Kike Pérez: "Se me pone la piel de gallina viendo cómo celebran estos jugadores los goles"

Tras meses comprobando cómo silban las balas, el director general malaguista hace balance de la situación del club y celebra el buen arranque de temporada del equipo

Los goles del Málaga-Recreativo Granada

Kike Pérez posa para 'Málaga Hoy'.
Kike Pérez posa para 'Málaga Hoy'. / Javier Albiñana

Kike Pérez (Vitoria, 1974) llegó para ocupar el vacante puesto de director general en el Málaga CF Tras varios meses en el cargo, la consumación de un descenso, con un ERE como secuela y una reestructuración grande, se sienta con Málaga Hoy para analizar la situación.

–¿Cuál es el estado de salud del Málaga?

–En estos meses que llevo desde febrero los primeros fueron muy complicados con el descenso, a partir de entonces nos tuvimos que rearmar y reestructurar el club, empezar una campaña de abonos e ilusionar a la afición, recuperar y fidelizar patrocinios, hacer un nuevo equipo, un nuevo proyecto deportivo con el día a día... Aparte de todo eso, el ERE que se llevó a 47 compañeros por delante y les dejó sin trabajo. Una vez pasado, a empezar con energía ya que ha pasado el periodo duro, a seguir la reestructuración del club y el plan.

–¿Ha sido más o menos duro de lo que esperaba?

–Más duro, más duro. Si bien cuando vine en febrero la situación deportiva era la que era, y lo valoré al venir, una cosa es pensarlo y otra vivirlo. Una cosa es pensar en un club histórico como el Málaga desde fuera y otra vivirlo desde dentro. Afrontar un descenso en un club tan importante fue muy duro, más de lo que pensaba, emocionalmente. No nos permitió ni 24 horas de luto porque había que rearmarse y reestructurar todo, siguiendo el plan que teníamos. El estado emocional, cuando trabajas, también influye. Era complicada la permanencia, pero siempre crees hasta el final. No pudo ser y tocó levantarse.

–Con tiempo, con perspectiva, ¿no piensa que debieron ponerse antes en el escenario del descenso, que era el más probable?

–Lo que era el plan de reestructuración y reorganización lo teníamos trabajado. En el tema deportivo ya sabéis que siempre os dije que no quería quemar esa figura que viniera con un proyecto y una idea y que tomara los mandos deportivos del club. En mi opinión no fue tarde porque Loren ha hecho un trabajo extraordinario y poco hubiera cambiado si viene dos meses antes. En el tema de la reestructuración es algo que lo veníamos trabajando, pero al hablar de ERE y despidos, hay que pensarlo todo más. Pero estaba avanzado.

–¿Ese ERE era absolutamente inevitable? No es que el Málaga vaya sobrado, pero económicamente no estaba para desaparecer, había en tesorería dinero, con CVC...

–Para hacer el club viable era insostenible seguir así. Tristemente, el descenso de categoría lo hacía inevitable. Es lo que estuvimos tanto tiempo barajando en esa reestructuración, le tienes que dar muchas vueltas. Que no afecte al día a día del primer equipo. A eso le dimos tantísimas vueltas porque la estructura era inasumible en viabilidad. Queremos volver al fútbol profesional cuanto antes, pero cuando haces un plan de viabilidad no puedes hacerlo pensando que al año siguiente vas a tener seguro los ingresos de fútbol profesional. Caímos a la Primera RFEF y, con lo que hay, la estructura no se podía mantener.

–¿Cómo se diseñó ese ERE? ¿Había un plan concreto por áreas? No es lo mismo echar al director de la Academia que a un auxiliar administrativo.

–De la primera lista a la lista final varió el número. Se fue diciendo a cada persona cómo iba a quedar el departamento y si se veían capacitados para trabajar más y ser un poco más multifunción. Antes había cuatro fisios y se les presentó las condiciones que habría para seguir adelante. También fue una mezcla de lo que pensábamos con lo que los departamentos nos comunicaban. Fue un verano muy duro, aparte de un cambio de categoría, en el club convivieron 45 días personas que se iban y se quedaban. Eso, aunque se llevó de manera excepcional, no fue fácil para nadie.

–Esa estructura se tiene que recomponer, imaginamos. ¿Qué plazos legales hay?

–La ley dice a partir de los 90 días, pero nosotros ahora mismo estamos analizando y hablando diariamente con comités cada semana para ver cómo va el funcionamiento. Nosotros ahora mismo no estamos pensando incorporaciones inmediatas. Todo el mundo coge todo lo que llega. Cuando llegue el momento, si fuera necesario, veríamos. Si empezamos a ver que en algún departamento concreto urge lo estudiaríamos. Pero con la gente que se ha quedado está pudiendo con todo.

