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Son días convulsos para el director general del Málaga, ya que tiene la complicada labor en tan solo unos meses de volver a reconciliar a la afición con el club de Martiricos. Por eso, Kike Pérez se está recorriendo todos los medios de comunicación para intentar que su mensaje llegue a toda la afición blanquiazul. En esta ocasión, atendió al programa La Gran Jugada de Canal Sur Radio, donde volvió a mandar un mensaje de unidad a la hinchada malacitana y recalcando que siempre estará disponible para quien quiera trasladarle cualquier asunto: "Ayer recibí en mi correo una petición de reunión de la Federación de Peñas para la campaña de abonados, espero fijarla el lunes a más tardar. Como me he criado en el fútbol mi puerta está abierta para quien quiera. Quiero mejorar y lo mejor para el club. Ayer apareció un abonado en La Rosaleda que quería hablar conmigo, no le pude atender, pero dejó el teléfono y quedaré con él. Al gestionar sentimientos y emociones no puedes vivir en una burbuja".
"Hay muchas cosas por mejorar en este club. Hay que hacer bien las cosas, no es una empresa al uso. Tienes que oír a cada aficionado. En los clubes de fútbol el día a día es frenético, los viajes, los entrenamientos, muchos clubes viven como una empresa privada y tiro para adelante. Vengo a aportar mi experiencia. El camino puede ser respetable, pero el mío es que todos pueden sumar. No tengo una varita para hacer del Málaga uno de los grandes clubes de España, eso lo debemos hacer entre todos y la primera la afición. Es tan importante la campaña, por eso debe ser la primera acción que hagamos, tenemos que abrir las puertas a la afición. Cada aficionado es un trocito del Málaga", añadió.
Eso sí, sólo lleva tres meses y medio en Martiricos, pero si algo ha aprendido en este corto tiempo es que no quiere volver a cometer los errores que llevaron a sus predecesores a crear este ambiente de malestar. Kike pide calma y paciencia porque quiere ir lento, pero dando pasos con firmeza: "La gente quiere que se diga públicamente a quién le va a afectar la reestructuración. Un plan estratégico de 72 u 80 páginas, oír quién se va y quién se queda, pero son personas y familias y tenéis que entender que hay que comunicarlo internamente antes de hacer público quién se va y quién se queda, que es y será la noticia. No tengo recuerdo de un club que tenga que salir fuera a comunicar una reestructuración concreta. Va a ser profunda, pero eso tampoco vale. ¿Qué es lo que vale? Hay personas y familias, hay que tener tacto".
"Yo entiendo el fútbol como ilusión y ahora esto es lo que me duele y lo que me ocupa las 24 horas. El Málaga está muy frágil, es una diana fácil para todo, para cada frase después de hora y media sacarla de contexto. No vais a encontrar a alguien con más humildad que yo. Dentro del club existe una fragilidad que me duele en el alma. Se me dice que dije el futuro hace una semana y todavía no he hecho nada y que todo sigue igual de mal, pero hay que tener ilusión, caridad y esperanza. En la vida no todo es blanco o negro, los extremos nunca son buenos. Tenemos un entrenador, un director deportivo y un director general. Nos dejaremos la vida: trabajo, trabajo y trabajo", sentenció.
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