Fe de remontada (21:00)
Horario y previa del Málaga CF - Deportivo
El Málaga se conjura para voltear el 4-2 que le endosó el Deportivo de la Coruña en Riazor
La Rosaleda y a su afición serán un factor decisivo
Víctor, dubitativo con el once
“Nadie dijo que sería fácil”, titulaba el Málaga ayer en un vídeo motivacional para la afición y, sin duda, para sus propios jugadores. No existen dudas de que el resultado obtenido en Riazor fue un mazazo, en pocos escenarios imaginables para un equipo que venía con la flecha hacía arriba y en verde. Lo demostraron, en parte, durante los primeros 45 minutos en Riazor: un fútbol alegre, ofensivo y con chispazos que salían de las botas de Javier Ontiveros, un torbellino controlado al servicio blanquiazul desde la llegada de Víctor Sánchez del Amo.
Decía éste en rueda de prensa, horas antes del envite de esta noche en La Rosaleda (21:00, Movistar Partidazo), que había argumentos suficientes para creer en este equipo, en lo que puede dar de sí el Málaga para la batalla que se verá sobre el césped del templo blanquiazul. Un 4-2 en contra nunca es un buen resultado para afrontar la vuelta en tu feudo, pero sí a tenor de los últimos encuentros del equipo en casa, ante los suyos, donde brilló al mejor nivel.
Al Málaga le valen dos goles, un 2-0, un 3-1, incluso un 4-2 si todo acaba así –en caso de acabar la prórroga con ese global de 6-6, no habría penaltis, pasaría el Málaga por ser tercero–, le vale una renta de dos goles para estar en la siguiente y última eliminatoria de cara al ascenso. Los últimos tres encuentros del equipo en La Rosaleda se han saldado con triunfos y en los tres se ha logrado la misma cifra de goles: tres. El Málaga venció ante el Real Oviedo y el Elche por 3-0 y le endosó un 3-1 al Zaragoza. Sus tres últimos resultados como local le darían el pase al Málaga. Son argumentos, pero son muy válidos.
Estos días solo se habla de conjura, de remontada, de alcanzar la siguiente ronda de la mano de la afición y La Rosaleda, del juntos podemos. Todo evoca a lo mismo, al ascenso ante el Terrassa o el Albacete, para tocar la plata o el oro, el hito europeo ante todo un dragón como el Oporto. Vienen todas a la cabeza y Víctor quiere recrearlas en la cabeza de sus futbolistas. Los quiere a todos, por eso concentró a la plantilla al completo, lesionados incluidos, en el Hotel Guadalmar esta madrugada. Plena concentración en lo que está por venir y máxima fe en que cualquiera de los jugadores sanos puede formar parte de la comitiva inicial que lidie ante el Deportivo de la Coruña.
Víctor mantiene todavía dudas con qué once afrontará esta vuelta de la primera eliminatoria de estos play off de ascenso a Primera. Repetir once es una de las opciones que contempla el madrileño, sobre todo tras la primera mitad que completaron los blanquiazules. Existen serías dudas con algunos de ellos, quizá la más positivo está en Pau Torres. El central completó ayer el entrenamiento con sus compañeros y parece tener superado el golpe que le obligó salir del campo en Riazor. Con las recuperaciones de Cifu y Juankar se abren los interrogantes en los laterales, ya que las actuaciones de Iván Rodríguez y Fede Ricca fueron de las más grises ante los gallegos. Tanto el granadino como el madrileño aportan, además, un perfil más ofensivo que sus homólogos, algo que puede convencer al técnico dada la necesidad de revertir ese 4-2.
Tanto plantilla como cuerpo técnico confían en contar con ese jugador número 12 que durante toda la temporada ha sido La Rosaleda y la afición. Se espera un gran recibimiento este sábado horas antes del envite, con el que calentar la caldera que será el templo blanquiazul ante los gallegos.
Los de Martí, por su parte, pueden presentar alguna que otra modificación en un once que acabó funcionando en Riazor. La aparente recuperación de Quique puede darle minutos, así como la entrada de veteranos como Bóveda, éste en el lateral diestro.
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