresivamente, no apareció. Resulta llamativo este movimiento después de que la jueza prorrogara su comparecencia al encontrarse el catarí inmerso en el Ramadán, celebración que pasó en su país de origen. Por tanto, la jueza tuvo a bien aplazar su visita a los juzgados, algo que deberá volver a hacer si requiere de su versión para archivar el caso o, por el contrario, seguir adelante.

Sobre la segunda ausencia de Al-Thani no existe versión oficial, aunque se asume que habría solicitado un nuevo aplazamiento. Sin embargo, lo que sí puede asegurar este periódico es el tremendo enfado que provocó en la jueza, que entiende injustificable una nueva demora en su declaración cuando ya se le concedió una primera moratoria. Así, la encargada de decidir si el proceso judicial prosigue con su curso recibió con estupor la noticia, constatando su contrariedad por los pasillos de la Ciudad de la Justicia. Habrá que ver si esta circunstancia no influye negativamente en un litigio que tiene como único demandante al presidente del Málaga.

Por su parte, Ghubn se enfundó sus gafas de sol para encaminarse hacia un opulento coche que le esperaba en la puerta de los juzgados. Su abogado confirmó a los medios allí presentes que no iba a realizar ningún tipo de declaración más allá del escueto "es confidencial" mencionado anteriormente. Visto y no visto. Ghubn subió al vehículo y dejó en el aire un reguero de dudas. Las que provoca su testimonio, en el que buscó defenderse de las acusaciones de Al-Thani. Al igual que Shatat, Ghubn se ampara en que todos los movimientos se realizaban bajo la supervisión del jeque y que en ningún momento se apropió de documentos privados.

Ahora toca esperar a una posible tercera citación en los juzgados de Al-Thani, la única parte de este proceso que aún no declaró. Tanto si se produce como si no, la jueza establecerá si la causa continúa sumando capítulos.