Isco: "Me dio pena salir del Málaga CF tan pronto; nos tocó el jeque tieso"
El malagueño hace una extensa entrevista en 'Universo Valdano' en la que toca su etapa malaguista: "Aún no he podido ver una imagen de Dortmund, fue el partido que más dolor me causó en mi vida"
El abrazo sentido con Brahim
El espejo del Málaga CF
Isco Alarcón vive a sus 31 años un momento dulce después de un trienio oscuro en el Madrid y en el Sevilla. El malagueño se abrió en canal en Universo Valdano y habló de todo, con un suculento tramo de su etapa en el Málaga CF, de la que habló con sumo cariño, también del trauma de Dortmund pero de aquellos maravillosos años y de la salida, de cómo tuvo que marcharse por los problemas económicos de la entidad. Ahora disfruta del fútbol en el Betis a las órdenes de Pellegrini, como una década atrás. No es frecuente oír a Isco hablar de aquella época y es una delicia.
Sus inicios los marcó. "Me fui a la cantera del Valencia con 14 años y ahí tiene que haber un partido o un torneo donde alguien te vea y juegues bien ese día. Influye también la suerte. Con 12 años hice una prueba con la cantera del Espanyol. Jugamos un torneo en Ontinyent, Alicante. Me salió bien y me quisieron llevar para Barcelona, pero tenía 12 años y no me veía. No conoces a nadie siendo tan joven. Es difícil, con 12 años no me veía preparado y me quedé en el Benamiel. Mi hermano mayor, ocho años más, jugaba y me ayudó bastante. Jugaba con sus amigos, me llevaba con él", relataba Isco, que contó cómo fue aquella etapa: "Fue muy difícil sobre todo al principio. Mis padres hicieron un esfuerzo grande. Cuando llevaba seis meses allí en Navidades tuve una conversación con mi madre en la que le decía que me quería volver, que no aguantaba más. Pero le dije que aguantaba un poquito más y si no me volvía. Mi madre me apoyó, me dio la libertad de que yo eligiera. Esa conversación no se me olvidará nunca, ahí empezó todo. Lo entendí como una buena oportunidad para tener futuro y al final allí me lo pasaba muy bien, hice muy buenos amigos, el Valencia me trató fenomenal y eso hizo que me quedara".
"Pasó rápido lo del Valencia, fueron dos años en el filial y entrenando con el primer equipo. Conseguí debutar y la verdad es que viví un sueño. Coincidí en la residencia con Jordi Alba, que no le fue mal del todo. Cuando subía veía a Villa, Joaquín, Albelda... Con una carrera increíble y la verdad es que no podía estar más contento. En el Mestalla ya fue un año duro. Campos complicados y pequeños, equipos que cuando juegan contra una cantera de Primera están más motivados y agresivos. Conseguimos el ascenso y debuté con el primer equipo. Hace 13 años que debuté, tenía 18 años con el Valencia. Me llegan flashes. Tuve la fortuna de marcar gol en Copa ante el Logroñés. Una vez que pasa el tiempo lo ves que todo va muy rápido", decía, pero llegó la llamada del Málaga: "No pasó nada grave con Emery ni con el club, simplemente me llegó una oferta de Primera División, de la ciudad donde yo había nacido, del equipo del que yo soy fanático desde pequeñito. La cláusula era asumible para ese Málaga del jeque. El Valencia también pensaba que había jugado dos partidos en Primera y no pensaba que nadie abonara esa cláusula. Lo vi como una oportunidad de volver a casa, asegurarme un contrato de cinco años con un equipo de Primera. Fue una decisión bastante fácil".
Dortmund: "Eran las semifinales con el equipo de tu vida..."
"Viendo lo visto, fue una decisión acertada, el Valencia no me aseguraba un puesto en el primer equipo. La llegada a Málaga fue espectacular, llegué en un momento de auge, con aspiraciones muy grandes. Cazorla, Joaquín, Van Nistelrooy, Baptista... Era no sé, algo que nunca había visto en Málaga. Fueron dos años muy buenos, de ensueño, no es fácil hacer eso", relataba sobre su aterrizaje en el club de Martiricos: "Todavía no he sido capaz de ver una imagen de ese partido, es el partido que más me dolor me causó en mi vida. No he podido ver ni una repetición de aquel partido, el dolor que me causó ese partido no lo olvido. Más allá de la eliminación, fue el cómo. Nos ponemos 1-2 y a partir del 90 nos dieron vuelta. No he querido ver absolutamente nada. Era la clasificación para las semifinales de Champions con el equipo de tu vida, nos hubiéramos enfrentado al Madrid... Fue muy doloroso".
"Salió todo redondo. Llegué al Málaga y me encontré con un proyecto y un equipo ambicioso. Un equipo que quería la pelota, que jugaba muy bien con Pellegrini. En la selección sub 21 llego después con Julen Lopetegui, teníamos un equipazo con De Gea, Tiago, Koke, Morata, Muniain, Canales... Espectacular, ese campeonato lo ganamos impresionante, la final contra la Italia de Verratti e Immobile... Jugábamos de maravilla, no perdimos un partido y pusimos como colofón haciendo un fútbol maravilloso. La juventud te hace ser más inconsciente de lo que está pasando. Era una época increíble, aunque ahí ya sabía que tenía que salir del Málaga sí o sí por todo lo que pasaba", admitía Isco, que señalaba que "me dio pena salir tan pronto del Málaga, fueron dos años maravillosos. Me dio pena de que a pesar de que el proyecto estaba funcionando y teniendo resultados, que no se siguiera apostando por el equipo y los jugadores, algo tenía que pasar y al final tuve que salir. Nos tocó el jeque tieso".
