Kevin: "El Málaga es mi casa y mejor que aquí no voy a estar en ningún lado"
El extremo blanquiazul se abre en una entrevista en Málaga Hoy
Vídeo: "Me comí la Semana Santa en 101TV desde Portugal"
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Kevin Villodres Medina (2001) es Málaga, es barrio, es el fútbol de intuición y calle. Es el hambre y el descaro. El regate imposible, la travesura infinita. Algunos le exigen porque quieren que sea ya lo que está destinado a ser. Promete que nunca faltará el esfuerzo y aspira a seguir creciendo en el club de su vida. Se abrió en canal para Málaga Hoy para dar a conocer sus raíces, su lado más personal. Detiene el reloj por los niños malaguistas, que le adoran, esos que ahora están donde una vez estuvo él. Trinitario de El Cautivo, todavía suenan los cristales que rompió en su infancia. Ahora rompe cinturas en La Rosaleda, tatuada como San Pablo y su debut en el brazo izquierdo.
-¿Cómo está siendo este año para Kevin?
-Está siendo un año maravilloso tanto en lo personal como en lo colectivo, un año de p… madre, con perdón de la palabra, muy bonito. El grupo está muy unido, vamos todos a una. Se ve en cada semana de entrenamiento, tanto cuando se gana como cuando se pierde, todos a una. Desde que llegué en verano se veía, está siendo lo que esperaba.
-Algunos compañeros ya han contado que tanto es así que están deseando que llegue el siguiente entrenamiento.
-Venir a entrenar es alegría, quieres ver a tus compañeros, te lo pasas muy bien, la verdad. Vengo con unas ganas inmensas, no puedo decir otra cosa. Tanto por los compañeros como por todo lo que nos rodea.
-¿Cómo es el día a día? ¿Qué pasa nada más llegar?
-Bromas, bromas y bromas. Estamos siempre con el cachondeo, con una sonrisa. Sinceramente, es que vienes con unas ganas que flipas. Creo que esto ha pasado por la conexión de los veteranos con los más jóvenes. Siempre nos dan los mejores consejos y nosotros los cogemos.
-¿Qué consejos dan esos veteranos? ¿Quién está más pendiente de usted?
-Manu Molina siempre está conmigo. Cuando juego y cuando no juego está ahí ayudándome. David Ferreiro, Einar, Luca (Sangalli), Dioni, Alfonso Herreo… Los más mayores, los que tienen más experiencia. Pero tanto a mí como al resto de jóvenes.
-También es especial verse rodeado de gente con la que lleva tanto tiempo en el Málaga como Roberto, Larrubia, Dani Lorenzo…
-Claro, nos conocemos muy bien, llevamos mucho tiempo juntos y eso se nota.
-¿Qué no tenía en Portugal que aquí no le falta?
-Aquí estoy en mi casa, tengo a mi familia, que me arropa siempre tanto en lo malo como en lo bueno. Mi mujer y su familia, el vestuario y su buena conexión…
-Y ahora tienen ese vestuario lleno de memes.
-Eso es un cachondeo. Al vestuario entras y… lo que he dicho antes. El Tour lo va a tener que poner más caro el club.
-Muchos mencionan a Manu Molina, Larrubia pero también a Kevin, ¿quién dan más guerra en el vestuario?
-¡Todos! Ahí estamos todos. Manu Molina es uno pero hasta Dani Lorenzo está últimamente haciendo bromas. Larru, que con sus tonterías cuando estás lesionado en un mal momento siempre te saca una sonrisa… Me flipa este vestuario. ¿Intocables? Para mí no hay ningún vinagre en el equipo, todos saben encajar bromas.
-¿Y la última gorda que han hecho?
-Dani Lorenzo el Superboke y yo le rellenamos el coche entero de botellas de agua vacías. Las cogimos cuando acabó el entrenamiento y se las pusimos por todas partes. Detrás, delante, en el maletero, todo lo que pillamos. Y nada, tuvo que coger el cubo de la basura, ponerlo al lado del coche y empezar a sacar botellas. Ya le hicimos otra también en la que le pusimos el coche enterito lleno de post-it.
-Desde ese espíritu es más fácil competir.
-Pues sí, pero que la gente sepa que cuando tenemos que trabajar, exigirnos y estar serios, todos vamos también a una, del primero al último.
-Pellicer no afloja.
