Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
Confesaba Kevin Villodres Medina (Málaga, 26/2/2001) que le pilló de sorpresa verse en el once titular ante el Mirandés. Era su estreno en Segunda División, con su Málaga, y no es que formara un lío, es que casi monopolizó la atención de todo el mundo mientras estuvo en el césped. Pero en la entidad no sorprende tanto, nada en realidad. Porque sabían que había futbolista ahí para rato si él estaba dispuesto a aceptar el reto. Tanto Manolo Gaspar como Duda creían en este hábil extremo al que le encanta jugar a pierna cambiada.
Kevin se metió en la pretemporada en el bolsillo a José Alberto, que no le premia por ser joven sino que quiere recalcar que si jugó en esta primera jornada es porque se lo ha ganado como uno más. Gracias a ello también le conoce La Rosaleda, que no esperaba en absoluto un show de tal calibre en su vuelta oficial a las gradas de Martiricos.
La irrupción de Kevin no obedece a ningún capricho ni es fruto de la casualidad (que tantas carreras ha impulsado). Tanto el director deportivo como el director de La Academia confesaban en ciertos círculos que tanto el malagueño como Haitam podían "romper" este año y sorprender a propios y extraños. La confianza en sus posibilidades ya quedó demostrada en marzo, cuando el chico renovó hasta 2023 y luego fue uno de los elegidos para la pretemporada del primer equipo.
El mérito, de cualquier forma, es del propio futbolista, que es quien se ganó los minutos y quien agitó la primera hora de partido. "Si él quiere...", se venía avisando. Desde luego, es puro desparpajo en el campo aunque trate de mantener los pies en el suelo. "Estoy contento, quiero agradecer al míster, a Manolo, al cuerpo técnico y a mis compañeros, que me están ayudando mucho. No me lo esperaba jugar. El míster me da mucha confianza, me dijo que actúe con naturalidad y confianza”, sostuvo ante los medios tras el partido.
“He estado bien, pero lo importante es seguir manteniéndome lo que pueda. Si hubiera marcado, he cumplido mi sueño, hubiera sido mi sueño perfecto. Hubiera besado el escudo si marco, porque lo llevo dentro. En ocasiones se me ponían los pelos de punta con la afición, de cómo aprieta, fue una satisfacción muy grande. Desde chico llevo persiguiendo este sueño y trabajando como el que más, sin bajar los brazos", añadió el feliz dorsal 37.
Fan de Neymar por calidad e inventiva y de Cristiano Ronaldo por su capacidad de trabajo, es íntimo amigo de un Antoñín al que se vincula al Málaga. "Antoñín para mí también es un ejemplo a seguir, lo conozco… Nos hemos criado juntos y llevamos mucho tiempo jugando juntos", decía hace unos meses en una entrevista en 101 Televisión101 Televisión.
La última vez que se encontraron en La Rosaleda, Kevin se llevó de regalo la camiseta del malagueño, cedido en el Rayo Vallecano. Eso sí, luego no tiene piedad de nadie cuando juega al Fortnite, ya sea Antoñín, Luis Muñoz o su propio hermano.
Por aquel entonces hablaba del sueño que por fin materializó el lunes 16 de agosto: "Los del primer equipo te tratan muy bien, es un orgullo estar con ellos cada vez que me suben. A seguir luchando. Debutar en La Rosaleda es un sueño, pero yo soy un jugador del filial con los pies en el suelo”. Pues ahora tiene derecho a pasarse unas horas en las nubes.
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