La era Guede (18:15)

Horario y previa del Málaga CF- Valladolid

Llega un cruce de caminos que se esperaba desde hace tiempo y que ha reactivado al malaguismo tras unas semanas de depresión

El Valladolid, un primer test de mucho calibre

Una unión esperada se ha precipitado y la afición se encomienda al argentino

Pablo Guede da órdenes al grupo en el entrenamiento de ayer.
Pablo Guede da órdenes al grupo en el entrenamiento de ayer. / Javier Albiñana

09 de abril 2022 - 06:11

En “la muy noble, muy leal, muy hospitalaria, muy benéfica y siempre denodada Ciudad de Málaga” siempre ha habido brazos abiertos para el forastero, casi nadie se sintió extranjero. También ocurrió en el fútbol. Quizá el gran icono del Club Deportivo Málaga fue Sebastián Humberto Viberti, un argentino de Córdoba. Ha habido una especial conexión con Iberoamérica. Los nombres se amontonan en la época Club de Fútbol. Weligton, Pellegrini, Darío Silva, Dely Valdés... El primigenio tras la dolorosa desaparición fue Pablo Adrián Guede, el héroe del ascenso a Segunda, la raya divisoria tras varios años de travesía del desierto tras la refundación, una cicatriz que siempre tendrá el balompié malagueño.

En 1998, Guede fue el rostro que devolvió al Málaga a Segunda. 24 años después se le ha requerido para una misión que tiene algunos tintes similares. Se trata de evitar ese viaje en el tiempo y un palo terrible tras un cuarto de siglo en el fútbol profesional, más años en Primera que en Segunda. La deriva era peligrosa y el comodín del histórico se ha usado. Seguramente haya algo de inconsciencia en la aceptación de Guede de regresar. Ha dirigido al equipo más grande de Chile (Colo-Colo) y a uno de los históricos de Argentina (San Lorenzo), entre otros. Tiene títulos y una trayectoria bastante interesante, aunque también es cierto que Málaga era la puerta más accesible de entrada al fútbol europeo. Firmó por un año extra si se mantiene la categoría. Dijo el administrador judicial que está “prohibida” la palabra descenso en el club, pero es por ese riesgo real por el que se ha recurrido a un icono de la entidad. A la chavalada le puede sonar prehistórico, pero de los cuarentones hacia delante Pablo Guede está en el santoral del malaguismo.

Guede propone y el equipo dispone. El técnico atrae los focos y la presión. Puede ser bueno para destensar a un equipo que no va sobrado de personalidad, aunque son ellos los que deben salvar. Ha ido hundiendo los pies en arenas movedizas y el entrenador trae los utensilios para mantener la cabeza fuera. Hay ganas de ver su propuesta. Arrastra fama de entrenador atrevido y ofensivo, pero en estos momentos impera el pragmatismo. Otro asunto será a la hora de construir si, ojalá sea así, continúa en verano. Pero en estos momentos hay que asegurar la supervivencia y es lógico que haya que tener precauciones.

Llega a La Rosaleda el Valladolid (18:15 horas), otro clásico del fútbol patrio diseñado para subir de vuelta a Primera tras bajar. Tiene la fuerza extra que el Málaga no aprovechó en su día. Y se ha encarrilado después de pasar algunas turbulencias. Con un presidente que es leyenda del fútbol mundial, Ronaldo, en Pucela se espera el regreso a la élite. Con un buen puñado de ex malaguistas más otro más que lo pudieron ser, ha ido incrementando su rendimiento hasta colocarse en puesto de ascenso directo. Paradójicamente, un rival potente puede descargar los hombros de los jugadores. Habrá más de 20.000 personas en La Rosaleda, es la llamada del efecto Guede. Aunque hoy no salga bien, habrá que remar. Hay demasiado en juego, el Málaga necesita ayuda. Después habrá tiempo de rendir cuentas.

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