Málaga CF - Celta Fortuna: El káiser, el mago y el 'pescaero' (2-1)

Kevin y, sobre todo, Galilea, cambian un partido en el que Roberto firmó un doblete

El cuadro de Pellicer, a dos pasos de volver a Segunda División

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El Málaga CF - Celta Fortuna, en fotos
Galilea se abraza a Roberto. / Carlos Guerrero

El Málaga está a dos partidos de volver a Segunda División. Derrotó al Celta Fortuna en La Rosaleda con un guion similar al del encuentro de ida. Se dejó avasallar en la primera mitad y casi no lo cuenta. Pero en la segunda parte hizo una demostración de carácter y fe que le ha bastado para superar la primera ronda del play off ante un muy buen rival.

Cuando tu delantero firma un doblete, tu portero hace una intervención milagrosa y uno de tus extremos hace honor a su título de mago, es difícil explicarle a la gente que el partido lo cambió un central que entró tras el descanso. Einar Galilea, uno de los fichajes menos glamurosos del pasado verano y de los que más dudas levantó en pretemporada, fue un absoluto káiser y aportó la contundencia y liderazgo que estaban faltando.

Enchufó, de paso, a La Rosaleda, que por momentos se vio añadiendo al disco duro otra historia negra más. El final fue feliz para todos. Esto va de resultados, todo lo demás son milongas y alimento de debates que no van a ninguna parte. La fiesta se justifica en el momento, pero a la misión le faltan, como poco, 180 minutos. No se puede permitir nadie regocijarse demasiado y sí aprender de los errores.

Primera parte horrible

Breve, pero elocuente, Roberto soltó en los micrófonos de Canal Sur un “tenemos que mejorar mucho”. Y tanto, porque el gatillazo de la primera mitad estaba siendo histórico. Ya no sólo por el resultado, sino por la indefensión ante un Celta Fortuna que fue mejor en todos los aspectos del juego, también en los intangibles, donde el Málaga tendría que haber hecho prevalecer su experiencia, el monstruoso ambiente a favor y hasta el 2-2 que se trajo de la ida.

Lo que se vio sobre el verde fue un Málaga timorato, recuperando lo peor de su catálogo de la temporada. Nadie tomó el mando, nadie puso pausa. Algunos, directamente, ni se presentaron. Los blanquiazules permitieron que el Celta repitiese el gol del partido de Balaídos. Otra apertura para Alfon, que entró como cuchillo en mantequilla y abusó sin piedad de Nelson Monte, que completó una primera mitad calamitosa y vio una amarilla que vendría aparejada del cambio al descanso.

Con 0-1, Alfonso Herrero evitó el doblete del extremo celtiña. Parecía como si no se hubiese aprendido nada de la cita en Vigo, con los mismos agujeros negros durante toda la primera mitad nuevamente. Después de toda una temporada jugando a anular al rival y a que no te metan goles, llegó el play off y perdió gran parte del sello que tenía su Málaga. No obstante, al técnico no se le puede reprochar que sus futbolistas saltasen asustados al césped.

Tenían todos media mitad para la redención y mantener con vida el sueño del ascenso. En Vigo lograron voltear marcador y sensaciones. Se intuía que iba a mover cosas Pellicer en el descanso. Entró Galilea por Nelson Monte y Kevin por David Ferreiro.

El cambio de aires se notó pronto. El extremo exigía a sus marcadores y amenazaba con disparos de fuera del área. Einar ganaba duelos y la grada lo agradecía. El Málaga arrinconó al Celta poco a poco y logró hacer mella en su confianza hasta que logró el empate. Dani Lorenzo peleó un balón que iba a despejar un defensa y el rechace llegó en el área a Roberto, que no perdonó y logró con el interior poner el 1-1.

La tónica cambió de tal manera que al Málaga le empezaba a salir casi todo. No concluía la faena, pero la amenaza era constante. Al mismo tiempo, cada opción que tenía el Celta de dañar al contragolpe se topaba con Einar Galilea, transformado en un Baresi de guardia.

La locura llegó en el 88’. Kevin se metió hacia dentro, pero esta vez no disparó, metió una rosquita al área que Yoel despejó mal hacia su portería y el más listo de la clase, Roberto, al estilo pescaero, con la caña en el segundo palo, firmó el 2-1. El resto fue aguantar, jugar con el añadido, caer al césped en cada contacto...

El Málaga sigue vivo y ya espera a su rival para los dos próximos partidos, los que le pueden devolver a Segunda División. La Rosaleda despidió a los jugadores cantando el himno a capela y tirando de repertorio. ¿Lo van a hacer?

Alegría del Málaga CF tras pasar a la final
Alegría del Málaga CF tras pasar a la final / Carlos Guerrero
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