Luis Muñoz: "Guede ha caído de pie, la gente va a muerte con él"
El malagueño confiesa que no está "para competir desde el minuto uno", pero que espera que le dé tiempo a marcar un gol para su familia
Luis Muñoz se coló en una convocatoria después de muchos meses de sufrimiento. Un premio para el estandarte del Málaga, que ha sufrido y luchado para intentar llegar a tiempo para la recta final del campeonato. Pero aun así tira de sentido común y de humildad para admitir que no está al nivel que requiere la competición a día de hoy.
"No es ritmo, también las sensaciones, sinceramente no estoy para competir en un partido desde el minuto uno y mucho menos para no dar el nivel que yo puedo dar", dijo en los micrófonos de La Jugada de Málaga, donde añadió: "Ahora mismo nos estamos jugando mucho y mis compañeros están a un gran nivel y además mejor que yo. Sería un engaño. No tengo ese ritmo y esa confianza. De la rodilla estoy estupendo, eso sí. Si todavía me da tiempo a competir algo, estaré encantado".
El centrocampista malagueño también habló del aterrizaje del nuevo entrenador: "Guede desde que llegó dijo la realidad y la verdad. En la vida hay baches y hay que saber cómo afrontarlos. Va de cara y además transmite confianza y alegría. Todo el vestuario le escucha. El míster ha caído de pie, la gente va a muerte con él y él a muerte con el equipo. A los grandes equipos también se les ve en los malos momentos. No era fácil jugar en Leganés con el descenso a cuatro puntos y salimos como si fuésemos primeros. Muy contentos con el míster".
Pese a todo, le queda un deseo más que cumplir para este curso que se va terminando: "Mi familia es la que más contenta está por lo que han pasado. Ojalá pueda marcar un gol para ellos este año todavía. Desde pequeño me han dicho que hay que tener los pies en el suelo y que hay que respetar a todo el mundo para que te respeten y así seguiré siempre".
También te puede interesar
Lo último
El parqué
Caídas ligeras
Tribuna Económica
Gumersindo Ruiz
La casita de Jesús
Postrimerías
Ignacio F. Garmendia
Todo lo que era sagrado
La tribuna
Testigos de la esperanza