–Desde fuera pareció en algún momento este verano que no estaban todos los estamentos (entrenador, director deportivo, director general...) en la misma página, con mensajes contradictorios y alguna aspereza.

–Si en una empresa todos piensan igual es un problema. Lo bueno es que todos tengan su opinión, se debatan las cosas, se hable y nadie tenga la razón absoluta. El verano, como dije, fue duro con gente de la parcela deportiva y las oficinas saliendo, no fue sencillo. Decir adiós a muchos compañeros no fue fácil para nadie y realizar un proyecto nuevo genera tiras y aflojas. Si son normales en el fútbol, que es un mundo curioso, en un verano con tanta carga emocional de un cambio de categoría con tantos movimientos... No tiene mayor trascendencia que cada uno tenga su opinión, no había nada más. Enriquece a la empresa que cada uno aporte su visión con convicción.

-¿Le dolió que Pellicer, después de que le refrendara, manifestara su desacuerdo con cómo se ejecutaban los planes?

–No me dolió porque comentó eso, su opinión. Luego lo hablamos, lo matizamos y quizá nos sirvió de puertas para adentro para hacerlo de otra manera gracias a ese comentario. Soy una persona que no me gusta dejar correr las cosas. Si hay alguna duda me gusta atajar las cosas según pasan. En las opiniones que tenga cada uno te enriquece. A veces crees que lo haces bien y no lo has hecho bien.

–¿Qué percepción hay sobre Loren tras su aterrizaje y su primer mercado?

–Estoy encantado con él. Un trabajador incansable, persona extraordinaria, una pausa y tranquilidad diaria absoluta, un conocimiento de lo que está haciendo increíble. Estoy despacho con despacho con él, estamos 14 horas al día.

–¿Su conocimiento de la categoría es amplio? Él estaba en un estrato superior.

–Domina el escenario y domina el fútbol y eso es lo principal, dominar el fútbo. Da igual la categoría en que estés. Confiar y tener un proyecto y llevarlo a cabo con cabeza y explicándote el por qué, encantado con su trabajo.

Kike Pérez y Loren Juarros, en La Rosaleda.
Kike Pérez y Loren Juarros, en La Rosaleda. / Javier Albiñana

–De puertas para afuera el mensaje es que el ascenso no es urgente, que la prioridad es construir. ¿Se creen de verdad internamente que no va a pasar nada si el primer año no se asciende?

–Yo me lo creo porque pienso igual. Hablar en julio, agosto o septiembre de objetivos a largo plazo no sólo en lo deportivo, sino en la vida. Solemos decir que se disfrute al día. Y el fútbol es lo mismo. No es una frase hecha, el día a día es importantísimo en el fútbol. La cohesión del grupo, que el grupo se conozca, que esté junto desayunando, que no pase nada, que no haya lesiones, que entiendan lo que el cuerpo técnico y entrenador requieran para cada partido. Creo en eso, también en mi vida personal. El día a día y poner bases sólidas en el Málaga para crecer y el tiempo nos dirá hasta dónde.

–¿Sabía Loren lo que se iba a encontrar en verano? ¿Que debería tener la Academia y sólo con Capote al lado para hacer un equipo nuevo?

–Sí.

–¿Alguna vez le manifestó tener dudas?

–Nunca, nunca. Es verdad que es algo nuevo para él. Se mete tanto que cuando han empezado los infantiles o cadetes ha ido personalmente a saludar a todos los jugadores y entrenadores. Le han explicado la metodología que tienen los pequeños con el fútbol 7, desde el primer momento le dijimos que habría una reestructuración profunda y que tendría que meter las horas que está metiendo para sacar esto adelante.

–¿Cómo se intenta aislar ese ruido del equipo?

–En el fútbol al final la norma que más funciona es la normalidad. Cuando no hay sí que es verdad que no ayuda. Entiendo dónde estoy, cada día entiendo más y más rápido. Esto es lo que tenemos que trabajar entre todos sobre lo que os dije un día. Que para que el balón entre debemos ir todos de la mano. Seguro que es más fácil que entre yendo todos los que rodeamos juntos al Málaga que yendo cada uno por un lado. Pero no depende de mí ir todos juntos, poco más puedo decir.

–¿El equipo sí percibe que van juntos?

