La receta de Kike Pérez

El director general pidió tranquilidad y confianza a pesar de la situación porque confirma que ve un grupo unido que necesita quitarse la presión

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Kike Pérez, director general.
Kike Pérez, director general. / Javier Albiñana
Juli Torres

14 de febrero 2023 - 06:30

El director general del Málaga CF, Kike Pérez, se pasó la noche de este pasado lunes por el plató de 101TV para hablar sobre su reciente llegada a la entidad de Martiricos. En su visita por el programa Área Malaguista tocó temas bastante interesantes, además de dejar claro que llega con la convicción de que esta campaña se sacará adelante: "“No he pedido el plan de choque en caso de descender porque quiero focalizar mi trabajo diario en lo que tengo ahora. Tenemos un partido vital el lunes con el Zaragoza. Tenemos muchos partidos con rivales directos y lo podemos sacar. No he preguntado por el plan de choque, pero José María sí que lo tiene trabajado”. Por eso, recuerda que el club se está moviendo para conseguir una buena entrada para el partido ante el Zaragonza este lunes a las 21:00 horas: "Tenemos una acción con universitarios, se van a poner dos puntos de venta en la Universidad, y queríamos promover alguna acción de fidelización aparte con los abonados porque el equipo necesita a la afición y en Albacete se vio", porque confía en dicha cita: "Estoy convencido de que el lunes será el punto de inflexión del equipo".

Kike dejó claro que aterriza con ganas de aportar su granito de arena: "Vengo con la ilusión intacta. Han sido días de muchas emociones, ha sido un cambio en mi vida laboral fortísimo, pero lo he sentido así. Tenía una ilusión tremenda en llegar y cuando he llegado me he puesto a trabajar desde el minuto cero". Es más, cree que es la persona elegida para desempeñar el puesto de director general: "Desde la primera conversación con José María y comentándome lo que esperaba de la persona que quería contratar como director general, creo que me estaba describiendo a mí. Era una versión de todo lo que he hecho durante toda mi carrera. No es cambiar de división, para mí es un paso adelante en mi carrera. El Málaga es un gran club, un histórico de la Liga española".

Si alguien duda de él, tiene clara la respuesta: "Estoy en el mejor momento de mi carrera. Soy la mejor versión de Kike. Soy abogado, empecé a trabajar muy joven en el Alavés. Era un abonado más del Alavés, un chico de Vitoria normal. Hice la carrera en Bilbao, empecé con mi padre a trabajar, no me gustaba el despacho de abogados y tuve la suerte de empezar a trabajar en el Alavés. Fui creciendo dentro del club y terminé siendo gerente. Era muy joven. Luego salí de mi zona de confort, me fui a Madrid, fui como director general al Alcorcón, al poco entró una propiedad extranjera y después cogí también la dirección deportiva. Ahora en el Cádiz toqué nuevos negocios, tema corporativo, tema digital, el nuevo fútbol que viene. El Kike Pérez que ha llegado al Málaga es el Kike con mayor conocimiento y con 48 años, con una energía tremenda y con una ilusión impresionante por tener la oportunidad profesional de estar en un club como el Málaga, algo increíble para mí".

Además, desveló la buena relación que sintió con el administrador judicial desde el primer momento: "Él me llama directamente, a través de un representante. Me llamó y desde esa primera llamada, empatizamos mucho por teléfono y quedamos aquí en Málaga para tomar un café y el café se alargó casi cuatro horas. Cuando pasa eso, sientes que vas poder estar a gusto. Es importante el puesto que te van a dar y también empatizar con quien vas a trabajar". Precisamente, su llegada ayudará a José María Muñoz: "Hay que dar el paso adelante de exponerse más públicamente. Me toca a mí. En otro club un director general no concede tantas entrevistas y no tiene tanta exposición. Porque no hay consejo ni presidente y ni el administrador judicial porque no es su papel, me va a tocar ese trabajo. Siento, desde que entro hasta que me voy, que hago un buen trabajo y que era necesaria mi labor en el Málaga".

También aprovechó su visita para explicar por qué es necesaria su presencia: "Kike Pérez está aquí porque en cualquier club hay un director general que tiene que ordenar, coordinar y gestionar todas las áreas. La primera foto es un club que funciona bien, que tiene medios, que es mejorable. Vengo con mis ideas y mi experiencia e intentaré hacerlo como creo que hay que hacerlo y analizando cada paso. No me ha dado tiempo ni a reunirme con todo el mundo. En el primer análisis veo que es un club que tiene un correcto funcionamiento". Mientras desvelaba que el problema de este Málaga no sólo es deportivo: "Son muchos pequeños problemas. Lo que sí veo es que no solo podemos achacarlo a una mala planificación".