-El míster, como siempre dice, con el gancho. Mi relación con él es muy buena, yo también lo quiero mucho. No para de darme consejos, siempre está apoyándome y tengo una gran relación con él. Me insiste mucho en que mejore en la toma de decisiones. He estado viendo vídeos con Manolo (Sánchez) y con Juan, el analista. Yo también creo que tengo que mejorarlo y estoy trabajando en ello.
-De aquí a final de temporada, ¿en qué le gustaría ser mejor?
-Sobre todo evolucionar en los goles y las asistencias, pero que si mi equipo gana, más contento que si marco y asisto.
-¿Cómo ha llevado la suplencia de los partidos anteriores?
-Uno nunca quiere ser suplente y es jodido, pero como he dicho antes, vamos todos a una y el que no juega tiene que estar apoyando a los compañeros y si sale intentar aportar. Y apretar para volver al equipo.
-Visto lo visto ante el Ibiza, no le ha sentado mal.
-Yo siempre que juego intento dar lo mejor de mí, darlo todo. Ante el Ibiza salió bien, ganamos y súper contento.
-¿Con los árbitros cómo lo está llevando?
-Bueno, ahí vamos. A veces creo que a mí me sacan una amarilla muy fácil y el que me marca tiene que darme varias patadas para ver la tarjeta. Es una sensación que tengo pero es algo que creo que también pasa mucho con los jugadores de ataque y los defensas. Yo recibo muchas faltas y patadas, eso se está viendo. Pero ahí no hay que meterse mucho, los jugadores a jugar.
-¿Cree que les dará tiempo a alcanzar al Castellón?
-Nosotros pensamos en nosotros mismos. Trabajamos cada semana y vamos con el partido a partido. No soy muy de mirar la clasificación. Yo miro a mi equipo y cómo vamos nosotros.
-¿Se imagina ascendiendo?
-Eso no quiero ni pensarlo, quiero centrarme en el partido de esta semana, intentar conseguir los tres puntos, y lo que tenga que venir, vendrá.
-¿Se ven mentalmente preparados para un play off?
-Creo que este grupo tan bueno está preparado para lo que sea.
-Volviendo al equipo, ¿le han sorprendido Izan, Cordero y Aarón Ochoa?
-Me sorprende, porque además de tener mucho talento son muy buenas personas. El nivel que están dando es muy bueno y ahí están también los números con el filial. Aarón es chiquito pero matón, tiene carácter. Pero es que me gustan mucho los tres.
-¿Cómo ve la apuesta actual de Loren Juarros por abrir paso a la cantera?
-Lo que se está haciendo ahora es muy positivo y ojalá se siga haciendo en el futuro.
-¿En qué punto anda su renovación?
-Prefiero no entrar mucho en esos asuntos. Yo lo que puedo dar de mí, lo doy en el campo. Lo doy todo por mi equipo y eso ya lo están llevando mis representantes. Recientemente cambié de agencia y que se ocupen ellos, el futbolista tiene que estar pensando en el verde. Esta es mi casa, mejor que aquí no voy a estar en ningún lado. La gente me quiere, los niños me quieren y esto es un orgullo para mí.
-¿Se ve reflejado en esos niños?
-Yo venía de pequeño a la grada. Venía con mi tío o con algún familiar a ver los partidos, me gustaba mucho. Estuve en el Malaka y en el 26 de Febrero y me fichó Arnau, que en paz descanse para el Málaga. También fui recogepelotas. He pasado por esos momentos cuando era niño y a uno le gustaba que los jugadores se parasen, que se hiciesen fotos contigo, que te firmasen… Yo siempre intento darle cariño a todos, pero en especial a los niños, porque se ve que me quieren mucho. Recuerdo que vine a un partido con Alberto Soto, que juega ahora en el Marbella. Creo que nos colamos… Era contra el Villarreal y estaba Samu Castillejo en el banquillo, pegado al cristal, y nos pusimos al lado. Nos lo pasamos entero pidiéndole la camiseta: ‘Samu, que somos de aquí, que jugamos en el Málaga’. Y cuando terminó nos la dio y acabamos saliendo en Deportes Cuatro porque estábamos Alberto y yo dando tirones para ver quién se la quedaba. Decidimos tenerla una semana cada uno, pero creo que al final se la quedó él y la tendrá en su casa.
-Y tiene una buena con Sandro Ramírez.
-Yo venía de pequeño y me ponía fuera a esperar a los jugadores para hacerme fotos con ellos. Tengo una con él y creo que la conserva mi madre en el móvil, aunque me hice con todos los de la época.