–En el club estamos a muerte todos. Todos. Cuando ha pasado un descenso y una reestructuración tan grande llego todas las mañanas orgulloso a La Rosaleda y veo a mis compañeros, jugadores, cuerpo técnico y entrenador y les veo brillo en los ojos a todos. La semana pasada, antes del Granada, me preguntaban los jugadores que cuánta gente iba a La Rosaleda el sábado. Y se pusieron a aplaudir cuando le dije que había el jueves casi 2.000 vendidas. Les ves con ganas, se sienten orgullosos. La unión esa nada ni nadie la va a romper. Como yo entiendo el fútbol, los que estamos ahí debemos ser una familia. Y yo veo ahí un grupo. A todo el mundo preocupado o contentos según toca. Un gran ambiente, con ganas, ilusión y con hambre.

–¿Le gusta ser cercano con el jugador?

–Me encanta, soy uno más. Y en lo que pueda ayudar a los nuevos, preguntarle cómo se habían aclimatado, compartir mis experiencias sobre cuándo vine. Me encanta esa cercanía porque entiendo que es la mejor manera de que esa gente tenga un plus de pertenencia a lo que estás dirigiendo. Si no te acercas y no te conocen como persona eres como un ente extraño. Les saludo todas las mañanas o mediodías, con el entrenador, con Loren. Cercanía, unión, familia... Es lo que mejor me ha ido en el fútbol y lo que yo he vivido.

–¿Qué ha sido lo que peor le ha ido? ¿Su peor momento? Dentro de su cargo, el ERE y el descenso fueron dos dramas.

–Me he llevado muchas decepciones con personas que pensé iban a estar más juntas al club. Empresarios que quizá iban a estar más a nuestro lado, no por el dinero.

Kike Pérez, durante la entrevista.
Kike Pérez, durante la entrevista. / Javier Albiñana

–¿Falta de cariño?

–El cariño en la vida te lo dan pocas personas. Es el sentirte arropado. El cuidar un poquitín más al Málaga. Paso mucho tiempo con muchas reuniones, con mucha gente. Les digo que no es este el momento de ayudar al Málaga, sino es siempre. Cualquier club en Primera, en Primera RFEF o Primera Regional necesita ayuda. Tener una afición, una ayuda de las instituciones, de algún esponsor, en medida de dónde estés. En esa pate de la ayuda de los espónsors creía que iba a tener más ayuda del mundo empresarial malagueño. La gente está muy dolida por algo que yo no he vivido. Entonces de lo que no sé no me gusta hablar. Voy entendiendo todo, pero no creo que sea justo el momento éste de hacernos los dolidos y ponernos de perfil. Si hay alguien que da un ejemplo a todos es la afición, que te quedas sin palabras. Con alguna persona o empresarios me he llevado decepciones. Podían dar un paso más de cuidar al Málaga de la puerta 16 para fuera, de lo que se dice del club, del trabajo que se hace para adentro, del honor de todos... A mucha gente le he dicho, de las que han venido a mi despacho, que han bajado el patrocinio por diversos motivos, y le doy las gracias a todos que han seguido confiando. Muchos lo decían con todo el dolor su corazón y los entiendo. Pero yo les decía ‘este dinero de menos que vas a meter se lo vas a devolver al Málaga de una manera. Cuando estés en Málaga en un acto y hablen mal del club o de la gestión corta la conversación y le das mi móvil y me digan lo que tengan que decir para entender el porqué y solventar cualquier día’. Más transparencia y horas de trabajo no puede haber en el club. Es posible que no se hagan bien. Si me dicen ‘lo haces mal por esto, esto y esto’. Llevo sólo 23 años en el fútbol. No es fácil. Este año he atendido a muchos socios, les he recibido. Algunas ideas que hemos hecho las hemos cogido de personas que llegaron a mi despacho y les atendí.

–Más de 17.000 abonados. ¿Qué valoración hacen?

–Sin palabras, darles las gracias en mayúsculas. Nos da una fuerza tremenda. Con el 2-1 del Atlético B me emocioné porque dije ‘estas cosas sí que hacen afición’. Esa comunión de creer hasta el último córner. Lo metió el vitoriano Einar y los 18.000 y pico. Se nota mucho. Como habéis visto en esta categoría, ese rugir de La Rosaleda hace que el equipo esté hasta el final.

–¿Están en los números que esperaban en cuanto a abonos?

–Yo realmente no pensé que llegaríamos a los 17.000, no lo pensé, por eso estoy impresionado y sin palabras. La verdad es que esas cosas a los que trabajamos en el fútbol te dan todavía ese plus de energía y responsabilidad porque la gente lo ha apostado todo.

–¿Ha tenido que bajar mucho al fango?