Eso sí, tiene una idea clara: "Hace falta tranquilidad. Lo digo de verdad. Lo seguiré diciendo pase lo que pase el lunes. El club, la ciudad y la provincia se juegan muchísimo. Veo un ambiente muy cargado. Es normal viniendo de donde se viene y porque se han ganado cuatro partidos. Tenemos que centrarnos en ganar al Zaragoza. Las notas vendrán en junio. Primero hay que dar tranquilidad. Todos somos personas. A los jugadores se les ha hablado claro. Hay que seguir, hay que confiar. El domingo hubo dos goles a balón parado, que se habían entrenado durante la semana. A veces no vemos lo bueno, solo lo malo. Mi experiencia me dice que en nuestra casa nos decimos las cosas a la cara. Lo que pasó el domingo nos lo hemos dicho y nos lo hemos repetido este lunes en el entrenamiento. Eso es en la casa. De puertas afuera unidad, tranquilidad, confiar. Es la vida. Son ciclos. El club está en un ciclo malo, pero cuando miremos hacia atrás, que no digamos que no ayudamos lo suficiente. Hay que seguir apretando todos porque nosotros vamos a apretar. Los jugadores quieren como los que más, están en juego sus carreras profesionales. Este lunar puede ser casi definitivo para algunos de ellos en sus carreras. Tenemos que apretar todo lo que se puede".

Hablando de situación tensa, el de Vitoria aclaró la situación que se vivió en el Carlos Belmonte entre los jugadores y la afición: "Yo estaba en el palco con Basti y con la expulsión bajé al vestuario en el minuto 42 para estar ahí para ver qué pasaba con el árbitro y poder entre todos hablar con él. Antes de que pitara el final yo estaba en el túnel de vestuarios. Cuando pitó el final vi que los jugadores se acercaron a agradecer a la afición, que había hecho tantísimos kilómetros para animar al equipo. Para mí fueron a saludar y creo que las imágenes.... no hubo ni careo ni enfrentamiento, de verdad que estaba a cinco metros y solo fueron a saludar y agradecer. Para mí este es un claro ejemplo más de que quizás estamos exagerando o se está presionando a alguien que le interesa. Se acaba de terminar un partido y era un momento dificilísimo porque íbamos ganando, necesitábamos ganar y nos quedamos con uno menos, incluso el equipo tiene una para empatar y las pulsaciones tras acabar el partido... Los jugadores en ningún momento se enfrentaron, solo se acercaron a agradecer y a saludar, nada más".

Centrándose en lo deportivo, Kike confirma que el vestuario sí es una familia: "He viajado con el equipo, he visto un grupo unido, me reúno todos los días con Sergio (Pellicer) y veo el entrenamiento. La gente está entrenando, hay un buen grupo. Lo que sí es verdad es que se han ganado cuatro partidos y en eso estamos, en encontrar las respuestas. Para mí, la primera o la segunda hipótesis de lo que ocurre es la presión, las expectativas, que luego te llevan a la frustración. Y una presión de que es un gran club. En Segunda División te vienes abajo y no ganas y la presión no es igual llevando la camiseta del Alcorcón y jugar esos partidos a llevar la camiseta del Málaga. Y no lo digo por la afición, lo digo por el escenario".

El director general confirma su argumento de familia de la siguiente forma: "El vestuario está unido, no es fácil y el domingo después del 1-0 en el minuto cuatro, en unos primeros minutos donde nos desbordaron… Vi el partido al lado de Basti y le dije que si aguantábamos ese primer arreón el equipo iba a dar un paso adelante e iba a remontar. Yo llegué hace cinco días, pero a mí me da esa sensación. Yo no he estado antes y voy a trabajar hasta quedarme afónico en la tranquilidad, la unidad, la tranquilidad y en creer. Realmente pienso así, es mi experiencia y sé que lo podemos conseguir. En ese buen tramo de la primera parte se vio unión, me encanta que lo digas porque nos tenemos que agarrar a eso y ellos lo van a hacer. Estoy convencido de que a final de temporada lo vamos a ver más minutos, porque los partidos son momentos y hay muchos partidos. Pero esperamos que esos momentos sean más largos para ganar partidos. He convivido mucho en la zona de ascenso de esta categoría y tengo ya muy estudiado cómo piensan los futbolistas. Cuando te golpean esa primera vez te entran las dudas, porque al final como durante el año no ganas partidos se generan dudas en tu trabajo y hay que pensar que ellos al final son personas. Yo a lo que me agarro y lo que pienso desde el primer día, porque yo de fuera sí lo he visto, a veces a las personas hay que darle esa dosis de tranquilidad y confianza, que venga alguien de fuera y diga venga chicos, confiad en vosotros que aquí está la afición, el club y la ciudad y lo vamos a sacar adelante".