-Ahora los empleados de seguridad le meten presión porque se para siempre…
-Sobre todo cuando ganamos y si se puede, yo me paro para hacerme todas las fotos que los niños quieran, firmarles los autógrafos que me pidan… Los de seguridad me dicen a veces: ‘Vamos, Kevin, que tenemos que cerrar las puertas’, pero les contesto que son niños y que yo también he pasado por estas situaciones.
-¿Cuántas camisetas lleva dadas este año?
-Sinceramente, he perdido la cuenta. Las suelo dar tras los partidos y también para los compromisos.
-¿Es mucha presión que tanta gente en Málaga espere tanto de Kevin?
-Yo no soy de los que siente presión. Yo juego al fútbol, me divierto, intento dar lo mejor de mí y que pase lo que tenga que pasar.
-Y mantiene el contacto con antiguos compañeros.
-Sí, tenemos hasta un grupo con Brandon, Paulino, Vadillo, Ismael Gutiérrez… También hablo mucho con Luis Muñoz y con Antoñín, que los echo mucho de menos porque son como hermanos para mí. Aquí me ayudaron mucho y estaban muy encima, aconsejándome.
-¿Dónde se ve dentro de unos años?
-Como todo jugador ambicioso, me gustaría verme en lo más alto y si puede ser con el club de mi vida que es el Málaga, pues muchísimo mejor.
-¿Qué le pasa por la cabeza cuando ve a Bryan Zaragoza?
-A Bryan Zaragoza no le ha regalado nadie nada, se lo ha ganado él solito. Me alegro mucho por él. Sigo hablando con él, cualquiera que lo conozca sabe que es súper humilde. Es un chaval muy bueno, que está ahí siempre para el que lo necesite. En Los Cármenes yo estaba sancionado por las cinco amarillas y estuve con él. Hablamos del tema del idioma, que sabía que le iba a costar, como a cualquiera. Somos gente de barrio y eso nos cuesta. A mí en Portugal también me costó bastante.
-¿Se ha imaginado alguna vez en un Bayern, un Manchester...?
-Eso no se descarta nunca, todo niño quiere alcanzar lo máximo. Es la ilusión de cualquiera, ¿por qué no?
-¿Su madre cómo lleva eso de ir con su hijo por la calle y que la gente le pare?
-Mi madre es como yo, es muy natural, campechana. Mi madre es lo mejor que tengo en mi vida. ¿Consejos? Los mejores y los que siempre cojo. Como los consejos de una madre, no hay ningún otro. Está más conmigo cuando no juego o hago un mal partido que cuando juego bien. Me da tranquilidad y me dice que esas cosas pasan, que no baje los brazos.
-Ella preferirá que se quede aquí muchos años.
-Me dice que yo esté a gusto, que esté donde sea feliz, que es lo más importante.
-Y es feliz, ¿cierto?
-Yo soy súper feliz.
-Al cumplir sueños tan joven, ¿los amplía a otros nuevos?
-Yo soy ambicioso, siempre quiero más. Trabajo y ganas, en ese sentido, no me van a faltar.
-¿En el barrio le recuerdan alguna trastada de pequeño?
-¡Claro! ‘No veas tú aquí de pequeño las que formabas con la pelota, que te pegabas hasta las tantas’. Creo que rompí más de un cristal por mi barrio, más de una ventana. Tanto yo como mis colegas, que estábamos todo el día jugando en la plaza. O saltábamos a un colegio a jugar. Se está perdiendo. Antes era llegar del colegio y a la calle a jugar al fútbol. Últimamente no lo veo por allí. Me da pena. Con las tecnologías hoy en día se ve a menos niños. A mi hermano se lo inculco mucho, intento que no esté tanto en la casa y salga a la calle a jugar al fútbol.
-¿Cómo se le da?
-Bien, bien, se le da bien. Juega en el Malaka, como yo en su día. Zurdito. Le gusta pisarla. Yo era más nervioso, más de chispa. Él es más de jugarla, pisar, un mediapuntita…
-¿Es muy de Semana Santa?
-Tengo tatuada la iglesia de San Pablo, justo en la calle donde jugaba. También La Rosaleda y el debut. La Semana Santa la veo, el año pasado en Portugal me la comí entera por 101TV. Haciéndome limones con sal allí en la casa. No había papas grandes en Portugal y me tenía que hacer tres o cuatro patatas pequeñitas y ponerlas en papel de orillo, que me las preparaba mi mujer.
-¿Qué le parece que Chimy Ávila porte unas espinilleras de El Cautivo?
-Lo he visto. El Cautivo levanta pasiones. Es mi cristo, el del barrio, el de La Trinidad.
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