Guede, bombero y arquitecto

Como advirtió en su presentación, no tiene un sistema de cabecera inamovible y ha empleado numerosas variantes tácticas en sus primeros 180 minutos al frente

El argentino también escruta con qué jugadores puede contar para el futuro

Pablo Guede da instrucciones en su debut. / Marilú Báez

Sentado en cuclillas, Pablo Guede escruta desde el inicio de los partidos de manera concienzuda, no pierde ripio de lo que propone el rival. Se esperaba a un tipo de carácter, que pusiera en órbita a jugadores que estaban lejos, en no pocos casos, de su mejor rendimiento. Pero el argentino es un técnico que tiene un amplio arsenal táctico. Ha jugado con tres centrales de salida, después con un 4-4-2 con rombo en el medio, ha ajustado diversas posiciones en el transcurso de los partidos, ha privilegiado los espacios para que los laterales suban... Son distintos matices que ha ido introduciendo el héroe del ascenso del 98, ahora convertido en rostro visible.

Quienes le conocen afirman que su lectura de los partidos es rapidísima y que es uno de sus fuertes como entrenador. En estos momentos, el argentino está teniendo que ejercer como bombero para solventar una situación que aún no está totalmente controlada, pero que sí se ha enderezado para pensar que el equipo debe mantenerse en la categoría de plata del fútbol nacional. Pero también, con el año extra de contrato que se firmó, tiene que actuar como arquitecto para sembrar para la temporada que viene. Con más margen de tiempo, fue lo que hizo Manuel Pellegrini en 2010 cuando se hizo cargo del equipo para sustituir a mitad de temporada a Jesualdo. El equipo estuvo en el alambre hasta casi el final de la temporada, pero se pusieron las bases para los mejores años de la historia del club.

La situación es totalmente distinta, no es comparable. Pero Guede también tiene en estos partidos que quedan hasta final de temporada una prueba empírica para cribar y tener más datos sobre con qué jugadores puede contar para su idea de juego, que puede ser camaleónica según el contrario y la circunstancia, para el futuro- Lógicamente tiene una escala de preferencias sobre las cualidades de los jugadores con los que poder desarrollar su fútbol.

En este tiempo, Guede está teniendo charlas personalizadas con sus jugadores en cada sesión para implantar sus ideas. Sesiones largas, de en torno a las dos horas, en las que adquiere más información. Este martes se retoma el trabajo tras el receso, con cuatro sesiones para preparar la visita a La Rosaleda del Eibar, el líder de la categoría. El equipo ha competido bien con los mejores, empatando en Ipurua y también en los dos partidos ante el Valladolid. Sin el efecto de la novedad, pero con el respaldo de dos buenos resultados, oportunidad para apagar y también para construir.

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