La base para no perder el compás (16:00)

Hasta el momento, volver a casa siempre ha sido gloria bendita para el Málaga. La Rosaleda es el lugar donde se olvidan las penas y las victorias acaban con fiesta y baile. El conjunto blanquiazul recibe al humilde Amorebieta ante su afición, que le ayuda a sanar las heridas con las que vuelve sistemáticamente de sus salidas. La última, en Burgos.

El conjunto blanquiazul viene de romper un poco esa tendencia y de darse un baño de autoestima en la eliminatoria contra el Peña Sport. Al menos la Copa del Rey compensa en este sentido. José Alberto López pudo ver en acción a algunos de los menos habituales. Varios van pidiendo sitio.

El que más méritos viene acumulando es Jairo Samperio, un elemento que todavía no ha sido relevante pero que el curso pasado tuvo un rumbo similar. Si eso supone que termina rindiendo al nivel que acabó mostrando, el Málaga saldrá muy reforzado.

No tiró de mucho titular en Tafalla el técnico asturiano. Del once copero se espera seguir viendo a Escassi y Paulino. Lombán parece que también a raíz de lo que comentó el propio José Alberto horas antes de la cita.

Volverán Dani Martín a la portería, que estará protegido por Víctor Gómez, Peybernes, Lombán y Javi Jiménez. Escassi y Genaro completarían el escudo malacitano. El cuarteto ofensivo, en principio, tendrá a Paulino por la derecha y Antoñín por la izquierda, dejando en punta a Brandon Thomas y Sekou Gassama.

Una de las claves del Málaga en La Rosaleda es que están siendo mucho más fiero y solidario, concede menos y suele ocultar mejor sus defectos. Aun así, algunos de sus peores pecados aparecen en ciertas fases. Ahí es donde espera aprovecharse su rival, el Amorebieta. Un equipo que se parece al blanquiazul cuando le toca viajar. Todavía no ha ganado, pero sí ha rascado cuatro empates.