Admiración
"Jugadores de aquella época los idolatraba. Zidane, Ronaldinho, jugadores diferentes, que jugaban en posición parecida a la mía. Muchos regates suyos los intentaba practicar. Tienen una carrera increíble. Se ponía Zidane a entrenar y aunque se movía poco era diferente el trato al balón, una pasada, no lo había visto nunca. Como entrenador sólo hay que ver los números que tuvimos con él en Madrid".
Magia
"Es un apodo que me pusieron entre Iker y Sergio Ramos, empezaron a llamarme Magia y me lo tatué. A mí no me ha ido mal, he tenido momentos complicados, pero mi esencia es esa, disfrutar y hacer disfrutar con trucos con la pelota. Se está perdiendo un poco ese mediapunta de talento tipo Aimar o Riquelme. Es la evolución del fútbol. Donde me he sentido más cómodo es en la mediapunta. Tanto en el Málaga como en la selección como en el Madrid he tenido épocas rindiendo a buen nivel tirado a la izquierda. Las nuevas generaciones cambian, antes cuando era pequeño estaba todo el día en la calle, rodeado de gente mayor, jugando en campos de tierra. Ahora hay más distracciones: móviles, tablets, series... El fútbol ese de calle se ha perdido, cuando hay que decidir los partidos rara vez se hace a dos toques, tiene que aparecer ese jugador con esa visión de juego, ese último regate, pase o conducción. Es lo que desequilibra el partido en el momento clave".
Real Madrid
"Me acuerdo una conversación que había tenido con Manuel antes de salir del Málaga porque él ya lo tenía hecho con el Manchester City. Antes de irnos de vacaciones al Europeo le dije que me iba con él, pero después apareció apareció la llamada del Real Madrid. Tenía dos puertas grandes abiertas y tuve que decidir. Me llamó Xabi Mancisidor entrenador de porteros del Málaga que se fue al City también y le dije 'Xabi, me voy al Madrid, no puedo decirle que no. Lleva muchos años sin ganar la Champions y tengo esa sensación de que pronto caerá'. Y mira, ese mismo año ganamos la Décima en Lisboa y a partir de ahí empezó una generación irrepetible en el Madrid. No sólo grandes jugadores, sino la comunión en el vestuario. Llegué con 21 años".
Bajón
"Estuve un mes de baja por apendicitis, cuando empecé necesitaba tiempo y margen y no lo tuve. A partir de ahí no sé muy bien lo que pasó. Nadie fue claro conmigo, con Solari jugué un partido de Copa y minutos sueltos. No sabía cómo estaba, si bien o mal. Me vine abajo. Me reprocho mucho. Eso te la da el tiempo. Estás cabreado con todo el mundo, todo te parece mal. Cuando estás en esa situación, nada es culpa tuya, este es un tal, echas balones fuera constantemente. El tiempo te da la perspectiva de qué hiciste para cambiar, por qué no diste un paso más y luchaste más. Ahora reconozco que perdía la ilusión por demostrar, por jugar y quitarle el puesto a un compañero, que es lo que hice antes. No tuve la fuerza mental que sí había tenido antes. El que más se arrepiente soy yo, ahora que ha pasado tiempo y que disfruto del fútbol como un niño pequeño. Quiero mandar ese mensaje, que no siempre sale como tú quieres. Y reciclarte, no rendirte. La cabeza es lo más importante de todo. Si te duele una pierna vas al mal traumatólogo. Si no estás bien mentalmente hay quien tiene herramientas para mejorar. Es algo sano y es algo tabú en el mundo del deporte. Hubiera cambiado muchas cosas, pero estaba peleado con el mundo, echaba la culpa a fulanito o menganito. Me sentía una víctima y no lo era".
Caída
"Tuve ofertas para ir a Arabia, el Union Berlín, el equipo que menos tiempo estuve, llegué por la noche y al mediodía siguiente ya estaba volviendo a Sevilla. Cuando llegué a la mañana siguiente, mientras pasaba el reconocimiento médico me dijeron que no podían inscribirme en Europa League y querían cambiar varias cláusulas del contrato... De ese viaje de vuelta nace la necesidad de parar. Me había despedido para estar solo en Berlín un tiempo. A la vuelta es algo que nunca conté. Recibo una oferta del Celta, que me llama Iago Aspas. Y dije que no podía. Necesitaba descansar, reciclar ideas, la mente, no puedo aceptar una oferta porque no considero que estaba preparado para rendir mentalmente. Era final de enero, el último día de mercado y dije que no iba a escuchar ninguna oferta. Dije que iba a tratarme mentalmente y voy a volver fuerte. La terapia mental me ayudó mucho a darme cuenta de muchas cosas. De problemas deportivos y personales que tuve. Fui honesto conmigo, con posibles equipos a los que podía ir y decidí parar porque no estaba preparado".
Betis
"Tenía ofertas de Italia, Inglaterra, alguna de España. Apareció la llamada de Ramón Planes, con Pellegrini y Joaquín. Veía el ambiente, la comunión con el vestuario. Es una de las mejores decisiones que tomé venir al Betis. Ahora estoy como un niño chico en Disney. Es importante estar en un sitio donde tienes confianza, me la dieron desde antes de estar en el Betis. Fue una búsqueda propia, momentos muy duros, cinco meses entrenando solo en un gimnasio, con un preparador, es complicado saber gestionar eso. Sí tuve esa fortaleza que no tuve antes. Cuando no haces lo que te gusta desde haces 25 años está de mal humor. pero la familia me ha dado un apoyo increíble y ahora estoy así. Ojalá pueda ganar un título aquí y volver a la selección algún día. Disfrutando cada partido y entrenamiento con una sonrisa".
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