–Me han pasado muchas cosas aquí. Porque me gusta ver todo, saber las cosas. He estado con un montón de familias porque desde el primer momento quise saber porque hay chicos de la cantera que se iban a otros clubes. Así que dije que me avisaran si alguna familia se llevaba a su hijo al Villarreal, Betis, Sevilla o Atlético de Madrid por empaparme. Me gusta porque entiendo que el club es todo. El club también es un club convenido como el Puerto Malagueño. También es esa familia que te dice por qué su hijo se va a otro equipo, para entender el motivo e intentar al año siguiente no se vayan tantos.

–¿Ha percibido que el Málaga no es querido o que falta comunión con los clubes de la ciudad y la provincia?

–Vamos a tener reuniones con todos los clubes de la ciudad en primer lugar, para escucharles. Con lo del brazalete también queremos llegar a la provincia y poco a poco llegar a las escuelas, invitar a los niños y niñas de esos municipios. Hay que intentar tener más club convenidos, mejores relaciones con clubes y normalizar esas relaciones. Tenemos que intentar que la base del malaguismo sea la provincia entera. Que venga gente de la provincia aquí para que en cuatro o cinco años tengamos más abonados.

–¿Y cuándo va a ir el Málaga a la provincia? Porque el Málaga no sale de la capital, los jugadores están en un búnker y quitando algún acto esporádico en alguna peña… Esta provincia es muy grande y tiene muchas posibilidades.

–Ahora vamos a ir a la peña que tenemos en Marbella a entregarles el brazalete del día que jugamos con su brazalete e iremos con un futbolista. Efectivamente, quizás el Málaga ha estado muy cerrado a la ciudad y quizás no ha habido mucha accesibilidad o flexibilidad por parte de otros dirigentes del club o porque no lo han entendido necesario. Si lo que quieren los niños es una foto y una firma, eso es lo que tenemos que fomentar y dárselo. Es algo que no cuesta nada y a la larga hará malaguismo y abonados.

–¿Lo van a tener los futbolistas en su contrato? Luego son los que más pegas ponen para ir un martes a Antequera...

–A Marbella iremos con un futbolista. Con el grupo que hay y explicándoles cómo estamos, van a querer venir porque yo estoy seguro de que va a ser la primera piedra del malaguismo. Como he buceado en los últimos años, me llama la atención que no se vaya a peñas. Vamos a establecer un cronograma de aquí a Navidades para un hito que se pueda hacer. Que son cuatro, pues vamos a cuatro. Pero con tiempo porque la gente se tiene que organizar. Es meter la semilla del malaguismo, que quizás no se ha trabajado. El otro día yendo al trabajo me vino la idea del malaguista de cuna, tenemos que hacer abonados a los niños y niñas que nazcan en Málaga. Vamos a darle una vuelta a eso. Semillas para crear algo con mucha base y que nunca más se derrumbe.

–Respecto a Ontiveros no se ha entendido o explicado bien el tema contable, ¿cómo lo explicaría a la afición?

–El tema era que ese ingreso, como era un caso ganado sólo pendiente de cobrar, esos cuatro millones se habían previsto en otro ejercicio. No es cuando tú lo cobras, estaba previsto ahí, en el presupuesto y cuentas de esa temporada, que nada tiene que ver con lo de esta por eso no se puede usar. Es dinero que está en tesorería, que te da pulmón, pero no te implica nada en el presupuesto actual.

-Entonces se han encontrado con cuatro millones de euros limpios, ya amortizados.

–Eso es.

-¿Y por qué no lo han empleado en la plantilla, o parte? Porque hubo un momento del verano en el que dijeron que no había más dinero para fichajes y tuvieron que vender a Cristian y Calvo.

–Hemos tenido que hacer dos ventas porque en el presupuesto marcado que había que hacer dos ventas por valor de 1,2 millones de euros sí o sí. Se ha superado y han sido 1,6. Realmente, al final el dinero… Ya lo comenté en alguna rueda de prensa, un jugador tiene que venir por convicción, no sólo por motivos económicos. Esa es la línea que se ha seguido. Todos han venido por convicción sobre todo, porque han querido venir. Hemos establecido unos baremos y de esos no nos hemos querido mover. ¿Que nos podíamos haber movido en otros baremos? Sí, pero era nuestro plan de inicio y hemos seguido esa línea hasta el final.

–¿Garantiza este remanente la viabilidad más años en el hipotético caso de que vaya mal?

–Eso lo hicimos por hacer las cosas bien y con coherencia y sin volvernos todos locos. Si te lo quieres jugar a una carta y gastarte todo en un año, pues… Nosotros efectivamente tenemos que mirar a hoy y dejar viabilidad en el club pase lo que pase y estemos todos tranquilos.

