Los deberes del Málaga para el parón navideño
Málaga CF | Crisis institucional
La inestabilidad del club deja mucho focos con opciones de crecimiento
Desde la parcela deportiva hasta la institucional tienen tareas pendientes
Se acaba el 2019 y arrancará un 2020 que, en ojos del Málaga, deberá caminar por sendas muy diferentes a las que lo ha hecho este año que se consume ya. El equipo vive aún en un momento de inestabilidad que se ve reflejado en cada arista que define a la entidad. Entre lo deportivo e institucional, el espectro es amplio y los campos de mejora son sustanciales y cada vez apremian más.
La plantilla
En el aspecto deportivo, la plantilla goza de ocho días de descanso. Tiempo para reflexionar en el rendimiento individual más que en el colectivo, muy por debajo del esperado pese a los numerosos contratiempos que han vivido desde la pretemporada. La calidad y experiencia no escasea entre los hombres de Víctor que sí se han podido ver perjudicados por el número de efectivos. Será tiempo también para que los lesionados vuelvan con el grupo enfatizando en los casos de Luis Hernández, David Lombán o Keko Gontán. No solo pausa en lo físico, también en lo relativo en lo psicológico. Deben resetear.
Dirección deportiva
Mucho que hacer hay también los despachos de la dirección deportiva. Desde finales de octubre está al frente de esta parcela Manolo Gaspar, que viene trabajando en las concretas condiciones que tiene el club para poder reforzar al equipo en este mercado invernal. El límite salarial sigue siendo una traba (el club solo puede ofrecer unos 40.000 euros por media temporada, el mínimo) y los objetivos se reducen a ostensiblemente. El mes de enero dejará patente el trabajo realizado en este aspecto, días en los que se deben cerrar los tanteos durante las últimas semanas. Víctor, en reiteradas ocasiones, mencionó la necesidad de los refuerzos, en plural, tanto la de un finalizador como de un asistente.
Salidas
Se hablan de fichajes pero la situación económica de la entidad pondrá en marcha la rampa de salida. No son pocos los jugadores con cartel en el mercado. Los casos de Antoñín y Keidi Bare parecen los más jugosos por su juventud. Los contratos de Keko, Juanpi, Dani Pacheco o incluso el capitán Adrián González podrían acuciar la marcha de los mismos para cuadrar el desfase económico.
Richard Shaheen
La figura del Richard Shaheen, director general del club, también tiene deberes. De él dependen los últimos dos bloques, las altas y bajas. Los números y cómo encajar la situación financiera del club están en sus manos. Sus movimientos fueron patentes y llamativos a su llegada aunque todo apunta a que no se han producido grandes cambios por el momento. Su última gestión con el alcalde quedó en patinazo: De la Torre le negó la posibilidad de usar la inversión para La Academia. El americano fue el elegido por Al-Thani para acometer el plan de adaptación que se planteó a LaLiga y que ponía en peligro la viabilidad del club de no llevarse a cabo.
La tercera vía
Francisco De la Torre fue el precursor de la denominada tercera vía, la venta del club a un tercero ante la disputa de la familia Al-Thani y BlueBay. Ésta parecía enterrada pero hace algo más de una semana fue el propio alcalde el que mantuvo viva la posibilidad: “Nunca hay que dar nada por cerrado. Siempre hay vías, hay muchas terceras vías”. Su actividad en los últimos meses, uniéndose a la Asociación de Pequeños Accionistas con la querella ante los Al-Thani como la más reciente, le exime de deberes.
Al-Thani
Quizá, el destacado con más tareas pendientes. La primera, su presencia en la ciudad ante la grave crisis que azota a su club. Estos días nadie recogió la notificación judicial que llegó a La Rosaleda por la querella que presentó la APA y que aceptaron en los juzgados. Su inacción con la primera tercera vía que presentó De la Torre conllevó a que ésta se esfumara ante su nula respuesta al respeto. Ante una nueva posibilidad, de él depende el desbloqueo.
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