Por eso, sabe que una victoria sería clave para cambiar el rumbo y confirmar el espejismo del cambio que se vio en el césped del Carlos Belmonte: "Este equipo tiene que ganar y lleva tiempo sin hacerlo. Málaga no es una plaza sencilla, no es Alcorcón o Miranda de Ebro. Segunda División lo que tiene es que todo el mundo a principios de temporada, cuando hace las plantillas, piensa que va a estar en playoff. Pero esta categoría es sumamente igualada, los detalles y a veces las cosas no juegan a tu favor y te vas metiendo abajo. Eso te va generando esa presión añadida. No es lo mismo firmar un contrato en el Málaga que en el Mirandés o el Alcorcón, con todos mis respetos que he estado ahí nueve años. Pero lo que sí es igual en todos los clubes es estar en los cuatro puestos de descenso tantas semanas. Eso de por sí te genera una tensión a ti mismo semanal que es tremenda y eso te va marcando. ¿Cómo rebajarla? Hay que ayudar, todos los malaguistas queremos ganar partidos. Yendo al campo, ayudando, dando todos mensajes de optimismo y animando hasta el final. No hay otra. Yo del último partido me quedo con cosas positivas porque lo malo ya es inamovible, perdimos 3-2, sí, y eso ya está, pero lo que tenemos que pensar es que metimos dos goles fuera de casa, que remontamos al Albacete que es el sexto equipo de la Liga y el segundo máximo goleador. Hasta que llegó la expulsión, teníamos el partido remontado. Entre todos generar una corriente más positiva para liberar un poco de esa presión añadida que hay por el puesto clasificatorio, que es el que es".

Por otro lado, Kike recordó que no es su primera etapa en un club intervenido judicialmente: "He estado tres años así, con tres administradores juntos. Tenían que firmar los contratos dos de tres porque el Alavés entró en concurso. La venta de Óscar de Marcos o Igor Martínez al Athletic había que explicarle a los administradores que era un dinero muy importante en el mercado y que nos venía bien deportivamente venderlos para fichar otros jugadores. Con José María me he encontrado a una persona súper comprometida, muy trabajadora. He venido a ayudar y lo digo de corazón. La gente puede estar muy tranquila con el trabajo de José María, es un trabajo extraordinario. Un club de fútbol tiene muchas cosas y a lo mejor ha pensado en mí para que le ayude en el día a día".

Incluso se adelantó a contar acontecimientos: "Para mí, donde nace todo en un club, como yo entiendo el fútbol, es en el entrenador. Yo he hecho plantillas y todo lo hacemos a partir del entrenador, de la confianza cien por cien en su sistema de juego, en cómo ve el fútbol, cómo entiende el club. Si empezara aquí un año, lo basaría todo en el entrenador. Han cambiado a muchos entrenadores. Para estar como estamos han pasado muchas cosas y muchas se arrastran. No se acierta, no se da con la tecla, pero qué más quisieran haber dado con la tecla y estar felices. No sé por qué no cuajaron los entrenadores que pasaron. No soy capaz de decirlo, pero para mí la decisión fundamental de un director deportivo es el entrenador y a partir de ahí, a hacer la plantilla". Precisamente, hablando de director deportivo: "Estamos mirando varias opciones José María y yo. El perfil lo podemos tener, pero no nos hemos marcado el plazo de decir ‘en tres semanas’. Lo que queremos es coger a tres personas, reunirnos con ellos y decidir".

Por último, el vitoriano se define: "Soy una persona de trabajo en equipo, muy humilde, me gusta contar con la opinión de todo el mundo. Soy muy leal, soy un gran segundo. Cuando haya que tomar decisiones de estrategia o drásticas, lo haré desde el consenso. De nada vale que yo lo piense si hay otra persona que no lo piensa así. Lo ideal es llegar a un consenso. He venido a sumar. Cualquier estrategia o decisión drástica que comunique será porque sea totalmente necesaria, porque sea bueno para el club. Si hay que tomar decisiones de ese tipo, la expondré desde mi experiencia y desde mi manera de ver las cosas. Con José María, la decisión que sea, seguro que estaremos juntos al cien por cien. Tenemos una visión parecida al 99,9 por ciento".

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