– ¿Han cobrado ya lo de Iván Jaime?

–Empezando por este octubre, medio millón cada año en los próximos cuatro. Cada año añadimos ese dinero al presupuesto.

–Retener a Izan Merino ha resultado algo paradigmático, como marcando un poco el territorio.

–Nosotros confiamos en Izan. 100 por 100. Antes del verano estuve con él y su padre dos veces y su sueño es debutar en La Rosaleda. Es un malaguista tremendo y cada día está más cerca su debut. Confíamos en él, es un futbolista más de la cantera en quien se confía desde todas las partes del club. El chico es muy joven, seguro que no ha pasado un verano fácil. Doy mi opinión, ya no como director general sino como alguien que lleva tiempo en el fútbol, en este equipo y con este proyecto, arropado, le va a ir por lo menos como en cualquier sitio al que hubiese elegido. No digo que mejor por no sonar presuntuoso. Para un futbolista de esa edad estar en su casa, cuidado, en su ciudad y equipo del alma, es un plus. La vida del futbolista es muy dura, es muy exigente. El entreno diario, la forma física, la alimentación. Los chicos tienen que estar arropados y ver espejos en los que mirarse.

–Le van a mejorar el contrato. ¿Será la primera que aborden, cuándo lo tienen pensado hacer?

–A sus agentes ya se lo hemos dicho. Se lo dijimos en la última semana de agosto. Estamos analizando eso para meternos a fondo para ver las renovaciones que haya que acometer.

–Hay varios que terminan en el primer equipo. ¿Se refiere a esas?

–Sí, esas renovaciones. Analizar todo y empezar a hablar con los chicos para que sigan aquí los que establezca Loren que son importantes para nuestro proyecto.

-Si tenían claro que había futbolistas que podían ser importantes a corto o medio plazo de los que finalizan contrato en junio, ¿no es temerario ponerlos en el escaparate sabiendo que en enero pueden firmar con quien quieran?

–A veces, por un motivo u otro, no se dan. A Álex Calvo le llevaba ofreciendo el club la renovación un año y no quería, por ejemplo. Ahora mismo, con todo el verano que hemos llevado… El periodo de fichajes no es el momento de acometer las renovaciones. Tampoco va a pasar mucho más. Te dedicas más a fichar, sostener que no te quiten jugadores, vender alguno… Ya hay demasiado curro ahí, demasiado. Y como son jugadores que tienen contrato y están felices aquí, pues confías en que se llegará a un acuerdo. Ojalá.

–Dijo Loren que llegaron varias ofertas en el final del mercado, ¿por qué deciden no vender?

–Porque ya no hacía falta y porque con la plantilla que teníamos estábamos satisfechos. Hay cosas más importantes que el dinero. Recibir un dinero por un jugador que ensambla bien en el sistema, en el grupo y además tiene pertenencia al club, es que eso no hay dinero en el mercado que lo compre. Te da igual lo que den. De fuera se dirá: ‘¡Cómo no vendéis a este!’. En el caso de Cristian, desde el primer día en que llegó en pretemporada, no tenía cara ni mirada de quedarse aquí, no tenía pertenencia al club. Sabíamos que era un persona que no iba a ayudarnos a construir un equipo. Sin embargo otros tienen ese brillo en los ojos y lo veíamos en la pretemporada, gente de la casa, no hay dinero que pague eso. La gente piensa que el fútbol es cambiar piezas. No son piezas, son personas con sentimientos. Personas que se identifican con un sistema de juego, con unos compañeros, con una manera de ser del club. No me canso de ver cómo estos jugadores celebran los goles, se me pone la piel de gallina, me emociono. Me da un orgullo tremendísimo. Eso lo eché en falta la temporada pasada, la identidad. Vamos por el buen camino. Los futbolistas lo sienten de verdad, de corazón.

–Ese póquer de canteranos que hizo la mili fuera, ¿les han sorprendido?

–No, no nos han sorprendido porque sabíamos que tenían un grandísimo nivel. Vamos, desde que volvieron de sus equipos, Roberto un poco más tarde por el play off, nos reunimos con ellos y les dijimos que 100 por 100 para el año que viene. Sabíamos de su alto nivel, que nos iban a hacer crecer. Sobre todo tienen ese plus y contagian a los demás. Tenemos una mezcla extraordinaria.

–¿Ha podido salir alguno?

–Alguno sí, pero ellos no han querido salir. No han movido ni comentado nada.

stats