Lecciones de Huelva

El punto del Colombino será bueno si se gana en casa y se corrigen situaciones como la contra del gol del Recreativo en la que faltó algo de oficio

La competitividad, un valor básico

Clasificación Primera RFEF

Pellicer pierde a dos canteranos

Roberto, durante el partido en Colombino. / Carlos Guerrero

Aunque el ascenso sea palabra tabú por ahora desde dentro del club, el comienzo de Liga (16 de 21 puntos posibles) reafirma que el propósito debe ir por ahí. Desde la jerarquía y el peos del Málaga CF como institución hasta la desbordante respuesta de la afición en casa y fuera. El punto en Huelva fue bueno si se cierra los ojos con la imponente marcha del Castellón. En el Colombino el equipo no tuvo el control del partido durante largos tramos, pero ratificó que es un bloque competitivo, ningún equipo ha sido netamente superior hasta ahora. Las victorias han llegado contra equipos en zona de descenso (Baleares, Recreativo Granada y San Fernando) y dos de zona media (Linares y Atlético de Madrid). Cuando la carretera se empinó más, derrota en Castellón (2-1) y empate en Huelva (1-1) ante el líder y el séptimo clasificado. Mantener estos registros en posteriores secuencias daría garantía de pelear el ascenso directo hasta el final y certeza de estar en el play off de ascenso, pero hacer planes a largo plazo en esta categoría es temerario.

Sí dejó la visita a Huelva algunas lecciones. Se vio, por ejemplo, la importancia de Genaro en el otro fútbol. El gol del Recreativo viene de una contra en la que el Málaga tenía una buena opción en la banda derecha con Gabilondo. Después de que no cerrara, la transición fue fulminante. Hubo al menos tres opciones de ir más fuerte al balón o hacer una falta aunque costara tarjetas amarillas, que para eso están. Pero no se hizo y Caye Quintana lo castigó. Es algo que se asumió en la plantilla recreativista que fue un error. “Si agarramos, hacemos una falta y no pasa nada. Son cosas que pasan, hay que aprender de los errores, es lo que hay que hacer en cada partido”, señalaba Manu Molina, que jugó como mediocentro en su tierra natal en lugar del sevillano: “Ha habido muchas transiciones. Tuvimos que llevar el partido más tiempo a su campo. Pero nos podemos ir contento con el empujón que dimos en la segunda parte”. Ese colmillo que sí tiene Genaro, con sus defectos, se echó en falta en esa jugada. El Recreativo esperó atrás de comienzo y ello permitió al Málaga tener bola, pero no fue todo lo punzante que pudo. Hay que leer bien esos momentos. Es un equipo joven que tiene que aprender, pero el Castellón está exigiendo la excelencia para seguir su ritmo. Ganar a los mejores exige máxima concentración y minimizar errores.

El Málaga tiene también un detalle diferencial con la afición. “Nos dan vida estos desplazamientos, el otro día fueron dos mil y pico y esta vez más de mil. nosotros encantados de que nos arropen. En Linares parece que jugábamos en casa. En Huelva era más complicado porque el Recre tiene mucha afición. Pero estamos muy orgullosos de ellos, son parte muy importante”, afirmaba Dioni, goleador y recórdman (34 goles en Primera RFEF, el que más en estas temporadas). El malaguismo está ahí y es un capital muy importante. Vienen dos partidos en casa, ante Melilla y Castilla. Si La Rosaleda es inexpugnable, el tabú puede ser desarmado.

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