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El Juventud de Torremolinos lleva toda la temporada liderando el Grupo 9 de Tercera RFEF y no es por casualidad. El conjunto malagueño hizo una apuesta seria este verano para recuperar la categoría tras un año en el que soñó en la Copa del Rey (eliminó al Huesca y cayó ante el Sevilla) pero sufrió la pesadilla del descenso. Un buen trabajo en los despacho el pasado verano ha servido para confeccionar una plantilla en la que destaca especialmente su delantero centro, Iker Burgos, al que ya vigilan de cerca conjuntos de Primera RFEF.
Iker Burgos (Bilbao, 2001), es un delantero centro cercano al 1,90 que se está hinchando a marcar goles en el conjunto de El Pozuelo. El apellido le delata. Es hijo de Kike Burgos, un clásico portero de finales de los 80, formado en la cantera del Athletic Club de Bilbao que llegó al primer equipo (allí coincidió con el actual director deportivo blanquiazul, Loren Juarros) y que después pasó por Mallorca, Alavés y Polideportivo Ejido. Pero su vástago no es de llevar guantes, es más bien un apasionado del gol.
El delantero del conjunto torremolinense firmó el pasado verano procedente del Motril (también del Grupo 9 de Tercera RFEF), donde empezó a romperla a base de goles. Muchos clubes se fijaron en él, también el Málaga, que trató de ficharlo para el Atlético Malagueño, pero no pudo competir con la oferta del Torremolinos a nivel económico en un verano que con el descenso a Primera Federación del primer equipo llevó al club a una austeridad absoluta. De hecho, el filial acabó firmando solamente a Adrián Pereda, cancerbero del Villarreal, que hace las veces de tercer portero malaguista.
Burgos había pasado por las categorías inferiores de la UD Almería y también del Valencia. Pasó después por el Uritarra, el CD Santurtzi y el Alzira hasta que volvió a Andalucía para destacar en Motril, donde empezó a generar un cierto ruido en el mundillo del fútbol de barro. Esta temporada está rompiéndola y es el máximo goleador destacado del noveno grupo con 13 tantos en 15 encuentros (14 como titular). Y eso que en los dos últimos no ha mojado.
Acuden a observarle ojeadores de conjuntos de categoría superior, especialmente de Primera RFEF, para verle en directo porque es una opción más que interesante. Si no para el mercado invernal (el Torremolinos tiene detrás un grupo inversor y no debe ser fácil sacar a ninguno de sus puntales en enero), para el próximo verano, puesto que el futbolista se comprometió por un año, hasta el 30 de junio de 2024.
Está formando además una dupla interesante con otro de los grandes talentos del equipo que dirige Antonio Calderón: Fran Castillo. El mediapunta de Alhaurín de la Torre, de 26 años y ex de La Academia del Málaga, lleva siete tantos en esta temporada.
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