Orlando, sal (20:30)
Horario y previa del Málaga CF-Cartagena
El Málaga, huérfano de Chavarría y Quintana (a menos que prospere el recurso), tiene que recurrir al delantero portugués, al que se sigue esperando
Ojos puestos en los hombres de moda: Rahmani, Joaquín y Ramón
Orlando Sá fue el primer fichaje del Málaga con vistas a esta temporada 2020/2021. Un tipo con pedigrí y currículo que servía como reclamo para cualquier futbolista dudoso. Si el portugués se unía al proyecto dibujado por Manolo Gaspar, sería por algo. Además, sus características no se encontraban en el mercado al que los malacitanos podían acceder. Desde entonces sólo se escuchan maravillas de Sá, una especie de faro del vestuario, de quinto capitán.
Entraba dentro de lo razonable que Orlando Sá tardase en coger la forma después de tanto tiempo inactivo y un físico que le traiciona y le lleva la contraria al corazón y la cabeza. Pero no le queda más remedio que tomar la alternativa ante el Cartagena por las sanciones de Caye Quintana (no se había pronunciado anoche Apelación sobre el recurso presentado por el Málaga) y Pablo Chavarría. Se espera mucho del punta portugués, que últimamente ha entrado con cuentagotas pero va dejando detalles como el balón que peinó para Rahmani en la acción del 0-2 al Fuenlabrada, donde le dio tiempo a llegar al área, pedir el balón a Ramón y celebrarlo como un niño chico con sus compañeros en cuestión de segundos.
Parecía que este Málaga no podía jugar sin Caye Quintana. Y ahora da una sensación similar con Chavarría. Quién sabe si Sá entrará hoy y ocupará el trono. Pero si algo está claro es que este equipo trazado por Sergio Pellicer se está adaptando bien a las rotaciones y las necesidades de cada momento. La próxima semana sólo hay un partido, pero hay bajas importantes, por lo que volverá a moverse el árbol. En el grupo de sancionados está Juande, por lo que el centro de la zaga estará formado por Lombán y Mejías porque Escassi sigue en la enfermería. En los laterales no hay muchas opciones más allá de lo visto en estos partidos.
Lo normal es que jugando en La Rosaleda Luis Muñoz y Ramón Enríquez formen pareja. En el caso del centrocampista granadino el club lleva varias semanas negociando una ampliación de contrato a pesar de que sólo necesitar jugar 45 minutos en dos partidos para la renovación automática. La historia de amor del Málaga y Ramón está por encima y se sella con besos sinceros al escudo.
¿Y los extremos? Pues ahí andan con una (o dos) marchas más Rahmani y Joaquín Muñoz, puro barrio. Los nuevos Zipi y Zape, o los auténticos visto lo visto, del Málaga. El de Miraflores está empezando a romper y apunta a convertirse en uno de los jugones de toda la categoría. En el caso del francés formado en Lezama comienza a asustar. Está acaparando casi toda la atención y no es para menos. Es mucha su influencia en los partidos y la suma de tangibles e intangibles le convierten en pieza esencial. Sin él, los de Pellicer difícilmente llevarían ya 25 puntos, la mitad del camino que lleva a la permanencia.
Enfrente un Cartagena que asoma por primera vez en Martiricos para jugar contra el Málaga, pero al que La Rosaleda sabe a gloria. Ahí consiguió el ascenso hace pocos meses. Los murcianos recuperaron la categoría y vienen de un palo duro asestado por el Espanyol, al que ganaba por 1-0 y que terminó dando la vuelta al resultado en la recta final (1-3). En sus filas está un canterano como Jack Harper, que tras un calvario de problemas físicos y ha tenido minutos en los tres últimos partidos. Regresa a casa y seguro que siente cierta envidia viendo a tanto canterano jugar y brillar. También lo hace el ex filial Pablo Clavería.
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