Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
El Málaga concluyó una primera parte exquisita de fútbol en La Cerámica. De inteligencia, control, seguridad, mostrando los de Pellicer una dosis alta de personalidad y saber estar, apuntados por la pistola del descenso virtual, en caso de naufragar de nuevo. Lo hizo sin Lago Junior, que hasta ahora había sido puntal desde su llegada, primer espada, con un peso que le ha llevado a portar el brazalete de capitán, de forma accidental, pero algo muy simbólico. Puso la cruz el marfileño a una noche de júbilo por parte del malaguismo, necesitaba equipo-afición una alegría de tal calibre para seguir sosteniendo una permanencia que se va a pelear con todo. Va a morir matando el Málaga CF.
Lago entraba a la hora de partido por Chavarría, qué partido del argentino, el curro como esencia, dar sentido al juego y marcando un gol de delantero que vive inspirado. Tenía el listón alto el ex del Mallorca, entraba para que el equipo pudiese obtener una referencia en ataque, correr, cada vez más atosigado atrás por un Villarreal B que dominó a partir del paso por los vestuarios. La desgracia llegaría a los segundos, pocas décimas: balón que recibía el extremo, sin riesgo de caer, pero otro destino cenizo por delante. Se echaba al suelo, con la mano sobre la ingle, con la impresión de que ya estaba tocado. Quiso forzar. Para colmo, el cuadro croguet marcaba el 1-2 con Lago en el suelo, una segunda vez para buscar el cambio.
Se hará pruebas en las próximas horas para conocer el alcance de la lesión, pero no tiene buena pinta. Huele a que va a estar alguna semana KO, baja sensible para los blanquiazules, obligados a dar otro zarpazo en la clasificación frente al Cartagena en Martiricos, imposible fallar. "Fue una decisión técnica. Viene de un rendimiento brutal, llevando su cuerpo y mente al límite. Era un plan de partido, pensamos que con el desgaste del rival él nos podía dar esa verticalidad para buscar el pase a la espalda. Sin duda, es la peor noticia del encuentro", justificaba Pellicer su suplencia, contrariado por perder a una pieza muy importante. No empaña la gran noche del equipo blanquiazul.
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