La historia de John Arild, un noruego malaguista

John Arild (Sandnes, Noruega, 1997) no tenía ni idea la primera vez que pisó La Rosaleda que terminaría siendo un ferviente malaguista. Poco o nada tenía que ver el joven noruego con Málaga. Un apartamento familiar en Calahonda. Hasta que un día decidió hacer con unos amigos el Tour por el estadio. Lo cuenta él, nadie mejor.

"Yo estuve con unos amigos en La Rosaleda, hicimos el Tour del Málaga y en el momento que pisé La Rosaleda… Hace ahora como cinco años. Y desde entonces viendo sus partidos".

La Bombonera no es territorio desconocido. "He ido cinco veces ya", cuenta el noruego, que habla un perfecto castellano. Aprendió español en la universidad, estudiando Historia de Latinoamérica y España. Su objetivo es poder ser profesor de español en Noruega.

Ahora está otra vez en Málaga. En esta ocasión, adentrándose en el corazón de la casa de diario del conjunto blanquiazul. El paisaje con la lluvia debió transportarle a casa, como si le hubieran llevado allí mismo, para él, su querido Málaga.

Pero no, no era necesario soñar, estaba en el Ciudad de Málaga viendo cómo sus futbolistas preparan con esmero el importantísimo encuentro contra el MallorcaMallorca. En vivo.

“¡Aquí estoy! ¡Gracias al Málaga por dejarme estar dentro del estadio para ver el entrenamiento! ¡Esto es muy grande para mí!”, escribía eufórico en su cuenta de Twitter, que es un pequeño museo malaguista con un muro donde promete amor eterno "en Primera, Segunda, Segunda B o Tercera, yo te apoyaré siempre". Se llama John, John Arild. Es de Noruega. Y malaguista.

Premio para Ricca

Uno de los motivos de la visita de John Arild al entrenamiento del Málaga nace de una propuesta que él mismo hace porque por si fuera poco, el joven noruego tiene una peña malaguista donde nadie se pierde un partido por televisión. Los miembros, a través de una página de Facebook, que él gestiona con su amigo Fedrik Alnaes, han elegido al mejor jugador de la temporada.

El ganador resultó ser Fede Ricca. Así que John entregó en persona al capitán su premio en un paisaje que jamás había pisado por dentro como es el Ciudad de Málaga. Otra foto más para el recuerdo.