Opinión
Carlos Navarro Antolín
El Rey brilla al defender lo obvio
AndrésCaro (Rincón de la Victoria, 2004) es uno de los jugadores más prometedores de la última hornada de cachorros blanquiazules en LaAcademia. El central, a sus 17años, ya ha debutado con el primer equipo en la última jornada de la pasada campaña de la Liga SmartBank. Fueron solo 10 minutos, aunque muy significativos por su contexto: era su tercer debut esta temporada, cuarto equipo en unos meses: Juvenil B y A, Atlético Malagueño y Málaga CF.
En el club existe una gran expectación con la evolución de Andrés. Aún en edad de crecimiento y formación, el futbolista ha quemado etapas con notable celeridad, absorbiendo conocimiento y aprovechando todas las oportunidades que le han ido cayendo. No suelen ser muchas las oportunidades, pese a la multitud que afloran a día de hoy en el Málaga, sí importa el uso que se dé de ellas. La adaptación al contexto del rinconero, sea en juveniles o en Tercera, la escasez de errores y su minuciosa salida del balón le otorgan caché.
En el Málaga están muy contentos con él y se le quiere premiar en las próximas semanas con una renovación de contrato y una ampliación de su vinculación con el club. Actualmente, Andrés tiene firmado hasta 2023, esta próxima temporada y otra más. En el club preparan una mejora para él con la que quieren unir al futbolista con la entidad que le ha visto crecer, desde benjamines, una temporada más, hasta 2024.
El central es aún menor de edad, juvenil de primer año, y la normativa vigente no permite hacer contratos de más de tres años de duración a menores de 18 años, de ahí que el club solo plantee inicialmente una ampliación de su vinculación de un año, pasado de 2023 a 2024 su compromiso con la entidad blanquiazul.
Al joven se le quiere premiar, recompensar por la gran temporada que está completando, con una mejora de su contrato más allá del interés existente en tener bien atado al futbolista de cara al futuro. La cantera blanquiazul es una gran exponente nacional en cuanto a su formación, muy seguida desde hace años por clubes de élite y lugar habitual de pesca de ellos, prueba de esto es por ejemplo el caso de LorenZúñiga, al que tentó el Real Madrid poco antes de su renovación el pasado enero.
Los que han entrenado a AndrésCaro estos años ven en él un jugador excepcional, del que destacan no solo sus cualidades, sino también su mentalidad y su buen entorno familiar –determinante en estas edades–. Ha quemado sus etapas formativas muy rápido, gran parte de ello gracias a su capacidad innata. De buen pie –usa indistintamente la diestra y la zurda–, se cree en sus cualidades y no se descarta que pueda adelantar en un futuro su posición al centro del campo, donde ya tuvo minutos. Sería un caso similar al de LuisMuñoz, que jugó durante mucho tiempo en la zaga pero que por fútbol, visión y kilómetros su hábitat era la medular.
La temporada del rinconero aún no ha acabado, aún tiene camino por delante con el Juvenil A. Este domingo completó otro partido a un gran nivel ante el Athletic de BilbaoAthleticdeBilbao, un rival que exigió colocación, físico y mucho juego aéreo. No acusó muchos problemas y estuvo rápido para corregir o anticiparse cuando fue necesario. Sus de momento 182centímetros auguran un jugador que puede alcanzar fácilmente el 1.85, una altura ideal tanto como central como centrocampista. Su carencia de corpulencia, lógica a su edad, se solventa con horas de gimnasio, algo que ya llegará.
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